Cuando usted le dice a alguien -"Los tiempos cambian"- lo que pretende es que su interlocutor se adapte a los cambios, que no se lamente tanto al comparar dos situaciones en dos épocas distintas. Aún así, es cierto que hay sucesos que saltan a la vista, y que hacen que uno no pueda evitar cuestionarse ciertas cosas.
Por ejemplo, vea esa foto de Fernando Ortiz rodeado de varias personalidades del arte en Cuba, digamos del brazo de la cantante Mercedita Valdés por ejemplo, en cambio todos sabemos que este eminente antropólogo y abogado tuvo un pasado racista, donde llegó a admitir en su libro "Los Negros Brujos", teorías tan execrables como estas...
"… El asesinato de la niña Zoila debe interpretarse como un caso de simple hechicería; así como se cree en África que comiendo el cerebro de un caudillo enemigo se adquiere todo el valor de éste, y que el niño amamantado por muchas mujeres poseerá numerosas dotes intelectuales.
"El negro trajo a nuestro ambiente elementos antisociales que han corroído el alma nativa produciendo verdaderos estigmas en el cubano: licencia desenfrenada en las costumbres, imprevisión peligrosa en los hábitos, brutalidad, e indomable egotismo que no son en manera alguna heredados del progenitor ibérico, sino habidas por contagio o transmisión del elemento negro". (Extinción del negro", 1912).
Así se habrá creído que el corazón de una niña, comido por una mujer estéril, había de ocasionar la fecundidad de ésta. Todo lo cual no impide la verosimilitud del hecho de haber sido ofrendados los miembros de la infeliz niña ante las imágenes de Santa Bárbara y del Anima Sola, de Shangó y de Eleguá".
"La inferioridad del negro, la que le sujetaba al mal vivir era debida a falta de civilización integral, pues tan primitiva era su moralidad como su intelectualidad, como sus voliciones. Los negros brujos y Los negros esclavos llevan el super título: “Hampa cubana”. En este caso “el brujo”, producto de la herencia esclava representa el prototipo del criminal. Tanto el esclavo como el brujo reflejan una herencia religiosa inferior y defectuosa".
E incluso es esta otra:
Ante semejantes aseveraciones, otro colega suyo, en este caso de raza negra como no podía ser de otra manera, Don Rafael Serra y Montalvo, miembro del Partido Revolucionario Cuba y luego en la república en 1904 representante a la Cámara, le rebatió en su obra: "Para blancos y negros: Ensayos políticos, sociales y económicos" de ese mismo año, con una frase que lo resume casi todo:
“No es tan despótico ni imposible, ni demasiado lo que pide la clase de color […] que se la respete y estimule”.
Será que con el tiempo Don Ortiz reconoció su error "Lambrosiano", probablemente sí. Es que fue considerado como uno de los mayores, si no el mayor, crítico de la exclusión del negro en la sociedad Cubana, y que llegó a reconocer que esa exclusión fue la mayor causa de las desigualdades sociales. ¡Menudo cambio!. Hay que entender que cuando escribió su libro eran otros tiempos donde habían otros, que sin rubor ninguno aseguraban otras tan tremendas:
Pero se lo pondré más difícil de entender todavía. Nuestro pedagogo por excelencia, En un momento de su vida Don Enrique Jose Varona llamó a los negros cubanos "piaras de ganado negro" - le recuerdo que piara es una manada cerdos - y calificó a los asiáticos como "chinos decrépitos en el vicio", razas que forman parte de nuestra identidad Cubana.
Además de profesar gratitud por la Enmienda Platt, en lo cual habría que estar de acuerdo con él en una buena parte, Varona fue autor del prólogo de un libro tan, pero tan racista, como el que publicó en 1888 el doctor Benjamín de Céspedes, "La historia de la prostitución en La Habana", donde amen del excelente estudio sobre ese mal, en su conclusiones retomaba el tema de la inferioridad antropológica del negro.
Oiga amigo, en ese libro hay un fragmento que dice esto:
Si al menos como el estiércol aislado, ella se destruyera sin contagios, en su podredumbre; pero no, su contacto íntimo inficiona [sic] todo cuanto toca; la raza de nuestras desgracias, habrá de servir de vehículo también de nuestras miserias. […]
Le recuerdo que el autor de su prólogo fue quien sustituyó al apóstol José Martí al frente del periódico "Patria". No es fácil ¿eh?. Y como no lo es realmente, pensemos entonces como pensaban los griegos, Platón por ejemplo y su "panta rhei", donde afirmaba que tanto la reflexión, la meditación como el análisis, se van transformando con el paso del tiempo a la vez que los hombres evolucionan también. Pero aún así amigo, la hemeroteca no perdona.
Maldita Hemeroteca
Fuentes:
--Fernando Ortiz, "Los negros esclavos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975
--Extinción del Negro: Benjamín de Céspedes 1888