Encuentro de Lorca con la actriz catalana Margarita Xirgú, propiciado por la etnóloga Lydia Cabrera que lo llevó a visitar varios bembés afrocubanos. |
Fíjese que me da por pensar que el poeta Federico García Lorca, una de las figuras del mundo literario español e hispanoamericano que más amó a nuestro país, y donde aseguró haber pasado algunos de los días más felices de su vida, bien pudo haber acabado entre rejas. Me explico...
«Ciudad fortaleza», la «ciudad convento» y la «ciudad posada», tan españolas, con el despertar de una «ciudad monumental. Esta isla es un paraíso. Si me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba», expresó en una carta a sus padres. Debió haber quedado tan fascinado, que se inspiró de tal forma:
"Pero el barco se aleja y comienzan a llegar, palma y canela, los perfumes de la América con raíces, la América de Dios, la América española. ¿Pero qué es esto? ¿Otra vez España? ¿Otra vez la Andalucía mundial?. Es el amarillo de Cádiz con un grado más, el rosa de Sevilla tirando a carmín y el verde de Granada con una leve fosforescencia de pez".
Total, que los tres meses que estuvo en Cuba los disfrutó al máximo. El uno de junio se fue por sus propios medios para Santiago de Cuba, y en los salones de la Escuela Normal de Maestros impartió una conferencia en dicha ciudad, "La mecánica de la nueva poesía". Si La Habana le recordaba a Cádiz, aquel Santiago de Cuba le evocaba a su querida Granada por sus montañas y su verdor.
Junto a su amigo colombiano Porfirio Barba hizo tiempo para visitar los lugares más sórdidos de la Playa de Marianao, una zona repleta de cabarets, bares y centros nocturnos, la mayoría "de mala muerte", como el "Panchín", el "Pompilio", la famosa "Academia de baile" a 10 céntimos la pieza. "El Rumba Palace", "El Niche", con el gran rumbero "Chori y la Choricera", "Los Tres Hermanos", el "Pennsylvania" o la "Taberna de Pedro", un ambiente libertino que no tenía en España.
Se hospedó en el hotel "La Unión", pero también en casa de los hermanos Loynaz, —Flor, Dulce María, Carlos y Manuel Enrique— decía que Dulce María eran "muy malos". (Le cayó mal desde que la vio). La ganadora del Premio Miguel de Cervantes en 1992 dijo con respecto a esto lo siguiente: «Lorca nunca escribió sobre mí. Los poetas no son aficionados a escribir sobre otros poetas y, además, no estimaba mucho mi poesía y sí la de Enrique mi hermano".
Quien iba a decir que a los pocos años, agosto del treinta y seis, terminaría fusilado en los alrededores de la localidad de Viznar, en su tierra Granadina, por orden de un despreciable, homófobo y resentido coronel, y estas son las horas que sus restos continúan desaparecidos. La izquierda, que no pierde oportunidad para anotarse el tanto, se ha apoderado de su imagen como un anti fascista, algo que no pocos expertos han desmentido.
Hoy, en cambio, y más allá de esas supuestas preferencias ideológicas del poeta, no sabríamos que hubiera dicho ni escrito de esta Cuba. De aquel que ya para entonces contaba con un majestuoso capitolio y 43 emisoras de radio, se hubiera encontrado con uno desecho, convertido en el reino de la basura, la miseria, el hambre y lo peor de todo, el de una represión estalinista como pocos países en el mundo ejercen contra sus pueblos.
Por Jorge García
Maldita Hemeroteca