New York año 1884. // 

En la página 72 del libro "Así fue Martí", de Gonzalo de Quesada y Miranda, hijo del gran amigo y albacea de José Martí, Gonzalo de Quesada y Aróstegui, el biógrafo hizo el siguiente retrato hablado del poeta cubano:

"Era delgado, pálido; medía aproximadamente cinco pies seis pulgadas y pesaba entre 130 y 140 libras. De ancha frente y ojos glaucos, su mirada era suave, pero penetrante. Su voz era persuasiva, de pronunciación castellana sin exageración. No era aficionado a la bebida, comía poco, y sólo tomaba vino como reconstituyente... Sus manos de intelectual y artista eran finas".

Sin embargo...

En 1884, en una asamblea celebrada en New York, el político y abogado Antonio Zambrana Vázquez, participante en la Guerra de los Diez Años e integrante del primer gobierno de la República de Cuba en Armas, aludió a Martí asegurando que los que no apoyaban el movimiento revolucionario (contra España) era porque tenían miedo y que, por lo tanto, llevaban sayas en vez de pantalones. 

Como se sabe, Martí fue en ocasiones extremadamente crítico con la manera de hacer la guerra en el 1868, y si a eso se le suma que no le había "tirado un hollejo a un chino", como se suele decir en Cuba coloquialmente, no es de extrañar que se convirtiera en un objetivo de críticas por parte de lideres más experimentados y curtidos en aquella manigua. 

En cambio, ante semejante reproche, el apóstol no tardó ni un segundo en reaccionar. Irrumpió entre la muchedumbre como un bólido, y llegando hasta la tribuna, pidió la palabra. Al tocarle su turno, y después de pedirle a Máximo Gómez que se preservara para la embestida final, se encaró con Zambrana diciéndole: 

" -Y tenga usted tendido que no solamente no puedo usar sayas, sino que soy tan hombre que no quepo en los calzones." 

Y acercándose a su detractor, agregó con actitud violenta:

 _Y esto que le digo se lo puedo probar como y cuando guste, y si es ahora mismo, mejor. 

Zambrana se abalanzó sobre el apóstol con muy malas intenciones, pero fue controlado entre Antonio Maceo y Flor Crombet. Algunos como Zambrana, estaban allí en New York tratando de convencer al general Ulysses Grant para invadir, o en su lugar, anexionar a la isla, tal y como lo describe el propio Zambrana en la novela El negro Francisco, en cambio Grant se negó alegando que no era el momento todavía. 

Como era de esperar, Zambrana no participó en el alzamiento de 1895 organizado por Martí, en su lugar permaneció en Costa Rica. Regresó a Cuba en 1911, y el presidente José Miguel Gómez le designó como ministro en Colombia y Ecuador. Murió en La Habana el 27 de marzo de 1922 alejado de la actividad política.

Fuente: "Así fue Martí".
Gonzalo de Quesada y Miranda.

NOTA: Junto a el Dr. Federico Castañeda y el historiador de la Habana, Emilio Roig de Leuchsenring, Miranda, a la sazón el fundador del Seminario Martiano de la Universidad de La Habana, le propuso en 1946 al presidente Dr Carlos Prío Socarrás la añorada idea de crear la Fragua Martiana en el sitio exacto donde estaban situadas las canteras de San Lázaro, lugar donde Martí estuvo preso en 1871 cuando era apenas un adolescente, quedando oficialmente inaugurado el 28 de enero de 1952.