![]() |
El 24 de febrero de 1895 es una fecha muy relevante en la historia de cuba, ya que tuvo lugar el llamado "Grito de Baire". El poeta, ideĆ³logo y organizador de esta tercera rebeliĆ³n, JosĆ© MartĆ, mĆ”ximo representante del Partido Revolucionario Cubano, liderĆ³ una gran insurrecciĆ³n en la isla enfocada en la lucha por la independencia de la metrĆ³polis espaƱola.
Y mĆ”s allĆ” de la fe y el empeƱo que tuvieron aquellos cubanos por ser libres, en lo que esta fecha pueda representar para los de hoy y el patrioterismo del sistema comunista, aquella rebeliĆ³n fue relativamente exitosa sĆ³lo en el Oriente del paĆs, la regiĆ³n con una significativa poblaciĆ³n de ascendencia africana, tradiciĆ³n de lucha contra EspaƱa, y donde era dominante la influencia del general Antonio Maceo, fuera de ahĆ, estuvo condenada al fracaso desde el mismo comienzo.
El sabĆa perfectamente que habĆa sido Julio Sanguily quien le habĆa estafado el dinero de los tabaqueros de "Cayo Hueso", y no solo eso, coincidiĆ³ en que fue causante del fracaso del levantamiento en occidente, incluso su delator.
Leyendo estas cosas es que se entiende la razĆ³n por la cual MĆ”ximo GĆ³mez reflejĆ³ esto en su Diario:
-“Se [ha] acrecentado en Ć©l [en Maceo] un amor propio mal entendido y quizĆ”s ha podido creerse que goza de inmunidades ante los intereses de la revoluciĆ³n – y de ahĆ su conducta altanera en asunto de poca monta.”; y lo califica de “hombre sin inteligencia polĆtica”, para finalizar su comentario con un “En el caso presente, y tratĆ”ndose de Maceo, nada me queda esperar por este jefe que no sea una oposiciĆ³n a todo lo que yo disponga.”
Y agrega Maceo:
Probablemente hayan tenido que ver en estas imputaciones no precisadas, pero harto graves del Dr. InchĆ”ustegui contra Maceo, cuando el 13 de marzo de 1878 intentĆ³, como jefe de Sanidad de las fuerzas villareƱas, entrevistarse con Maceo para explicarle el porquĆ© habĆan aceptado la capitulaciĆ³n del ZanjĆ³n en esa provincia.
Por otro lado en 1886 el mayor general SerafĆn SĆ”nchez tambiĆ©n se hizo eco de estas acusaciones contra Maceo, al que dedicĆ³ algunas tan incĆ³modas como estas:
.- Que Maceo abandonĆ³ a sus fuerzas, despuĆ©s del ZanjĆ³n
Finaliza diciĆ©ndole a GĆ³mez:
Rencillas, inquinas, antipatĆas, rencores e incluso manĆas personales, de todo hubo entre aquellos grandes hombres. Lo que si estĆ” claro es que la manigua no era el jardĆn del EdĆ©n ni nada que se le parezca.
La tesis de Manuel Sanguily apunta a que los problemas raciales, de disciplina, del localismo existente, asĆ como los antagonismos entre el poder ejecutivo y el legislativo, constituyeron la causa fundamental de que la lucha heroica que logrĆ³ mantenerse diez aƱos, no terminara en una victoria.
En su favor hay que decir que pese a la caĆda de algunos importantes lĆderes - entre ellos MartĆ y Maceo - y a la superioridad numĆ©rica del ejĆ©rcito, EspaƱa no consiguiĆ³ acabar con los rebeldes en esos tres aƱos, sĆ los replegaron y sĆ los diezmaron, pero nunca los pudieron liquidar.
Y pese a que las enfermedades tropicales, el cansancio y la falta de suministros comenzaron a minar las posibilidades de victoria, para el 1897 la situaciĆ³n era crĆtica para el gobierno de Sagasta en Madrid que intentĆ³ llegar a un segundo acuerdo con los sublevados. Pero ya era tarde, Washington esperĆ³ el momento justo para entrar en el conflicto tras la explosiĆ³n del Maine, y el once de abril se firmaba en ParĆs una una nueva historia para la naciĆ³n Cubana.
Maldita Hemeroteca
Fuentes:
Solo un pasaje que lo demuestra.
En 1895 MartĆ le sugiriĆ³ a su segundo en el Partido Revolucionario cubano, Don TomĆ”s Estrada Palma, que tratara de evitar por todos los medios que el general Julio Sanguily se incorporara al movimiento libertario. "Conozco al hombre y me parece malo", le dijo el apĆ³stol a Tomasito, como Ć©l le llamaba a su amigo. Y estuvo claro el maestro.
![]() |
Gral Julio Sanguily. |
De hecho, se conoce que se dejĆ³ apresar en su casa de Palatino en la Habana, y como existĆa una ley que exoneraba a los ciudadanos norteamericanos del delito de sediciĆ³n, siempre y cuando no fueran portadores de armas de guerra, casualmente habĆa empeƱado las suyas - espada y revĆ³lver - en una casa de empeƱos en la capital un dĆa antes.
Se dijo incluso, en su condiciĆ³n probable de doble espĆa y en la cual convergen varios historiadores, que habĆa sido contratado por EspaƱa por una cantidad de trescientos pesos mensuales, con el fin de que intentara convencer a MĆ”ximo GĆ³mez de aplazar el levantamiento, y aceptar la autonomĆa propuesta por Madrid. Esto es solo un detalle del fracaso occidental.
Por otro lado mientras que JosĆ© MartĆ y MĆ”ximo GĆ³mez llegaban procedentes de Montecristi, en la RepĆŗblica Dominicana, el viaje de Maceo generĆ³ tal crispaciĆ³n que hasta un duelo a muerte quedĆ³ aplazado con su compaƱero de luchas y navegaciĆ³n, Flor Crombet, fruto de los mismos encontronazos dialĆ©cticos desde la reuniĆ³n del 16 de julio en Kingston.
En Jamaica Maceo opinĆ³ necesario posponer los planes y reorganizar el movimiento, lo cual fue criticado con tal saƱa que hasta insinuaciones absurdas de "cobarde" se dejaron escuchar. Por cierto, testigos de aquel hecho dijeron, o insinuaron como quiera usted llamarle, que MĆ”ximo GĆ³mez no hizo ni el mĆ”s mĆnimo intento por impedir el duelo, aunque fueron llamados al orden y al sentido comĆŗn.
Es mĆ”s, GĆ³mez le escribe una carta a la seƱora Limonta, dueƱa de un hostal donde Maceo y otros cubanos pernoctaron unos dĆas a la espera de la invasiĆ³n a Cuba, en la cual no se hacĆa responsable de los gastos allĆ generados, delegando tal responsabilidad en el propio Maceo y sabiendo incluso que su situaciĆ³n econĆ³mica era bastante mala.
En una carta fechada el 31 de agosto de 1886, Maceo le advierte a GĆ³mez: “[…] suplĆcole no confunda la causa con nuestras personalidades.”. En este libro de GarcĆa Cisneros, hay publicadas seis cartas de Antonio Maceo dirigidas a MĆ”ximo GĆ³mez entre el 19 de agosto y 8 de septiembre de 1886, que son partes de una aguda, lamentable, pero interesante polĆ©mica, en cuyos textos pueden extraerse frases tan contundentes como Ć©stas:
.- “Cuando aquĆ, allĆ” y acullĆ” le han visto mal, ¿quiĆ©n ha sido el primero en levantar su voz? (para defenderlo).
.- “Mis amigos y (los) de Ud. saben que he influido con todos para sostenerlo en su puesto, y para conseguirlo me he negado a aceptar las indicaciones que en distintos sentidos me han hecho los que nunca han tenido fe en Ud. Y los que la han perdido por virtud de nuestras desgracias.”
.- “Para exigir respeto y consideraciones, es necesario empezar guardĆ”ndolos. ¿QuerĆa Ud. que le suplicara?. Eso es propio de los reptiles que lo roen a Ud. elogiando su vanidad.”
.- “Tanto debe Cuba a Ud., como Ud. a ella. AllĆ nos hemos conquistado amparo social, y por eso quiero se me respete; eso nada mĆ”s quiero.”
.- “Yo tengo el valor moral de mis convicciones para decir con honrada franqueza lo que pienso.”
.- “[...] todos tenemos el derecho de favorecer la causa de nuestras simpatĆas, y sobre todo, cuando es dentro de lo legalmente constituido.”
-“Se [ha] acrecentado en Ć©l [en Maceo] un amor propio mal entendido y quizĆ”s ha podido creerse que goza de inmunidades ante los intereses de la revoluciĆ³n – y de ahĆ su conducta altanera en asunto de poca monta.”; y lo califica de “hombre sin inteligencia polĆtica”, para finalizar su comentario con un “En el caso presente, y tratĆ”ndose de Maceo, nada me queda esperar por este jefe que no sea una oposiciĆ³n a todo lo que yo disponga.”
En esta otra le seƱala de dictador sin ambages.
(....) yo desearĆa, para mi paĆs, un hombre que tenga la virtud de redimir al pueblo cubano de la soberanĆa espaƱola, sin haber tiranizado a sus redimidos, y que no ambicione mĆ”s fortuna que la conquistada por ese medio. El que tal haga, llegarĆ” a la suprema gloria y completa dicha.
Nada mĆ”s grande ni honroso para un mortal que inmortalizar su nombre con la bendiciĆ³n de todo un pueblo; pero desgraciadamente, las perfecciones humanas estĆ”n muy lejos de nosotros (...) pero yo, entre la tiranĆa espaƱola que sufrimos y cualquiera otra que venga para destruir Ć©sta, estoy por la Ćŗltima; la acepto con todos sus horrores y consecuencias.
El dĆa despuĆ©s de nuestra independencia, repararemos las faltas e inconvenientes que ella deja tras de sĆ: remplacemos, pues, el gobierno espaƱol con la soberanĆa nacional de nuestro pueblo".
![]() |
Dr InchƔustegui. |
Nada mĆ”s grande ni honroso para un mortal que inmortalizar su nombre con la bendiciĆ³n de todo un pueblo; pero desgraciadamente, las perfecciones humanas estĆ”n muy lejos de nosotros (...) pero yo, entre la tiranĆa espaƱola que sufrimos y cualquiera otra que venga para destruir Ć©sta, estoy por la Ćŗltima; la acepto con todos sus horrores y consecuencias.
El dĆa despuĆ©s de nuestra independencia, repararemos las faltas e inconvenientes que ella deja tras de sĆ: remplacemos, pues, el gobierno espaƱol con la soberanĆa nacional de nuestro pueblo".
En un episodio aparentemente aislado, en el mes de octubre o de noviembre de 1885, el coronel y mĆ©dico Federico InchĆ”ustegui publicĆ³ en el diario "El Tribuno" una carta en la que insertĆ³ juicios de un tal SeƱor Lara (o Lanza) que Maceo calificĆ³ de calumniosos, y en su respuesta al mĆ©dico insurrecto del 19 de noviembre de ese mismo aƱo, Maceo le responde:
“Ahora bien, en cuanto a las impremeditadas frases que Ud. me dedica, debo hacerle observar, por si se ha olvidado de mi conducta pasada y presente, que mi reputaciĆ³n de caballero, de hombre de honor y honrado, es tan conocida en todo el mundo como bien definida en polĆtica.”.
” Hay un campo de honor para Ud. y para mĆ, yo voy a Ć©l. Lo demĆ”s que Ud. hace resaltar en su carta queda contestado con el silencio que merece su contenido.”
Probablemente hayan tenido que ver en estas imputaciones no precisadas, pero harto graves del Dr. InchĆ”ustegui contra Maceo, cuando el 13 de marzo de 1878 intentĆ³, como jefe de Sanidad de las fuerzas villareƱas, entrevistarse con Maceo para explicarle el porquĆ© habĆan aceptado la capitulaciĆ³n del ZanjĆ³n en esa provincia.
![]() |
Gra, Serafin SƔnchez |
.- Que Maceo abandonĆ³ a sus fuerzas, despuĆ©s del ZanjĆ³n
.- Que Maceo ofendiĆ³ a MartĆnez Freire, cuando Ć©ste advirtiĆ³ de la inutilidad de los sacrificios para continuar la guerra; informaciĆ³n que –segĆŗn SerafĆn- se la dio Paquito Borrero, quien, a su vez, se la oyĆ³ a Francisco PĆ©rez Garoz.
.- Que Maceo mandĆ³ a capitular desde Jamaica.
.- Que Maceo perdiĆ³ tiempo en Jamaica cuando la Guerra Chiquita, que recogiĆ³ 4 000 pesos allĆ, en Santo Domingo y HaitĆ, y, al cabo de once meses, recalĆ³ en Islas Turcas, para fracasar en su intento de ir a Cuba.
.- Que cuando Maceo regresĆ³ de Santo Domingo a Puerto Plata, sabĆa ya de las presentaciones de Moncada, JosĆ© y las fuerzas de Ć©stos; de la sumisiĆ³n de Calixto, y el embarque al extranjero de Ć©l (SerafĆn), Carrillo y Emilio NĆŗƱez.
.- Que asĆ y todo, se fue a Islas Turkas, donde dejĆ³ abandonados a sus hombres, que aĆŗn (en esa fecha del escrito) lo seguĆan acusando.
.- Que durante el Plan GĆ³mez-Maceo se recogieron 14 000 pesos (luego lo eleva a 20 000).
.- Que cuando mandĆ³ a sus comisionados a GuantĆ”namo y Santiago de Cuba, Maceo denunciĆ³ sus planes a las autoridades espaƱolas, y por eso fueron detenidos.
.- Que cuando GĆ³mez cayĆ³ preso en RepĆŗblica Dominicana, Maceo tomĆ³ el mando, sin que nadie se lo hubiera dado.
Estas declaraciones de Sanchez, a todas luces, cargadas de mal intenciĆ³n, vinieron de uno de los prĆ³ceres de las Villas y que la historiografĆa se han encargado de sacudir de encima al TitĆ”n de Bronce.
"Es un vanidoso, se cree que va a ser rey, como si Cuba fuera Africa”. Es capaz de denunciar la expediciĆ³n que se organice para ir a Cuba por dinero. Yo no lo quiero ni de soldado raso".
Y en otra, el 6 de marzo de 1887, le insinuĆ³ a GĆ³mez tambiĆ©n que el capitĆ”n de un buque espaƱol se habĆa esforzado en una oportunidad en hablar exclusivamente con Maceo, dejando entre ver algĆŗn tipo de traiciĆ³n o de espionaje por su parte. Al respecto no se corta un pelo:
“Hay opiniĆ³n de que se entendiĆ³ con el gobierno espaƱol, vendiĆ³ la expediciĆ³n y matĆ³ la causa. Vean su modo de vivir que dirĆ” si cuenta con los recursos de no tiene porquĆ© tener. Es un hombre de odio, venganza y discordia; de ceguera absoluta, un enemigo de todo lo blanco en la Isla, que aspira a la presidencia de Cuba, lo cual serĆa la mayor calamidad, incluso mayor que el gobierno de EspaƱa. SerĆ” buen guapo, pero no un general (...), que es lo mismo que decir es un guapo estĆŗpido”.
No obstante dejamos para final las opiniones contra Maceo vertidas por el abogado Ignacio BelĆ©n PĆ©rez, en una ardiente carta dirigida a MĆ”ximo GĆ³mez fechada el 29 de octubre de 1886, donde le seƱala esto:
Y en otra, el 6 de marzo de 1887, le insinuĆ³ a GĆ³mez tambiĆ©n que el capitĆ”n de un buque espaƱol se habĆa esforzado en una oportunidad en hablar exclusivamente con Maceo, dejando entre ver algĆŗn tipo de traiciĆ³n o de espionaje por su parte. Al respecto no se corta un pelo:
“Hay opiniĆ³n de que se entendiĆ³ con el gobierno espaƱol, vendiĆ³ la expediciĆ³n y matĆ³ la causa. Vean su modo de vivir que dirĆ” si cuenta con los recursos de no tiene porquĆ© tener. Es un hombre de odio, venganza y discordia; de ceguera absoluta, un enemigo de todo lo blanco en la Isla, que aspira a la presidencia de Cuba, lo cual serĆa la mayor calamidad, incluso mayor que el gobierno de EspaƱa. SerĆ” buen guapo, pero no un general (...), que es lo mismo que decir es un guapo estĆŗpido”.
"El gran negocio de Maceo es que Cuba jamĆ”s sea libre, para obtener dinero “a cuenta de ir en expediciones y de otros servicios de semejante naturaleza; sĆ³lo le agrada la buena vida y ya Cuba le dio cuanto pudo (Ć©l) quitarle."
La tesis de Manuel Sanguily apunta a que los problemas raciales, de disciplina, del localismo existente, asĆ como los antagonismos entre el poder ejecutivo y el legislativo, constituyeron la causa fundamental de que la lucha heroica que logrĆ³ mantenerse diez aƱos, no terminara en una victoria.
En su favor hay que decir que pese a la caĆda de algunos importantes lĆderes - entre ellos MartĆ y Maceo - y a la superioridad numĆ©rica del ejĆ©rcito, EspaƱa no consiguiĆ³ acabar con los rebeldes en esos tres aƱos, sĆ los replegaron y sĆ los diezmaron, pero nunca los pudieron liquidar.
Y pese a que las enfermedades tropicales, el cansancio y la falta de suministros comenzaron a minar las posibilidades de victoria, para el 1897 la situaciĆ³n era crĆtica para el gobierno de Sagasta en Madrid que intentĆ³ llegar a un segundo acuerdo con los sublevados. Pero ya era tarde, Washington esperĆ³ el momento justo para entrar en el conflicto tras la explosiĆ³n del Maine, y el once de abril se firmaba en ParĆs una una nueva historia para la naciĆ³n Cubana.
Maldita Hemeroteca
Fuentes:
Aline Helg. "Choque de ideas. MartĆ-Maceo".
"Cuba y su Historia". Texas University
Diarios de CampaƱa de MartĆ y GĆ³mez. "La mejorana".
Jorge Camacho, Universidad del sur de Carolina: "Racismo en la guerra de Cuba 1895-1898".
Fuentes citadas en el texto.
"Cuba y su Historia". Texas University
Diarios de CampaƱa de MartĆ y GĆ³mez. "La mejorana".
Jorge Camacho, Universidad del sur de Carolina: "Racismo en la guerra de Cuba 1895-1898".
Fuentes citadas en el texto.