A la cruzada de recortes de fondos ordenada por el presidente de Estados Unidos Donald Trump, no escapa ni la lucha por los derechos humanos en Cuba. 

En una controversial medida, Washington anuló las ayuda a la disidencia interna de países dictatoriales como Cuba, Venezuela y Nicaragua, según anunció el departamento de Estado, generando cuando menos malestar entre grupos de oposición de estos países.

En el caso de Cuba, estos recortes han golpeado directamente a medios independientes al régimen, que sí bien es cierto que en algunos casos venían haciendo un tenue trabajo, en otros sí constituían una punta de lanza con sorprendente inmediatez y rigurosidad en sus denuncias. 

Estos sorprendentes cambios de ultima hora, que también incluyen la reducción de apoyos a presos políticos y religiosos en la isla, han creado interrogantes en cuanto al compromiso de Washington con la promoción de la democracia y los derechos humanos, considerando incluso que no son de interés nacional.

Washington anunció fortísimos recortes de hasta un 90% a los presupuestarios masivos en los programas de ayuda y desarrollo exterior gestionados por la agencia estadounidense USAID, sin embargo en estos casos no deja de ser sorprendente pues se trata de medios que constituyen la única vía de confrontación y denuncia contra la dictadura Castrista.