Decía el griego Homero, autor de la Ilíada y la Odisea, que las palabras conmueven, pero el ejemplo arrastra. El 25 de marzo del 1895, Martí firma el Manifiesto de Montecristi, en la República Dominicana y, el 11 de abril, desembarca en Cuba en unión de Gómez y otros expedicionarios. Entonces vuelven a sangrar las viejas heridas de New York once años atrás.
Martí confía a su diario de Cabo Haitiano a Dos, Ríos lo sucedido en la hacienda La Mejorana. Estas páginas desaparecieron del diario, aparentemente destruidas por Gómez. El dos de mayo de 1895 llegaba a cuba por playa del Salado, en la costa norte de la provincia La Habana, una expedición al mando del coronel Baldomero Acosta, quien al triunfo se convertiría en el primer alcalde que tuvo la ciudad de Marianao en la Habana.
Acosta ya había atacado ese municipio en unión de Máximo Gómez, haciendo entrada desde su pueblo natal de Hoyo Colorado, actual Bauta, entrando por lo que sería hoy la amplia calle 124. Mientras tanto los líderes insurrectos José Martí, Máximo Gómez y el grupo expedicionario partían desde Aguacate hasta el cafetal Kentucky, en Imias, Baracoa, en la provincia de Guantánamo, donde en la finca "Leonor" le aguardaba el corresponsal del periódico New York Herald, Eugene Bryson.
| Según la obra de Rafael Lubian y Arias, “Martí en los Campos de Cuba Libre” publicado en 1953, se brinda un resumen de lo ocurrido en el campamento Kentucky: "Kentucky" es un antiguo cafetal, propiedad del coronel E. L. Lorenzo González. Cuando nuestra visita a ese lugar el Coronel nos mostró la casa de las calderas donde estuvieron acampados los expedicionarios. Había allí un viejo buró en el que escribió Martí mientras estuvo acampado. Este nos fue cedido por el Coronel González y enviado al Museo "José Martí" donde se encuentra. “Se retiran a descansar a las tres, y a las cinco de la mañana emprenden la marcha por un camino que es el mejor que hasta ahora han recorrido, pasan por "Palmarejo", río "Ti Abajo", y el poblado del "Olimpo", y también por río "Palmarejo", río "Mata Indio", caserío "Vista Alegre", camino de "Jarahueca", "La Divina", río "San Andrés" y "Rita Perdomo". Después de andar 26 Kms. 76 Mts. acampan.” |
Pero... ¿Qué tema tendría que tratar el organizador de esa gesta con el representante de la prensa norteamericana apenas desembarcado en Cuba?. De su Diario de campaña se deduce que Martí estuvo allí del 26 o 27 de abril al uno de mayo, pasando largas horas, días enteros y hasta noches «de continua vela» para redactar correspondencia, circulares y manifiestos.
Un detalle curioso:
Según plantea Marcelo Fernández-Zayas, Doctor en Ciencias Sociales y Derecho Público por la Universidad de La Habana y máster por The Catholic University of America, en Washington D.C, el generalísimo Máximo Gómez dispuso el fusilamiento del bandido Pilar Masabó, en cambio Martí intercedió por el perdón a su vida.
«No he levantado de mi tablón de palma la cabeza», escribe jubiloso a sus colaboradores en Nueva York. Martí redacta dos cartas más el día 27 de abril dirigidas a dos de los cónsules en Guantánamo, el de Gran Bretaña y el de Alemania, Mr Schumman, buscando afanosamente internacionalizar la causa independentistas y, además, evitar afanosamente la anexión de Cuba por Estados Unidos.
A diferencia de los anteriores países, Gran Bretaña, Alemania y posiblemente Francia, en el caso de Estados Unidos Martí prefiere dirigirse al pueblo Americano a través de la prensa, y no por las vías consulares. Así deja constancia en su diario el día 2 de mayo, cuando apunta lo siguiente:
«Nos habíamos ido a la hamaca, cuando llega, con caballería de Zefí, el corresponsal del Herald, George Eugene Bryson. Con él trabajo hasta las 3 de la mañana. No vemos [inconveniente] en que los Estados Unidos intervengan con carácter de árbitros o de
amigos oficiosos en las negociaciones, siempre que eso no suponga para la Isla de Cuba el sacrificio de su soberanía.»
No cabe duda que fue a partir de esas páginas desaparecidas de su diario que se generaron un sin fin de teorías y especulaciones, y una de ellas es esta precisamente, la de su muerte. Y sí a esa altura de los acontecimientos Gómez y los demás líderes ya pensaban en EEUU, acaso Martí y su posición no significaba un peligro. ¿Acaso Gómez aprovechó el incidente del potrero de Dos Ríos para que se precipitara una salida "satisfactoria" para todos?.
Ante este detalle bastante desconocido, nos dimos a la tarea de indagar en la literatura bélica Española de la época. Vemos que el día cuatro, víspera del
encuentro de La Mejorana, el
corresponsal Bryson ya se había marchado lo que aprovecharon Martí y Gómez para asistir al consejo de guerra contra el
bandolero Pilar Masabó, ladrón y violador, que se le juzgaba como traidor además al ejército mambí.
No se trataba de cualquier solicitud, aquel perdón lo pedía "el presidente" o el delgado, como quiera usted llamarle, sin embargo el necio Gómez, que sabía perfectamente lo que significaba un sujeto de este tipo en el ejército, lo fusiló en el acto, negándole a Martí al pedido de clemencia y, sobre todo, dejando patente su superioridad y rango militar en aquel ejército "supuestamente civil".
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| José Julián Martí y Pérez (28-1-1853 // 19-5-1895) Tenía solo 42 años el día que murió en los potreros de Dos Ríos. |
Tenga presente que aunque aquel 15 de abril el generalísimo ascendió a Martí al grado de "Mayor General", aun así se trataba de un entorchado inferior al del dominicano, con lo cual las supuestas desavenencias de Montecristi en cuando al militarismo de Gómez y Maceo por encima del carácter de republica civilista seguían latentes.
Otro detalle:
¿Será que el origen de la puesta desobediencia de Martí en realidad fue un acto provocado?: "Apartase, - le dijo Gómez a Martí momentos antes del ataque - este no es su puesto". La reacción del apóstol no se hizo esperar.
No es secreto para nadie que Gómez no hizo absolutamente nada por recuperar el cuerpo de Martí en poder de la tropa del coronel Ximénez de Sandoval en dirección Remanganagua. Allí, en el cementerio, recibió la primera de sus cinco sepulturas, en este caso junto al sargento del ejercito español Joaquín Ortíz, otro de los caídos ese día.
Lo más que hizo Gómez fue enviar un ayudante con una nota, solicitándole a Sandoval el cuerpo del caído y luego, en carta a Tomás Estrada Palma, uno de los mejores amigos de Martí, Gómez le escribe lo siguiente: “Lo que hizo Martí es nada, lo que usted tiene que hacer ahora es lo gordo (…)
Incluso, llegados a este punto la teoría de "Baconao", aquel caballo blanco de crin dorada que le regalara Maceo y que convertía a Martí en un blanco fácil en la oscuridad, no resulta ya tan descabellada. Al final los hechos fueron irrefutables, el civilismo martiano fue descabezado y el mando recayó en los dos caudillos militares, Gómez y Maceo....
Lo que Martí anotó en el diario fue corroborado por Gómez en su diario de campaña, donde menciona incluso aquel almuerzo que compartieron con Maceo el 5 de mayo en La Mejorana, sin embargo no describe el contenido de su conversación. Sólo da a conocer un detalle, que Maceo les condujo fuera de su campamento dejándoles pasar la noche al raso,"solos y desamparados".
"Maceo y Gómez querían que dimitiera como Delegado del Partido Revolucionario Cubano y que se formara un gobierno militar que no se supeditara a ningún gobierno civil, quedando el propio Maceo al frente de los cuatro ejércitos de Oriente y Gómez de General Jefe de todo el ejercito libertador".
El resto de aquellas páginas del diario - a todas luces - no fue otro que el mismo Gómez quien se encargó de silenciarlas.
Maldita Hemeroteca
Fuentes:
--Paul Estrade: "José Martí en el Oriente cubano, abril-mayo de 1895".
--Revista Coronelia
--Y demás fuentes citadas en el texto







