Los gobiernos de izquierdas, esos que van de progres y defensores de las minorías, han sido tradicionalmente los homófobo de la historia. Y no lo decimos por el retrógrado Fidel Castro ni el argentino Ernesto Guevara, que lo eran en grado sumo, si no por la propia ideología que profesan.
Los padres del comunismo, los alemanes Friedrich Engels y Karl Marx, autores del manifiesto comunista, identificaron el sexo entre los hombres como "repugnante pederastia". De Stalin ya ni hablemos, la incluyó en su código penal, en tanto que Máximo Gorki lo consideraba como destructor y deshumanizante, e incluso pensaba en su condena como un "Humanismo Proletario".
Incluso entre las llamadas feministas también las hubo muy homófobas, como la doctora española Amparo Poch y Gascón. Esta "anti fascista" que pasó de defender el amor libre entre las mujeres, lo condenó entre los hombres.
Amparo asoció la homosexualidad
masculina con la guerra, la perversión, el alcoholismo y otros vicios.
Consideraba que el homosexualismo
podía contagiarse y promovía medidas que encauzaran los instintos
a su objeto normal. Sin embargo,
su postura ante la homosexualidad
femenina era totalmente diferente.
Defendió el amor lésbico desde el
candor, la inocencia y la naturalidad.
Excluyó de pecado y de culpa al
lesbianismo y criticó a quienes llamaban “perversión”, a esta forma de
homosexualidad. A los hombres gays les llamaba "caídos". Como doctora aseguraba que si un hombre no podía satisfacer sus exigencias sexuales, "aparecían las desviaciones". Y ya ve, hoy la izquierda se apropia del estandarte gay y feminista.
El presidente de Chile, Salvador Allende, se jactaba en asegurar que en su gobierno no había "ni ladrones ni maricones". Incluso el periódico "El Clarin" alertaba lanzando esta titular en abril del 1973: “Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la Plaza de Armas”. Y que sepamos el golpe de Pinochet fue en Septiembre.
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Mire, usted quiere saber a ciencia cierta acerca de la farsa del feminismo de izquierdas y la homosexualidad, échele un vistazo al libro "Invertidos y Rompepatrias", de Piro Subrat, y verá como es que ha sido de tolerante la izquierda históricamente. Este libro desmitifica una izquierda que se ha auto nombrado como la defensora de los derechos LGTB, ignorando un pasado repleto de rechazo a cualquier expresión sexual no normativa.
FEDERICA MONTSENY
La anarquista de izquierdas Montseny, que fue ministra de sanidad durante la segunda republica, decía respetar la homosexualidad pero matizaba ...
"Yo respeto la libertad de todo el mundo, lo que disgusta es que estos seres, los gay, se crean superiores a los demás.
En Francia, por ejemplo, existe un grupo de maricones que dice que cada maricón vale por dos hombres normales.
Valiente estupidez. Por mi parte los considero equivocaciones de la naturaleza y para mí no sólo no valen como dos,
sino que no valen como ninguno.".
Esto lo dijo en una entrevista en 1977 con la revista Destino y donde agregó además...
"La verdad es que todos esos movimientos ya me empiezan a inquietar un poco. La
homosexualidad, a mi entender, es un símbolo de debilidad, de decadencia social; no olvidemos, por ejemplo, que los
griegos iniciaron su decadencia con ella. La verdad es que es un tema que me tiene muy preocupada".
Es que pensar que las únicas relaciones naturales posibles son entre un hombre y una mujer, fue una ideología que estuvo incrustada durante mucho tiempo en la mentalidad de marxistas, anarquistas y sindicalistas de distinto signo, y Fidel Castro en Cuba fue un excelente ejemplo.
CUBA.
Se dice que el peor periodo en la historia de Cuba en este sentido fue antes del 1900. En el siglo XIX la sociedad y la política cubana no constituían un buen ejemplo de respeto, más bien todo lo contrario. La orientación homosexual era entendida como viciosa e improductiva, con lo cual era demonizada y hasta en muchas ocasiones condenada también.
Bien atrás en los tiempos, siglo XVI y al mando Diego Velázquez, el cruel encomendero extremeño Vasco Porcallo Figueroa y de la Cerda, un conquistador que llegó a la isla de la mano del propio Velázquez, ya se reprimían ferozmente las practicas homosexuales entre los aborígenes. En un post anterior, el historiador Abel Sierra cita en su libro "La Nación Sexuada" del año 2000, la extrema brutalidad con la que se castigaba "la sodomía" en aquellas tribus indígenas cubanas.
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En la década del cincuenta el turismo norteamericano era muy habitual. La imagen es la extensa barra del bar Sloppys Joe´s, de la calle Animas, esquina a Agramonte, en la Habana. |
Con los años, siglo XVII, se llegó a crear un centro en la Habana para encerrar a la que entonces era considerada como "escoria de la sociedad". La cárcel de Cayo Puto, antes Cayo Arenas o Isla de las mujeres, donde iban a parar tanto lesbianas como gays que por entonces se les conocía como "Amujerados".
En un artículo aparecido en el "Esquife", en septiembre 4 de 1813, al beaterio de Cayo Puto lo mismo enviaban prostitutas, homosexuales, violadores y hasta "empinadores de papalotes" en azoteas (voladores de cometas). En ese esquife, un tipo de embarcación pequeña, eran recogidos en el espigón de Tallapiedra y llevados hasta este centro de internamiento un tanto separado de la Habana.
En su libro "Ciencia y poder en Cuba", de 1965, el medico, escritor y ensayista, Pedro Marqués de Armas, refleja el caso de la doctora francesa Enriqueta Faber, de 32 años, viuda de un oficial del ejército galo de nombre Juan Bautista Reanau, muerto en la guerra contra Alemania. Según ella, la muerte de su esposo la llevó a vestirse de hombre e irse a estudiar a París, donde se recibió de médico cirujana.
Esta señora, llegada desde la isla de Guadalupe a Cuba en 1819, y considerada después como la primera mujer que ejerció la medicina en la isla, no solo era una travestida, tambien era lesbiana. En Baracoa contrajo matrimonio con la señora Juana de León Hernández que la denunció "al sentirse estafada". Por ese motivo la doctora Faber fue desterrada de Cuba por lesbiana. Por otro lado, y bajo el seudónimo de "El amante del periódico", el presbítero José Agustín Caballero aseguraba:
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Brandon en la Habana |
Sabido es que no pocas de aquellas meretrices compartían techo, e incluso cama, con muchos de estos "sodomitas o pederastas" que era como les llamaban, términos jurídicos que se usaban en aquella época y se siguieron usando hasta bien entrada la mitad del siglo XX.
Las prostitutas los empleaban como "criados sin paga" a cambio de que limpiaran, fregaran y hasta lavaran la ropa. Un negocio redondo para ellas. Aún así constituían "competencia" para la clientela que por otro lado, también debió ser bastante.
José Martí, en su denuncia "Vindicación a Cuba" del 21 de marzo de 1889, le salió al paso a un artículo publicado en "The Manufacturer" de Filadelfia titulado "¿Queremos a Cuba?, donde se señalaba a los cubanos de débiles, incapaces de vencer a España y de "afeminados".
Aunque no está claro que haya sido ese el motivo por el cual el apóstol alzó su voz, o su pluma en este caso, sí lo denunció en otra publicado cuatro días después en el "The Evening Post". Pero no vaya usted tan lejos. Para el generalísimo Máximo Gómez los habaneros éramos "unos saltimbanquis", unos vagos e incapaces que lo único que sabíamos era bailar.
LA REPUBLICA
En aquella Habana había de todo y para todos los gustos y sobre todo algo muy importante, anonimato. En una entrevista para su biografía, publicada en 1976, y titulada “The Only Contender”, el famoso actor Marlon Brandon comentó: “La homosexualidad está tan de moda que ya no es ninguna noticia".
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Muchos homosexuales Cubanos se vieron obligados a marcharse por el puerto del Mariel, durante el éxodo de 1980. |
Sobre todo viniendo de él, que a la Habana se iba en los años cincuenta "en busca de otros aires". No piense mal, nos referimos a las tumbadoras y los bongoes, pues se conoce que el actor del Padrino era un fanático a estos instrumentos musicales de percusión.
Durante una corta visita que hiciera a la Habana, dos de sus contactos mientras estuvo hospedado en el hotel Packard de Prado y Cárcel, fueron el pianista Bebo Valdés y el pelotero Sungo Carrera, dos grandes conocedores de la noche habanera.
Por otro lado el escritor Darwin Porter, autor de "Brando Unzipped" de 1975, afirmó que el actor tuvo encuentros sexuales con otros famosos colegas de profesión de aquella época, como Burt Lancaster, Laurence Olivier, John Gielgud, Tyrone Power, James Dean, Montgomery Clift o el compositor musical Leonard Bernstein.
De la misma manera amó también a grandes actrices, tales como Shelley Winters, Ava Gardner, Marilyn Monroe, Gloria Vanderbilt, Ingrid Bergman, Anna Magnani y hasta al mito de la canción francesa, Edith Piaf. Al morir sus cenizas fueron mezcladas y esparcidas junto con las del comediante Wally Cox, su amor de la infancia que había fallecido en 1973.
Hace unos años el bailaor flamenco, Rafael Amargo, se confesó bisexual en una entrevista. Fue en la revista Carteles de 2018, donde llegó a afirmar que había tenido "líos" con hombres y que si había repetido era porque le había gustado. En relación al tema, el bailaor soltó algo tan insólito como esto:«A mí no me gusta que llamen a otra persona de una manera tan despectiva como "maricón", ya que para mi los maricones son como terroristas, pederasta, hijos de puta, ladrones, alguien que hace el mal».
Seguimos.... El pasado colonial y después republicano, consolidó sin ninguna duda una estructura social machista y homófoba en la isla, que luego continuó con mucha más fuerza durante el Castrismo y donde en efecto, la colonización española tuvo mucho que ver en la construcción de un patrón machista de masculinidad en nuestra sociedad.
Sabemos de la pata que cojeó el asesino en serie argentino Ernesto Guevara. Asentada sobre la base del desprecio, la desconfianza e incluso la condena del homosexualismo, lo vivimos con la creación de los campamentos de la UMAP y luego en medio de aquellas vergonzosas manifestaciones que se hicieron durante el éxodo del Mariel.
Y a pesar de los tenues avances que se han conseguido, sobre todo a raíz de la llegada de la internet, Cuba sigue siendo una isla patriarcal y muy homófoba. Todavía reza ese refrán que escuchamos tanto durante nuestra niñez: "Usted podrá ser todo lo que quiera menos ladrón y maricón". ¿A cuantos varones nos dieron ese consejo?, probablemente a la gran mayoría.
Maldita Hemeroteca
Fuentes:
-Hotel Telégrafo
-La Habana Elegante
-“Antecedentes de la homofobia cubana contemporánea” (2006) de Emilio Bejel,
-“Género y masculinidad en Cuba: ¿el otro lado de una historia?” (2002) de Julio César González Pagés, -“Sexualidades disidentes en el siglo XIX en Cuba” (2005) de Abel Sierra Madero
-“El travestismo y la tradición del desconocimiento en Cuba” (2006) de James J. Pancrazio.
-Roig de Leuchsenring, Emilio, “La primera mujer médico de Cuba, en 1819”-Hotel Telégrafo
-La Habana Elegante
-“Antecedentes de la homofobia cubana contemporánea” (2006) de Emilio Bejel,
-“Género y masculinidad en Cuba: ¿el otro lado de una historia?” (2002) de Julio César González Pagés, -“Sexualidades disidentes en el siglo XIX en Cuba” (2005) de Abel Sierra Madero
-“El travestismo y la tradición del desconocimiento en Cuba” (2006) de James J. Pancrazio.