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NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA.

De izquierda a derecha Jesse y el profesor de Química Walter White. // 

Es muy útil realizar de vez en cuando un ejercicio de introspección y reflexión. Sí, porque en ocasiones no nos damos el respeto que nosotros mismos merecemos, no valoramos lo que ha sido valioso y lo que es peor, ni siquiera recabamos en la admiración que producimos en los demás.

Y un ejemplo de esto fue la carrera del cuarteto vocal "Los Zafiros", formados allá por los años 60. Cuatro jóvenes cubanos, Leoncio Morua (Quique), Miguel Cancio (Miguelito), Ignacio Elejalde y "El Chino" Eduardo Elio Hernández; que fueron acompañados por el músico Néstor Milí Bustillo, quien años más tarde sería sustituido por el gran Manolo Galván como director musical, dejaron un breve legado en nuestra cultura.

No vamos a entrar en la historia. Solo decir que cuestiones internas, sumadas al mismo proceso revolucionario, les fue destruyendo de a poco. Dos de sus miembros murieron muy jóvenes. Ignacio en 1981 de hemorragia cerebral a la edad de 37 años, y Kike en 1983 de cirrosis hepática, mientras que el Chino, afectado por problemas de visión y de alcoholismo, vivió como pudo en su Cayo Hueso hasta el 8 de agosto de 1995, que pasó a mejor vida a los 56 años.

Al menos que sepamos, solo Miguel Cancio sobrevivió a la hecatombe, ya que Galbán fue el ultimo en fallecer en 2011. Y decíamos que en ocasiones no valoramos lo nuestro porque aunque la revolución los consideró extranjerizante y los marginó en detrimento de una música protesta que, por regla general, y salvo pocas excepciones, fue un puro coñazo, tuvo que ser otro creador, americano por demás, quien recolocó a estos cuatro cubanos en el universo artístico, Mr Vince Gilligan.

Galbán al centro con los cuatro intérpretes.

Gilligan, como los productores de ACM, escogieron un fragmento de la obra de los Zafiros para el cierre de uno de sus capítulos cruciales, el sexto de la tercera temporada. Fue el momento en que el protagonista Walter White, y su compañero de tropelías Jesse, contemplaban cómo la caravana laboratorio donde comenzaron a cocinar por primera vez las metanfetaminas, se convertía en chatarra.

Uno se pregunta: ¿Qué necesidad tenía Gilligan de escoger ese fragmento para darle color a esa escena, si contaba con miles y miles de baladas a su entera disposición?. En cambio, el tema "He venido", esa obra de arte que un día Leoncio, Miguel, Ignacio y el Chino interpretaron, mereció el mérito por sí sola. Recuerde que estamos hablando de la que posiblemente haya sido la serie más vista en la historia de la televisión, salvando a los Sopranos. 

Sabemos que se ha hablado mucho de esto pero es importante tener claro una cosa, y es que aunque el tema se acompañó de otros para musicalizar el capítulo, como “Sun Shine On Me” de Buddy Stuart y “Ginza”, de Vince Guaraldi, Gilligan prefirió con "He venido" cerrar una etapa en la serie que, a partir de aquí, dio un giro de 360 grados para lo que vino después.

La destrucción de aquella caravana, el lugar seguro donde Jesse y Weiss decidieron un día cocinar su producto de forma segura y por primera vez, dio paso hacia otros derroteros en la serie. Pero hay más, el mismo nombre del histórico álbum y quizás en un gesto de romanticismo puro de su director, simbolizó el color azul del ilegal, pero exclusivo producto, que fue el eje de su trama. ¿Había reparado en esto?.

En fin que como dice ese refrán de la biblia, “Nadie es profeta en su tierra”, y que se suele aplicar cuando una persona no es valorada por su comunidad o no alcanza a reunir los medios para ser escuchado, se aplica perfectamente en este caso.