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A SESENTA Y CINCO AÑOS DE UNA PROMESA INCUMPLIDA


A los pocos días del triunfo de la Revolución se publica la Ley 26 del 26 de enero de 1959, que suspendió por cuarenta y cinco días la expulsión de sus viviendas, decretada contra muchas familias mediante juicio de desahucio.

Un mes después, el 17 de febrero de 1959, la Ley 86 creó el Instituto Nacional de Ahorro y Vivienda (INAV), orientado a dar solución al problema de la vivienda. En 10 de marzo del mismo año, la Ley 135 paralizó en gran parte la especulación en los arrendamientos urbanos al determinar la rebaja en un 50 por 100 de los precios mensuales de arrendamiento, inferiores a 100 pesos; en un 40 por 100, de los alquileres de 100 a 200 pesos, y en un 30 por 100, en los demás casos.

En agosto del mismo año, la Ley 503 suspendió una vez más los juicios de desahucio, y por fin el 14 de octubre de 1960, se cumplen hoy 65 años, se promulgó la Ley de Reforma Urbana, con rango Constitucional, dado que para entonces no existía un parlamento en la entonces política cubana. Precisamente es la disposición final de la Ley la que recoge este principio al afirmar que ....

"En uso del Poder Constituyente que compete al Consejo de Ministros, se declara la presente Ley parte integrante de la Ley Fundamental de la República, la que así queda adicionada". "En consecuencia, se otorga a esta Ley fuerza y jerarquía constitucionales, que comenzará a regir desde su publicación en la Caceta Oficial de la República."

Sin embargo, porque con las peripecias del comunismo en Cuba siempre hay un "Sin embargo", y resultó que como promedio anual el primer plan de 1960 a 1970 no pudo rebasar las 11.000 viviendas y el segundo plan, de 1971 a 1980, a duras penas alcanzó las 17.000.

De tal forma, en los primeros 20 años el ritmo de construcción anual resultó inferior al período 1946-1953, lo cual en lugar de aliviar agudizó el déficit habitacional. Y así estuvimos hasta que entonces llegó el brutal "Periodo Especial" en la década de los 90, quedando demostrado que un estado totalitario y dependiente de la ya extinta Unión Soviética, no sería capaz de resolver jamás el problema habitacional del país. Por el contrario...

Cuba, un país con algo mas de 8 millones de habitantes, cuenta con más de 3,9 millones de viviendas de las que el 37 % se encuentran en regular y mal estado técnico, de acuerdo con cifras oficiales.

Hoy, a 65 años de esta ley el panorama Cubano es muy triste. Hasta el mes de junio, y según informes del mismo régimen, el déficit de viviendas en Cuba asciende a 805.583 y, en lo que va de año, pues apenas ha edificado un total de 2.728, lo que representa un crecimiento del 0,1 % anual, en cambio la inversión pública se ha enfocado en la construcción de hoteles, principalmente de lujo, en detrimento del sector habitacional. 

Y no solo es que no construyen, es que aun quedan casi cioen mil viviendas pendientes de recuperación, afectadas por los recientes ciclones así como los dos sismos registrados el pasado año. Eso sin contar que, según los datos oficiales de los cuales no te puedes confiar ni un poco, solo la Habana tiene ciento ochenta y seis mil inmuebles en mal estado, de los que ochenta y cuatro mil necesitan una reparación parcial y más de cuarenta y seis mil requieren una reforma integral.