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| Federico Eduardo Isidro Fernández Cavada y Howard. // |
Federico Eduardo Isidro Fernández Cavada y Howard había nacido en Cienfuegos el 8 de julio de 1831. Era hijo del español Isidoro Fernández Cavada y de Emily Gatier, nacida en Filadelfia, Estados Unidos.
Cuando fallece su padre él y sus hermanos, Emilio y Adolfo, regresaron con su madre a los EEUU. Allí cursó estudios primarios y luego se formó como ingeniero y topógrafo. Por sus conocimientos, en agosto de 1861 se alistó como capitán en el vigésimo tercer regimiento de Infantería de Pensilvania, en el marco de la guerra civil entre el norte y el sur.
Participó en varios combates, aunque el sangriento "Gettysburg" frenó de golpe su andadura militar. No están muy claros los motivos por los que fue acusado de cobarde, aunque algunos historiadores afirman que se dejó capturar en aquella batalla del 1ro de julio de 1863 que, por cierto, se cumplirán 160 años de aquel encarnizado episodio bélico en Estados Unidos. Otros, en cambio, aseguran que el asma que padecía fue lo impidió resistirse a ser capturado.
Sin embargo, luego de estar 9 meses preso en la prisión de Libby, en Richmond, Virginia, logró su libertad condicional y, para limpiar su imagen, se re-incorporó a las fuerzas del general David Bell Birney hasta su muerte en 1864. Es cuando decide viajar a Cuba y establecerse en la zona de Trinidad, provincia de las Villas, buscando un mejor clima donde mejorar su delicado estado de salud. (ver Libby Life).
Al estallar la Guerra de los Diez Años en Cuba, fue uno de los escogidos para preparar militarmente a los alzados. Se supone que Carlos Manuel de Céspedes aprovechó todo ese conocimiento que traía del ejercito americano y donde llegó a alcanzar los grados de teniente coronel, para la formación de los primeros rebeldes Cubanos. De hecho fue el militar hispano norteamericano que más alto rango alcanzó en aquel ejército.
El 6 de febrero de 1869 se alzó en la ciudad de Trinidad y estableció su campamento en La Macagua. Ascendido a Mayor General por obra y gracia Céspedes que los repartía como si fueran churros, recibió la jefatura de la División de Las Villas. Junto con su hermano Adolfo, libró numerosos combates e incluso llegó apoderarse de aquella ciudad.
Pues bien, se puede asegurar con total exactitud, que este señor fue uno de los mayores pirómanos de aquella primera guerra libertadora Cubana. De hecho le apodaron el "El general candela", debido a la gran cantidad de infraestructura económica que sometió a sus llamas.
Fue partidario de destruir las propiedades de todo aquel que, aunque fuera criollo, fuera sospechoso de apoyar a España. Sin embargo esa práctica fue la que selló su destino dos años después. Pasa que a medida que avanzaba la guerra, la situación de lo cubanos comenzó a enfrentar serias dificultades.
Se sucede la muerte de varios líderes cubanos, el cantón de Holguín se declara independiente, mientras que por otro lado el presidente Tomás Estrada Palma era hecho prisionero y deportado a España. Todos estos reveses terminaron por resquebrajar el ánimo, y aumentar la desmoralización que ya existía dentro de las tropas mambisas.
A todo esto habría que sumarle que la supuesta invasión norteamericana en ese momento no se produjo, así como el caudillismo, el hambre y la falta de armamentos y sobre todo, la llegada desde España de un regimiento con 20 mil hombres al mando del general Arsenio Martínez Campos, acabo en la inevitable capitulación.
Ante esta situación, el general Federico Cavada decide intentar marchar cuanto antes hacia Estados Unidos. Las cifras destruidas que dejó detrás fueron demoledoras, e indicaban que 83 ingenios azucareros habían sido destruidos, con lo cual sabía perfectamente lo que le esperaba en el momento en que le "echaran el guante". No tenía otra opción que escapar, aunque de cara a la galería le habían fabricado una supuesta salida en "misión de recabar ayuda".
Con esa intención o no, Cavada se puso en contacto con un capitán de barco de apellido Osorio y viajó hasta "Cayo Cruz", en la costa norte de Camagüey. En ese punto se hizo a la mar en un bote de remos con la intención de llegar hasta Nassau, pero un fuerte oleaje le hizo regresar. Allí, esperando poder salir de nuevo, fue delatado y capturado por marineros de la cañonera española "Neptuno", que lo llevaron hasta Puerto Príncipe y de allí a Nuevitas donde fue juzgado y condenado a muerte.
Por su parte el capitán Osorio recibió la misma sentencia por el delito de piratería. Los generales norteamericanos George Gordon Meade, Daniel Sickles y Ulysses S. Grant, trataron de mediar con España para evitar la ejecución, pero era evidente que un hombre que había causado tanto daño a la economía no sería perdonado de ninguna manera. El 1 de Julio de ese año 1871, fue ratificada su sentencia y, el día diez, caía abatido por los balas de un pelotón de fusilamiento.
Fin
Maldita Hemeroteca
Fuentes: Volker Mollin: "Singularidad historiográfica de la guerra de los 10 años en Cuba" / José Pardo Llada / "Bartolomé Masó: el presidente que vetaron los yanquis, Patronato del Libro Popular, La Habana 1960". / "Web Cuba y su historia". / "La revolución de Yara 1868-1878" de Figueredo Socarrás Fernándo / Ramiro Guerra: "Antecedentes y significación de la guerra de 1868, La Habana. 1942"