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CON DIOS Y CON EL DIABLO AL MISMO TIEMPO

"El apagón", un Guernica a los cubano pintado por Pedro Pablo. // 

Varios medios han informado que el pintor pinareño, Pedro Pablo Oliva, abrió un estudio de arte en la ciudad de Miami, tal y como aparece en su propia pagina de Facebook. La semana pasada uno de ellos, el influencer Alex Otaola, daba la noticia en su programa destacando una parte de su obra donde recrea al fallecido dictador Fidel Castro.  

Lo que quizás no sabía Otaola en ese momento es que este señor era descendiente de un personaje polémico donde los haya dentro de la historia de Cuba, nada menos que nieto del fusilero de que le dio muerte a José Martí en aquella maldita sabana de Dos Ríos el 19 de Mayo de 1895, Antonio Oliva.

Y en un anterior post decíamos que nadie puede hacerse responsable por lo que hicieron sus antepasados si en realidad no podemos responsabilizarnos ni con lo que hacen nuestros propios hijos, pero aún así a nadie le gustaría tener en su árbol genealógico un familiar como el que le tocó a este pintor.

De hecho él mismo dijo una vez que los cuadros que pintaba con la temática de Martí, eran como una especie de exorcismo personal por lo que hizo su abuelo en el pasado. Así es la guerra, unos van a matar y otro a que los maten, y si algo exoneró a su abuelo fue que no sabía ni a quien había matado cuando cabalgaba como un loco directo hacia la mira de su fusil. 

Y decimos fusil, por que según declaró el cabo sanitario español Juan Trujillo el 23 de mayo de 1899 al periódico "La Discusión", el fusilero Oliva había rematado a Martí de un tiro de su tercerola "Remington" calibre once, que era el arma oficial de la caballería de la guardia civil española. Es que hay quien sostiene que fue "rematado" con un revólver.

Hay más...

Por otro lado Cayetano Martí Arias, práctico Cubano que contó su versión de los hechos, afirmó que cuando Martí apareció revólver en mano ya se había decretado el alto al fuego, y que si no llega a ser porque cayó abatido, se hubiera metido dentro de las propias línea enemigas.

Esto coincide con lo declarado el treinta de enero de 1899 al periódico "La Discusión" por el capitán Fernando Iglesias, el jefe de la compañía española que sostuvo el peso del combate, donde corroboró que el fusilero Oliva disparó contra Martí al verle cabalgando en su misma dirección, lo que prueba que Martí ni sabía muy bien hacia donde iba. Arias aseguró además que si hubieran sabido quien era, seguramente hubieran intentado cogerlo preso como es lógico, más tratándose de que el coronel Ximénez de Sandoval lo conocía perfectamente. 

Cuando el fusilero se fue a celebrar "su hazaña" con una botella de anís en la taberna de Jaime Sánchez, el hombre que posteriormente ayudó a confeccionar el sarcófago de cedro barato donde metieron el cadáver del maestro, dijo que celebraba el haber dado muerte a un tal "Martínez" que, según sus jefes, era un enemigo importante.

Total que a juzgar por lo que dijo al periódico "Patria" su hermana Olivia, tía abuela de este pintor, así como un primo que era mambí, Juan Eugenio Oliva, el fusilero se embarcó hacia España a finales de la guerra. Quizás sintió que nada bueno le deparaba por lo que había hecho si se quedaba en Cuba, y estaba claro. 

Tanto fue así, que la narrativa mentirosa y compulsiva del régimen castrista no se cansa de repetir una vieja fábula publicada en la revista Bohemia de 1969, que lo habían ajusticiado "a machetazos" - así con más saña" en la localidad de Palmarito de Cauto en Santiago de Cuba. 

En fin...

Solo agregar, que entre todos los objetos que le fueron requisados al cadáver, el revolver "Smith and Wesson" con la culata de nácar se lo obsequiaron a Oliva. Señalar también que afirmar que José Martí fue el único fallecido en ese combate es totalmente falso, toda vez que el teniente coronel bayamés Juan Francisco Blanco, alias "Bellito", que había resultado herido en esa refriega, murió a los dos días en circunstancias no muy clara que digamos.

Hay versiones que apuntaban a que Bellito se había enfrentado al generalísimo Máximo Gómez por un asunto de reses en Jiguaní, lo que Martí dejó reflejado en su Diario el día diez, y por supuesto eso ha dado origen a una improbable, pero muy posible hipótesis, que lo "dejaron morir". Era uno de los hombres más valiosos del general Bartolomé Masó en ese alzamiento de 1895.

Además, otro tema del que apenas se habla es que se cree que previo a las acciones, como a las nueve de la mañana, el mambí Carlos Chacón había sido capturado por el cabo español José Rubio, y una vez que fue llevado ante el comandante Ximénez de Sandoval le confesó que iba a por víveres "por orden del presidente", (José Martí) e incluso les chivó que la fuerza mambisa contaba con seiscientos hombres aproximadamente. 

Con una de sus obras con el tema Fidel Castro.

No podemos culpar al abuelo de esta muerte, a la guerra se va a matar o a que te maten, de hecho existe una carta escrita por el propio coronel Sandoval y dirigida al albacea de Martí, Don Gonzalo de Quesada y Aróstegui, fechada el cuatro de septiembre de 1908 en Valencia, en la que señala a Máximo Gómez como el único y verdadero responsable de esa muerte: 

"Si un consejo de guerra le hubiera juzgado, así lo habría estimado, por no saberse imponer a Martí, atacar a ciegas y dejar hacer a sus subordinados cuanto les vino en ganas”.

Es muy probable que José Martí haya querido quitarse de encima ese "sambenito" de no haber combatido en la manigua Cubana, el mismo que en 1891 le llevó a retar a duelo al jefe del ejercito en las Tunas, el coronel Enrique Collazo Tejada, quien le acusó de rehuir el peligro, adular a los emigrados e incluso, de servir a España y a los Estados Unidos.

Total, que lo que pinte o no este señor a mi me la trae floja la verdad, allá él con su condena en cuanto a su abyecto modelo, pero todos sabemos que si había alguien que no daba una costura en falso con respecto a su imagen exterior, esa era Fidel Castro y ahí esta la carta que le enviara a un descendiente de Ximénez de Sandoval donde "reconoce" el respetuoso trato que le dieron al cadáver de Martí aquel día. 

Repetimos, nadie puede hacerse responsable por lo que hicieron otros miembros de la familia, pero sí por lo que hace o por lo que está haciendo. Y adorar a Fidel Castro viviendo en Miami como que "no juega la lista con el billete". A mi modo de ver las cosas y quizás este equivocado, Oliva no es más que otro de los tantos "ñangaras" de la UNEAC que intentan legitimar el relato oficialista y, de paso, hacer las paces con dios y con el diablo al mismo tiempo. No ha sido el primero ni el único.

Jorge García
Maldita Hemeroteca.

NOTA: En el momento de la sepultura, ningún cubano de los allí presente se atrevió a pronunciar una palabra. Solo el coronel Sandoval, a modo de despedida, dijo lo siguiente:

Coronel Sandoval
"Señores ante el cadáver del que fue en vida José Martí y ante la carencia absoluta de quién pronuncie las frases que la costumbre ha hecho de rúbrica, suplico a ustedes no vean en el que a nuestra vista está, al enemigo y si al cadáver del hombre que las luchas de la política colocaron ante los soldados españoles.

Desde el momento que los espíritus abandonan las materias, el Todopoderoso, apoderándose de aquellos, los acoge con generoso perdón allá en su seno; y nosotros al hacernos cargo de la materia abandonada cesa todo rencor como enemigo y dando a su cadáver cristiana sepultura que los muertos merecen. He dicho".

NOTA 2: En mayo del 2011, autoridades de cultura le obligaron a cerrar la casa taller que tenía en su provincia. Consideraron que el proyecto se había "desviado de los objetivos culturales por los cuales había sido fundado". Todos estos temas los ventiló Oliva en una carta que le envió a la periodista Yoanis Sánchez y que fue publicada en el sitio "14yMedio", y posteriormente en un artículo de ese mismo año en "Café Fuerte" titulado: "Cuba no es el país que soñé".