La narrativa "Levantamiento del embargo" tiene varias aristas. Por un lado podría fortalecer a la dictadura cubana al inyectar recursos que fortalecerían a los grupos de élite que seguirían controlando la economía, limitando aun más la iniciativa privada y reprimiendo las libertades civiles.
De hecho, haciendo un gran esfuerzo se podría hasta pensar lo contrario, pero visto lo poco que le interesa al régimen de la Habana la situación económica por la que atraviesan los Cubanos, así como la rampante corrupción de su dirigencia, esa teoría sería puesta en duda inmediatamente. ¿Y si es la Habana la que no le interesa que Washington lo levante?.
No hay que ir tan lejos, en 2016 el entonces presidente Brack Obama estaba orientado en este camino, sin embargo una vez olieron el peligro la tiranía no tardó en hacer estallar esa posibilidad. Tenga en cuenta que que el régimen de la Habana suele atribuir la culpa de sus ineficacias económicas al efecto de las sanciones y la obtención de financiamiento. ¿O no?
La posibilidad de comercializar con el resto del mundo entero es un hecho palpable. El castrismo mantiene lazos estrechos de cooperación y de comercio con todos los países europeos e incluso el mismos Estados Unidos se ha convertido con los años en su principal exportador de alimentos y medicamentos.
El documento del subcomité de inteligencia de la Cámara de Representantes va mucho más allá y cuestiona cómo las agencias de inteligencia manejaron este asunto, ocultaron información valiosa e intentaron frustrar los esfuerzos de investigación para descubrir la verdad en cada paso, el síndrome afecto a funcionarios de Estados Unidos y Canadá.
En declaraciones al Miami Herald, la oficina del director de inteligencia respondió que no estaba de acuerdo con las conclusiones del informe, pues la investigación que llevaron a cabo, fue una de las más transparentes y completas de toda su historia, incluso consideran poco probable que un adversario extranjero sea responsable del síndrome, aunque no es la primera vez que este tema esta sobre la mesa.
Maldita Hemeroteca









