Ya lo dijo ese mítico cátcher de los Yankees, "Esto no se acaba hasta que se acaba", y no hubo coronación canadiense en el sexto partido de la Serie Mundial como muchos ya habían predicho.
Eso no ocurrió con Yoshinobu Yamamoto en la lomita. Tampoco con Mookie Betts recordando la clase de jugador que es. Tampoco con los Dodgers demostrando otra vez su pedigrí de postemporada. Tampoco en una Serie Mundial que irá al 7mo encuentro que se merece.
Y ahora esta maravillosa Serie Mundial, que ya ha visto una batalla pareja entre Los Ángeles y Toronto atormentarse en un encuentro de 18 episodios, concluirá con un decisivo Juego 7 el sábado -- el primero de dicha clase en un Clásico de Otoño desde el 2019 (Nacionales sobre Astros).
Con hombres en base en la novena entrada luego de que Barger, con un corredor en la inicial contra el cerrador de los Dodgers, Roki Sasaki, diera un batazo a la pradera central.
La pelota quedó engarzada en la base de la barda, y el jardinero central de Los Ángeles, Justin Dean, levantó sus brazos. Aunque Barger y el corredor emergente Myles Straw corrieron hacia el plato, la jugada quedó muerta (que se ratificó tras una revisión) y los corredores fueron obligados a volver a las bases.
Los Dodgers acudieron a Tyler Glasnow, quien se anticipaba que fuera el posible abridor para el Juego 7. Un out después, el venezolano Andrés Giménez dio una línea de out hacia el bosque izquierdo, y el guardabosque puertorriqueño Kike Hernández la atrapó antes de realizar un tiro para retirar a Barger en la segunda base y ponerle fin al partido con una doble matanza.
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