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| Duelo entre la condesa Polignac y la marquesa Nesle. // |
La primera forma de duelo en Europa fue el llamado «duelo judicial», un juicio por combate practicado con cierta frecuencia durante la Edad Media: si el/la acusado/a de un delito se declaraba inocente, el asunto se resolvía en duelo, por lo general a espada.
Se celebró hasta finales del siglo XVI (excepto en Inglaterra, donde siguió siendo legal hasta 1819, si bien no se permitía participar a las mujeres). Tras ser eliminado del sistema judicial no desapareció, sino que la costumbre prosiguió entre la nobleza de toda Europa, como el método más apropiado para resolver en privado litigios de honor. Y entonces la mujeres entraron en la escena.
Hay rastros de duelos entre mujeres desde el siglo XVI, aunque estos eran esporádicos pero desde entonces no fue una práctica exclusiva de los hombres. Las mujeres también llegaron a enfrentarse entre ellas y bastante decididas que eran, no crea. De hecho en Francia, Italia, Inglaterra y Alemania, las damas cruzaban espadas por los motivos más nimios, como una mala mirada o coincidir con el mismo vestido en una fiesta.
La ferocidad de los enfrentamientos femeninos era inusitada: de cada diez duelos, ocho acababan en muerte, y si lo comparamos con la media de los hombres, cuatro de diez, comprobará de inmediato que las damas no se andaban con cuentos. Las señoras estaban tan habituadas a las armas, que incluso posaban para los retratistas espada en mano.
La costumbre se prolongaría durante los siglos XVIII, XIX y hasta principios del XX, curiosamente asociada a la emancipación de la mujer. Hay varios cuadros en el museo del Prado donde se pueden ver varios de estos duelos. Uno de ellos fue el que tuvo lugar en 1552. Con la presencia del virrey de Nápoles y el marqués del Vasto, se enfrentaron dos damas napolitanas, Isabella de Carazi y Diambra de Petinella, que se disputaban el amor de un apuesto joven llamado Fabio de Zeresola.
UNA LECCIÓN QUE NO OLVIÓ JAMÁS
A mediados del siglo XVII la condesa de Saint-Belmont, ya viuda, envió una tarjeta de desafío a un funcionario que había sido descortés con ella. La condesa firmó la tarjeta como «Caballero de Saint-Belmont» y el individuo aceptó, sin sospechar que se enfrentaba a una mujer.
A mediados del siglo XVII la condesa de Saint-Belmont, ya viuda, envió una tarjeta de desafío a un funcionario que había sido descortés con ella. La condesa firmó la tarjeta como «Caballero de Saint-Belmont» y el individuo aceptó, sin sospechar que se enfrentaba a una mujer.
La condesa le desarmó fácilmente, y cuando ya le tenía a su merced le dijo: «se equivoca si cree que ha estado luchando con un caballero. Soy la Señora de Saint-Belmont, y le insto a ser más sensible a las peticiones de las mujeres».
DUELO LESBICO
Hacia 1675, Hortensia de Mancini, duquesa de Mazarino, era célebre en la sociedad de la época como esgrimista, jugadora y pistolera. Mantenía una relación lésbica con Anne, condesa de Sussex, hija ilegítima del rey y de la duquesa de Cleveland. El affaire acabó en un duelo de esgrima amistoso y público, en el parque de St James.
Uno de los duelos más sonados e insólitos a la vez sucedió en 1886. Se originó por una disputa profesional entre la francesa Marie-Rose Astié de Valsayre y miss Shelby, de nacionalidad estadounidense, quienes mantuvieron una discusión sobre cual de las doctoras de sus respectivos países eran mejores. Eran tiempos en que la mujer empezaban a matricular en las facultades de Medicina. Este duelo lo ganó la europea.
POR UN MISMO HOMBRE
Hacia 1675, Hortensia de Mancini, duquesa de Mazarino, era célebre en la sociedad de la época como esgrimista, jugadora y pistolera. Mantenía una relación lésbica con Anne, condesa de Sussex, hija ilegítima del rey y de la duquesa de Cleveland. El affaire acabó en un duelo de esgrima amistoso y público, en el parque de St James.
Lógicamente el marido de Anne ordenó a su esposa que abandonase la ciudad. En realidad la duquesa era bisexual, pues marido tuvo varios. Ya para entonces había comenzado una relación lésbica con Sidonie de Courcelles. La belleza de Hortensia era tal, que con los años fue llevada al celuloide en una estupenda película.
DISPUTA PROFESIONAL
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| Año 1900: Un duelo entre parisinas a pecho descubierto, según la creencia para evitar que la ropa infecte las posibles heridas. |
POR UN MISMO HOMBRE
En 1721, la condesa de Polignac y la marquesa de Nesle se batieron a causa de un mismo amante. Las dos se entendían con el mismo hombre sin saberlo, el duque de Richelieu, el sobrino nieto del famoso cardenal. Cuando supieron que compartían hombre, saltaron de inmediato las chispas.
Como arma escogieron la pistola. La marquesa disparó primero, pero dio a un árbol. En este duelo sucedió algo bastante curioso, el disparo de Madame de Nesle impactó una rama de un árbol y la rompió, cayendo justo encima de su oponente. En cambio la duquesa tuvo mejor puntería y rozó un hombro de su contrincante. Las herida no fue grave, y afortunadamente pudieron despedirse con honor, y con vida.
DUELO FEMINISTA Y EN TOPLESS
El duelo más célebre entre dos damas tuvo lugar en agosto de 1892 en Vaduz, capital de Liechtenstein, entre dos mujeres casadas, la princesa Pauline Metternich, esposa del embajador de Austria en París, y la condesa rusa Anastasia Kielmannsegg, del embajador Statthalter de Baja Austria. Este envite pasó a la historia como «el primer duelo emancipado», porque todas las participantes, tambien las juezas, fueron mujeres.
El arma elegida fue la espada. En la tercera ronda la princesa recibió un corte en la nariz y la condesa resultó levemente herida en un brazo. Entonces las testigos ―otras dos damas de la nobleza― se apresuraron a detener el duelo, declarando vencedora a la princesa Metternich. El motivo del enfrentamiento fue simplemente por un desacuerdo entre las dos damas sobre los arreglos florales de un festival musical.
la vencedora fue Pauline, que reclamó la primera sangre por una estocada en el brazo de Anastasia. Desde entonces, muchos de los duelos femeninos se celebraban en toples y verán porque. Este duelo fue organizado y presidido por la baronesa Lubinska, que estaba licenciada en Medicina y dispuesta a tratar cualquier herida que se produjeran las contendientes.
La baronesa había observado que muchas de las lesiones leves que se producían en los duelos solían agravarse a causa de la infección, ya que las espadas introducían el tejido de las ropas en las heridas. Para contrarrestar este peligro, sugirió que las contendientes luchasen desnudas de cintura para arriba.
Así, durante la época victoriana tardía, el batirse a espada con el pecho desnudo se convirtió en una práctica habitual en los duelos femeninos. Esta costumbre no tenía ninguna connotación sexual, sencillamente era una forma de evitar que un duelo a primera sangre acabase en muerte más tarde.
Fuente:
La Vanguardia.es
Fuente:
La Vanguardia.es
Vagabunda.mx

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