| Articulo del combate e imagen del brigadier Agustín Luque. // |
Ayer debatíamos una historia ocurrida durante el ataque mambí al poblado de Cruces, en Cienfuegos, ocurrido en el mes de diciembre del 1895.
Como se ha dicho, allí el regimiento "Canarias" fue prácticamente despedazado, literalmente hablando, por la furia del machete mambí al mando de los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo entre otros, quienes dejaron tendido en el campo de batalla a más de 170 reclutas de ese regimiento, brutalmente macheteados tras los envites.
Sobre estas cargas, el historiador estadounidense John Lawrence llegó a decir, en su libro 'Guerra y genocidio en Cuba', (Turner) que «El machete vino a ser un rasgo distintivo de la osadía de los cubanos y de la incompetencia de los españoles». Esto, sin embargo, no siempre fue así.
Ya el perro les había mordido y muy duro, y para intentar contrarrestar estas cargas de caballería, las tropas españolas de infantería solían formar el clásico cuadro cerrado en el que teóricamente la artillería debía situarse en sus ángulos, pero esta formación era totalmente arcaica, de manera que alguna solución tuvieron que buscarle.
En 1896, tras un intenso tiroteo que obligó al lugar teniente general Antonio Maceo a abandonar el pueblo de Paso Real de San Diego, en la provincia de Pinar del Río, el Titán de Bronce realizó tres cargas con más de dos mil jinetes contra ochocientos soldados españoles, que esa vez transformaron los tradicionales cuadros en un semicírculo mucho más efectivo.
Lo sucedido en Paso Real el siete de enero de 1896 frente a las compañías Saboya, Soria y Galicia por el ala izquierda, y el regimiento San Quintín, al mando del coronel Cándido Hernández, por el centro, contrasta y mucho con lo sucedido en Cruces y Mal tiempo.
No sabemos si por fortuna o que, pero es al menos lo que recoge la historia, Maceo se libró de atacar personalmente pues un disparo había impactó directo en el bocado de su caballo, ese freno de metal que se introduce en la boca del animal.
De cualquier manera, el resultado de esas batidas que duraron aproximadamente tres horas, fue de entrada treinta mambises muertos, y una vez concluido cincuenta ocho bajas, según la prensa Cubana, aunque la revista Blanco y Negro cita sesenta y dos muertos, y entre ellos el comandante Pablo Chacón del regimiento "Céspedes".
Esta acción, como lo reportó en su momento esa revista el veintidós de febrero, se la anotó en su expediente el brigadier Agustín Luque y Coca, uno de los generales más jóvenes del ejercito español, quien recibió un balazo en una pierna y tuvo que ser sustituido por el coronel Cándido Hernández, que en opinión de muchos resultó el verdadero héroe.
Así lo narra el general Luque en un teletipo a la capitanía general:
"Me complazco en informarle que no tuve ninguna baja por causa de machete, pues nuestra artillería disparó "botes de metralla" de cincuenta metros. Les hicimos 62 bajas y 200 heridos, así como más de cien caballos muertos. Por nuestra parte resultó gravemente herido el comandante de la guardia civil D. Luis Mijares, y el de infantería José Ruiz Pérez que acaba de fallecer. En total tuvimos treinta bajas".
Mire, póngale que fue un parte algo falseado, da igual, el ejemplo lo trajimos para que se pueda apreciar que lo que dijo el comandante Manuel Piedra Martell del combate de Mal Tiempo, tenía toda la lógica del mundo...
“Ni antes ni después de la campaña vio en el ejército español a sus soldados perder la moral y desorganizarse... pero en Mal Tiempo se mostraron colectivamente inconsistentes y faltos de valor individual. De otra manera no hubiésemos podido producirle aquel desastre”.
Y entonces, ¿qué pasó aquí que no en Mal Tiempo?. Saque usted sus propias conclusiones. Busque, busque los relatos de Miró Argenter sobre este combate e incluso peor, los de la prensa castrista a ver que le cuenta.
En una nota escrita (pudiera ser en la revista Bohemia) por Antonio Navarrete y Sierra publicada con fecha veinticinco de abril de 1954, dice lo siguiente:
A continuación describe la parte del relato correspondiente al combate, leyendo un parte de puño y letra del general Luque...
El relato de esta visita, aparece guardado en los archivos del patrimonio documental de la oficina del historiador de la Habana, Emilio Roig de Leuchsenring.
"Maceo, deseoso de aniquilarnos,
cometió el error de cargar con unos dos mil quinientos hombres por todo ese frente que ocupaba mi extensa línea escalonada, que rompió el fuego por
descargas a ochocientos metros, llegando los jinetes enemigos a unos
cien metros de nuestras filas.
La
pieza de artillería, pues no tenía
más que una, hizo prodigios de celeridad y certeza en sus disparos.
Replegado el enemigo que volvió a cargar por segunda y tercera vez, cometiendo siempre el mismo error,
que proporcionó para nuestras armas brillantísima victoria.
El enemigo se retiró completamente disperso, dejando en el
campo sesenta y dos muertos y, según
se supo después, a más de doscientos los heridos. Nuestras bajas fueron escasas, pues tuvimos un jefe y oficial heridos, no llegando a cuarenta, entre ellos seis
soldados muertos".
Maldita Hemeroteca
Fuentes citadas en el texto






