Tampa y el error generacional de José Martí.

Montes y manigua de Trinidad, Cuba. // 

Señalar errores en la vida del más grande de los cubanos, no constituye riesgo alguno para nosotros, bueno quizás solo en los ignorantes o torpes de mente obtusa, porque más que todo lo que fue y significó Martí para Cuba, fue un ser humano como usted o como yo, propenso a cometer errores, como el que aquí contamos y sin otro animo de señalar - otra vez más - una verdad relativamente poco difundida.

Aprovechemos la fecha de hoy entonces ....

Veinticuatro horas después de su cumpleaños, José Martí firmaba la orden de alzamiento el 29 de enero de 1895 en conjunto con el general José María - Mayía - Rodríguez, representante personal de Máximo Gómez, y el entonces comandante Enrique Collazo, enviado de la Junta Revolucionaria de La Habana, que ya para entonces había - o se supone - limado asperezas con el líder cubano.

Sepa que unos años antes ambos independentistas se pedían la cabeza literalmente, Collazo acusaba entonces a Martí de ser un "vive bien en el exilio", que no sabía lo que eran sacrificios e incluso, fue más allá al sugerir que lo hacía a costa del dinero donado por los emigrados, lo que suscitó una inmediata reacción en Martí como no podía ser de otra manera.

Los simplistas y feroces Martianos han hecho creer que Collazo pretendía socavar su liderazgo entre los cubanos, nada más lejos de la verdad. Mediante una misiva el seis de enero del 1892, el comandante Collazo le envía su ataque acusador, en tanto que Martí hace acuse de recibo el día trece con la debida respuesta, sugiriendo incluso un hipotético "campo de honor".

Sin embargo ha quedado probado que el culpable de este "intercambio fogoso de ideas" fue Martí al desacreditar la obra de Ramón Roa, “A pie y descalzo”, publicada en 1890, donde el patriota narra sin tapujos, y de manera desgarradora, lo que significó para él aquella manigua de 1870 y 1871, muy alejada de la que pretendía dibujar Martí sin haber estado nunca en ella. Claro, suponemos que Martí intentaba desarticular cualquier desaliento que esta obra pudiera ocasionar entre los Cubanos, y eso fue lo que desató la ira de Collazo. (Ese libro está disponible en PDF).

En ese libro, Don Ramón Roa describe su "vía crucis" por aquellos montes de Trinidad, de donde escapó milagrosamente de la persecución española, hasta llegar andando hasta Camagüey y reunirse con el mayor general Ignacio Agramonte, luego del lamentable fracaso de la expedición del barco "El Salvador" capturado por los españoles.

Por supuesto que un folleto como aquel, donde Roa describía un cuadro tétrico y lejos del romanticismo bélico, donde describe a mambises hambrientos, sin armas, a merced del clima y asediado por los españoles, podía provocar el pánico y pesimismo entre los futuros libertadores. No solo eso, Martí se molestó tanto que llamó a Roa "jutía" en un fogoso discurso en Tampa el día 26 de noviembre de 1891.

¿Era acaso Martí el más apropiado para llamar a Roa jutía, cuando él jamás había pisado aquella mortal manigua en su vida?.

Tan es así que años después su hijo, Ramón Roa, el canciller genufléxico de Fidel Castro, no tardó ni un segundo en quitar importancia a aquella histórica polémica, calificándola como una simple "escaramuza dialéctica de donde la revolución salió más fortalecida", ignorando a propósito que lideres de la talla de Francisco Aguirre, Manuel de la Cruz, Manuel Sanguily o el mismo Enrique Collazo, arremetieron contra Martí en defensa de su padre. Sobre el libro, Sanguily escribió lo siguiente:

"Un libro interesantísimo, que es historia pura, triste y conmovedora, como que relata al pormenor, con fidelidad absoluta, una de las etapas más nobles que atravesó la revolución cubana, aquella en que se puso a prueba y en que llegó a mayor altura la abnegación, el sacrificio y el patriotismo de los cubanos revolucionarios".

Sepa, además, que Roa se planteó seriamente retar a duelo al apóstol, y si no lo hizo fue por principios y la paciencia propia de los años. Sin embargo Enrique Collazo no lo vio así, y arremetió contra él en la citada candente misiva del seis de enero de 1892. Con los años Martí entendió su error, gracias a Sanguily más que nada, glorificando a Roa en "Poetas de la Guerra", un compendio de versos de varias generaciones. En fin, que un día como hoy, hace 129 años, José Martí sancionaba aquel histórico alzamiento que culminó con la derrota Española ante las tropas de ocupación de los Estados Unidos.

Solo agregar que en el caso de la capital, Martí delegó instrucciones en su representante del Partido Revolucionario Cubano en la Habana, el matancero Juan Gualberto Gómez, indicándole el alzamiento para el día 24 de febrero de ese año 1895, pero esta es otra historia "de horror y misterio" que le ha sido manipulada y oculta a los Cubanos en la isla que no cuentan con la bibliografía adecuada.

Maldita Hemeroteca
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