FEMINISMO: Una causa perdida en Cuba.


Hace ya un tiempo el presidente de paja cubano, Miguel Díaz-Canel, un tipo que no es capaz de articular improvisadamente un discurso por pequeño que sea, dio otra de sus grandes muestras de ignorancia al asegurar que antes de la Revolución de 1959, las mujeres se encontraban “en el rincón más oscuro de la casa”. 

Probablemente este "analfa-adoctrinado" ignore que en 1953, por ejemplo, cerca del 70% de la población femenina ya sabía leer y escribir, que de un total de 2 millones 800 mil mujeres un millón 400 mil se ocupaba de labores domésticas, la otra mitad estaba insertada en el tejido laboral del país. Desde 1959 que yo tuve uso de razón, mi madre siempre trabajó en la fabrica de ampolletas de vidrio de la calle Benjumeda, entre Franco y Subirana, en centro habana. Allí se jubiló.

Si hablamos de sufragios libres, algo que la mujer de hoy ni siquiera conoce porque nunca ha podido experimentarlo libremente, desde 1934 las mujeres en Cuba ya votaban cada cuatro años, y no como las unipartidistas que mantuvieron a la señora Vilma Espín al frente de una inservible "federación" donde había que pensar igual que ella.

Protesta feminista en Santiago de Cuba durante la dictadura de Fulgencio Batista. 

El movimiento feminista en Cuba nació en las primeras décadas del siglo XX, y entre sus reivindicaciones en fechas muy tempranas logró importantes hitos como la Ley de la Patria Potestad, en 1917, La ley del Divorcio, en 1918, y la ya citada Ley del Sufragio Femenino, en 1934. Pero mucho antes, en 1896, aun con el colonialismo español encima, el club revolucionario "Esperanza del Valle", de Cienfuegos, fue fundado en 1896 y presidido por Edelmira Guerra. 

Este club fue el que realizó el primer pedido de sufragio del que se tiene referencia en Cuba en 1912, año que fue creado en La Habana el Partido Nacional Feminista presidido por Amalia E. Mallén de Ostolaza. Que sabrá la marioneta de Raul Castro lo que ha sido el feminismo Cubano.

El Partido Nacional Sufragista sería un protagonista en nuestra historia durante el periodo presidencial del ex mayor general de la guerra de independencia, Mario García Menocal, del Partido Conservador, desde 1913 al 1917.  En 1918 se crea el Club Femenino de Cuba y en 1921 la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas de Cuba. Los dos congresos de mujeres se celebraron en La Habana en 1923 y 1925 respectivamente.

La ley para administrar sus bienes de manera independiente (1917), la del divorcio vincular (1918), la eliminación del adulterio como delito (1930) y la obtención del derecho a votar (1934), son otros hitos alcanzados por la mujer cubana entre las que habían desacatadas intelectuales, abogadas, maestras e incluso periodistas, como la fallecida "revolucionaria" Marta Rojas, de Bohemia, que todos los meses pasaba por la finca Kuquines a buscar "su suculento sobrecito" de manos de su amado presidente Fulgencio Batista.

Un poco de historia

El 30 de noviembre de 1921, por iniciativa del Club Femenino, se crea la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas de Cuba (FNAF), la cual tuvo como principal objetivo: «Fomentar la unidad entre las asociaciones femeninas, procurando afianzar una organización que tenga como nexo la comunidad de intereses y afinidad de aspiraciones».

La FNAF estaba compuesta por cinco asociaciones: 

--Club Femenino de Cuba
--Congreso Nacional de Madres 
--Asociación de Católicas Cubanas 
--Asociación Nacional de Enfermeras  
--Comité de la Creche Habana Nueva. 

En total contaban con ocho mil mujeres afiliadas. La FNAF, a propuesta de su presidenta Pilar Morlón de Menéndez, acordó la celebración anual de un congreso donde «pudieran tomar parte todas las mujeres de Cuba, fueran o no asociadas, para exponer allí su intelectualidad y cambios de impresión, sobre todo los relacionados con asuntos de importancia para la mujer» […]

El Primer Congreso Nacional de Mujeres se reunió en la Academia de Ciencias de La Habana, del 1 al 7 de abril de 1923 

En el acto inaugural celebrado el domingo 1 de abril de 1923 en el Teatro Nacional, y ante una concurrencia que lo abarrotó, doña Pilar Morlón pronunció un discurso donde ella misma explicaba la revolución que se estaba produciendo en Cuba:  

Una revolución, sí, efectivamente es, revolución pacífica o evolución, no importa el nombre, pero algo nuevo, algo desconocido entre nosotros, donde hasta hoy la mujer tuvo sus actividades limitadas a un papel humildemente pasivo, algo cambiado inexorablemente en la marcha habitual de nuestras cosas [...] Es ésta nuestra revolución". Y estamos hablando de hace 101 años. 

El Segundo Congreso Nacional de Mujeres, celebrado en el mismo enclave el 12 al 18 de abril de 1925, contó con la presencia del brigadier del ejercito libertador y presidente electo, Gerardo Machado y Morales. 
«En la sesión solemne de apertura, en un breve discurso, el presidente Gerardo Machado afirmaba: «[...] la mujer tiene derecho a ejercitar las funciones cívicas, ya que ese derecho aparte de la razón humana y universal que lo abona, surge también legítimamente, de los esfuerzos que la mujer cubana realizó en la larga y terrible lucha por la conquista de la República Cubana»
Este hecho, a pesar de ser criticado con posterioridad, ha de ser entendido políticamente, ya que las sufragistas veían que la presencia de Machado daba esperanza a que se produjera el tan deseado sufragio y que fue la demanda central de este Segundo Congreso. El tema del sufragio femenino fue encarado de una manera apasionada por parte de las líderes sufragistas Amalia Mallén, María Collado y Ana Batallé, así como las abogadas Graziella Barinaga y Ángela Zaldívar.

La ponencia de María Collado fue una de las mejores recibidas cuando expresó:

"El voto es, señoras congresistas, un arma poderosísima en las manos de quien sabe ejercitarlo, él es también como un lazo de unión entre el ciudadano y la patria. Por mediación del voto demuestra el elector su civismo, su amor al suelo en que nació y su preparación para la vida pública, pues según él sepa elegir, demostrará que sabe sentir, que sabe pensar y que sabrá mantener, por sobre toda consideración, el amor a su bandera".

La constitución del 1940 declaró punible la discriminación racial y sexual, colocó la familia, la maternidad y el matrimonio bajo la protección del Estado, decretó el ejercicio libre de profesiones y empleos, la igualdad en la administración de bienes y el acceso al salario, además de beneficios concretos para las madres trabajadoras. 

Documento.
Esta constitución negaba la posibilidad de formar “agrupaciones políticas de sexo o raza y entendía los derechos de las mujeres como un conjunto de demandas estrictamente sociales. 

Los gobiernos de Fulgencio Batista, Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás, impulsaron la institucionalización de una política de género. Se crearon la Asociación Nacional de Retiro Doméstico, las Escuelas del Hogar, la Ley del Seguro de Salud y la de Maternidad Obrera.

Las asociaciones femeninas, que eran varias antes de 1940 –Mujeres por el Sufragio y la Igualdad de Ciudadanía, Cooperativa Internacional de Mujeres, Consejo Internacional de Enfermeras, Federación Internacional de Mujeres Universitarias, Asociación de Mujeres Cristianas–, se reprodujeron a partir del Congreso Internacional Femenino de 1939.

Los principales partidos políticos de los años cuarenta –el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), el Partido Socialista Popular (Comunista) y el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo)– tuvieron sus respectivas secciones femeninas, mientras que instituciones de la sociedad civil, como el Lyceum and Lawn Tennis Club de La Habana o la Hispano-Cubana de Cultura, destacaron en la lucha por esos derechos.

Aún así, hay que admitir que las mujeres alcanzaron una posición minoritaria, muy lejos de la paridad, mucho menos en el poder legislativo del Estado. De hecho entre 1936 y 1952, solo hubo tres senadoras y veinticuatro representantes. Algunas como María Gómez Carbonell, Mariblanca Sabas Alomá, Zoila Mulet de Fernández-Concheso y Zoila Leiseca, llegaron a desempeñar funciones ministeriales. Otras como Elena Mederos, Ofelia Domínguez Navarro, la amiga de José Martí, Blanche Zacharie de Baralt, Patria Mencía de Krizman y Teresa Casuso, ocuparon cargos diplomáticos en diversas embajadas y ante las naciones unidas.

Con a dirección de Vilma Espín los casos de violencia femenina reportados en Cuba en 1998 y primer trimestre de 1999, datos que con toda probabilidad fueron mayores, eran de : 7735 lesiones; 1307 violación: 33 abuso sexual; 65 ultraje y 577 injurias lascivas, con un 3% menores de edad. El año 2023 cerró con 117 victimas, las muertes violentas alcanzaron casi las 40 por año, como promedio.

Lo que fundó el castrismo y dirigió la señora Vilma Espín en 1970, no fue más que una extensión del Partido Comunista en un país que, cuando sus huestes se apoderaron del poder el uno de enero de 1959, existían en la isla alrededor de 900 organizaciones independientes de mujeres que se habían formado durante los 56 años de República, incluso cuando la población femenina no superaba los 3 millones. Vilma, y su cuñado, Fidel Castro, se encargaron de "unificar" todo eso en solo poder, el de ellos, en su afán de colectivizarlo todo. 

1930. Berta Moraleda, primera mujer piloto en Cuba.

Ella se encargó de mantenerlas bien lejos del "poder político". Su imagen lo decía todo: "Boina fusil y encima, para colmo del descaro, con su bebé en brazos. Hoy no sabe ni quien las dirige, el país adolece de un altísimo índice de violencia feminista doméstica como pocos se habían visto en Cuba. De hecho este sinvergüenza que hoy dirige la nación, o hace como que la dirige, no las tuvo muy en cuenta cuando mandó a sus genízaros a combatirlas durante las protestas del 11 de julio.

Ignora que en los momentos más duros de la dictadura de Batista, la mujer cubana salía a la calle en defensa de sus hijos, y jamás, oiga bien, jamás esa dictadura empleó fuerza alguna en su contra. Si tanto las considera, ¿cómo es posible que cientos de ellas purguen hoy altísimas condenas de prisión por ejercer su derecho a disentir?. Que sepamos, jamás en la republica se encarceló a ninguna mujer por temas políticos, en cambio hoy, 16 de mayo de 2024, el régimen mantiene tras las rejas a 62 de ellas.

Cincuenta y seis están relacionadas con la citada protesta del once de julio, mientras que 30 se encuentran separadas de sus hijos. Solo 17 estaban agrupadas a organizaciones disidentes, lo cual demuestra la espontaneidad de aquella rebeldía. Una de ellas, Lisandra Góngora, se encuentra muy enferma mientras purga una injusta condena de 14 años, los mismos que condenaron a Fidel Castro por causarle la muerte a 18 soldados en el asalto al cuartel Moncada en 1953.  

Por Jorge García
Maldita Hemeroteca

Datos tomados de: "La mujer revolucionaria antes de la Revolución cubana: logros y vicisitudes". María del Mar López-Cabrales. // González Pagés, Julio César. «La diáspora sufragista en Cuba 1898-1925» //"Feminismo y republicanismo en Cuba". Letraslibres.com
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