PLAZA DE ARMAS DE LA HABANA: La más emblemática del país

Plaza de armas de la Habana. Aún tenía en pie la estatua del monarca Fernando VII.//...

En América el desarrollo de las ciudades, especialmente en el Caribe, estuvo marcado por el férreo control que España ejercía sobre sus colonias.

En el caso de Cuba, el papel que hacia inicios del siglo XVI fue adquiriendo La Habana como punto de escala, puerto de arribo y almacenamiento de mercancías durante el trasiego de productos entre la metrópoli y sus colonias en América determinó el carácter de ciudad fortificada con un complejo sistema defensivo integrado por murallas, pequeños fuertes y torreones. 

Uno de ellos, la plaza de armas, tiene particular relevancia para la historia de Cuba, pero esencialmente para la historia habanera, quedó plasmada en las palabras que el primer historiador de la ciudad, Emilio Roig de Leuchsenring, expresara con motivo de la inauguración de las obras de restauración de la Plaza de armas, llevadas a cabo en 1930. En ellas señalaba Roig lo siguiente:

"En esta Plaza de armas y en sus edificios circundantes puede decirse, sin exageración, que se ha desarrollado la historia, no sólo de La Habana, sino también de toda la Isla, tanto en la Colonia como en la República, pues en los primeros siglos de la colonización, Cuba estaba reducida en lo que se refiere a las actividades comerciales y principalmente políticas, a La Habana, y por residir casi habitualmente en la Plaza de armas y sus alrededores, el gobernador, el Cabildo, las autoridades militares y el cura párroco, de esta plaza irradiaban las órdenes y disposiciones para el gobierno de la Isla, en todos esos ramos diversos.

Continuaron morando en la Casa de Gobierno los capitanes generales españoles durante los siglos XVIII y XIX y también los gobernadores militares norteamericanos y los tres primeros presidentes de la República. Todos estos supremos gobernadores, convertidos a veces en verdaderos monarcas absolutos, disponían desde esta plaza de los destinos de la Isla, y de la suerte, más adversa que feliz, generalmente, de sus habitantes".

Según Leuchsenring, que en conocimientos superó ampliamente al finado Eusebio Leal, hacia 1773, hubo necesidad de construir edificios adecuados para la casa del gobernador y la de los capitulares, el capitán general Felipe de Fonstesviela, Marqués de La Torre, dispuso la demolición de la Parroquial Mayor, erigida en la Plaza de armas, para la construcción en estos terrenos de “las casas capitulares y cárcel, con agregación de viviendas para los gobernadores, ocupando el testero principal de la citada plaza”. 

Así fue la Plaza de armas y el parque hasta los últimos años de la dominación española, momento en el cual el sitio reforzó su carácter de plaza militar. Por otro lado, y segun el arquitecto Roberto Segre, los primeros presidentes de la naciente República de Cuba tomaron posesión de los edificios aledaños a la Plaza de armas: el Palacio de las Capitanes Generales; el Senado y el Tribunal Supremo de Justicia, en el Segundo Cabo; el Estado Mayor del Ejército y la Biblioteca Nacional, en el Castillo de la Real Fuerza; y el Consulado de los Estados Unidos en un nuevo edificio de oficinas que se edificó algún tiempo después. 

Así, la Plaza de armas pasó a concentrar solamente algunas actividades políticas y administrativas durante la etapa republicana, quedando así su imagen congelada en el tiempo, ajena al palpitar ciudadano que se trasladó a nuevos espacios de la ciudad. Durante esta etapa se despojó por completo al lugar de las características de rincón colonial. Desaparecieron las fuentes, los bancos, los jardines y parte del arbolado, conservándose únicamente la estatua del monarca español Fernando VII. 

Por iniciativa de Emilio Roig, en su afán por rescatar este lugar de la desidia y por transformar los atributos simbólicos del poder colonial en los nuevos ideales democráticos, en 1923 el Ayuntamiento acordó substituir la estatua de Fernando VII por una de Carlos Manuel de Céspedes, líder de las luchas por la independencia de Cuba. En 1926, el entonces Alcalde Municipal Dr. Miguel Mariano Gómez, encomendó la primera restauración de la plaza, obra que encargó al destacado arquitecto Evelio Govantes, uno de los más reconocidos de la época junto al no menos Félix Cabarrocas. 

Con posterioridad a estas obras, fueron creadas las primeras instituciones encargadas de estudiar y proteger los monumentos cubanos. En 1928 fue creada la Comisión de Historia, Ornato y Urbanismo, una instancia que dio inicio al proceso de institucionalización del patrimonio cubano. Los estudios de la historia de las calles habaneras y de los monumentos promovidos por dicha comisión contribuyeron a sembrar la idea – aún incipiente- del reconocimiento colectivo de los valores de un bien o monumento, aun cuando finalmente las decisiones estuvieran en manos de “conocedores”. 

Igualmente con esta comisión surgió la concepción de una ley que se propusiera la eficaz protección de los monumentos y la conservación de las riquezas naturales de la nación. El mayor logro de esta etapa a nivel nacional llegaría en 1940 cuando la Constitución cubana estableciera legalmente la responsabilidad del estado en la protección del patrimonio histórico de la isla. 

En la Habana, al trabajo de la Oficina del Historiador se le sumó en 1940 la Comisión de Monumentos, Edificios y Lugares Históricos y Artísticos Habaneros. Ambas instituciones contribuirían a fortalecer el trabajo de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología (Imagen 10), la más completa organización de su tipo en la isla por aquellos años que, además de proponer la protección de los monumentos, realizaba el registro, clasificación y documentación de las intervenciones realizadas en los mismos. 

MONUMENTO HISTÓRICO. 

Luego de creada la Oficina del Historiador, Emilio Roig estableció su despacho en el Palacio de los Capitanes Generales y con posterioridad fundó en él el Museo de la Ciudad de La Habana, función que ostenta hasta la actualidad. Sin pretender restar importancia a los preceptos meramente estilísticos utilizados, la nueva función otorgada a las construcciones, así como el respeto y el profundo conocimiento de la tradición en la arquitectura cubana permitieron que tales monumentos llegaran hasta nuestros días con gran distinción. 

A partir del rescate de esta Plaza, aumentaron las exigencias para la protección de los monumentos y con ello surgieron las primeras entidades encargadas del estudio del patrimonio y la historia de La Habana. Una de las primeras organizaciones encargadas del estudio de la historia de las construcciones habaneras fue la Comisión de Historia, Ornato y Urbanismo creada en 1928, y de esta entidad salió la propuesta de declarar la Plaza de armas como Monumento Histórico y declarado como tal en 1934.

Maldita Hemeroteca

Condensado de "La Plaza de armas de La Habana en la historia y el patrimonio cubano". Maite Hernández Alfonso, Pernambuco, Brasil.

Nota al Márgen.

CAPITANES GENERALES DE CUBA 

De 1535 al 20 de marzo de 1537 — Gonzalo de Guzmán, 2.º periodo

Del 20 de marzo de 1537 al 12 de mayo de 1539 

— Hernando de Soto 
(trasladó la capital a la villa de San Cristóbal de La Habana)

De 1539 a 1544 — Isabel de Bobadilla
De 1544 a 1546 — Juanes de Ávila
De 1546 a 1548 — Antonio de Chaves
De 1549 a 1555 — Gonzalo Pérez de Angulo
De 1556 a 1565 — Diego de Mazariegos
De 1565 a 1567 — Francisco García Osorio
De 1567 a 1574 — Pedro Menéndez de Avilés
De 1574 a 1577 — Gabriel Montalvo.


Gobernadores y capitanes generales de Cuba (1577-1762)

Con independencia en lo militar del virrey novohispano pero en lo judicial seguía dependiendo de la real audiencia dominicana.

De 1577 a 1579 — Francisco Carreño
De abril a septiembre de 1579 — Gaspar de Torres
De 1580 a 1589 — Gabriel de Luján
De 1589 a 1593 — Juan de Tejeda
De 1593 a 1602 — Juan Maldonaldo Barnuevo
De 1602 a 1608 — Pedro de Valdés
De 1608 a 1616 — Gaspar Ruiz de Pereda
De 1616 a 1619 — Sancho de Alquiza
De 1619 a 1620 — Jerónimo de Quero (interino)
De 1620 a 1624 — Francisco de Venegas
De 1624 a 1626 — Damián Velázquez de Contreras
De 1626 a 1630 — Lorenzo de Cabrera y Corbera
De 1630 a 1634 — Juan Bitrián de Viamonte y Navarra
De 1634 a 1639 — Francisco Riaño y Gamboa
De 1639 a 1647 — Álvaro de Luna y Sarmiento
De 1647 a 1653 — Diego de Villalba y Toledo, marqués de Campo.
De 1653 a 1654 — Francisco Xelder
De 1654 a 1656 — Juan de Montanos Blázquez
De 1656 a 1658 — Diego Rangel
De 1658 a 1663 — Juan de Salamanca y Salamanca Polanco3​
De 1663 a 1664 — Rodrigo Flores de Aldana, caballero de la Orden de Alcántara.
De 1664 a 1670 — Francisco Oregón y Gascón
De 1670 a 1680 — Francisco Rodríguez de Ledesma
De 1680 a 1685 — José Fernández de Córdoba Ponce de León
De 1685 a 1687 — Manuel de Murguía y Mena
De 1687 a 1689 — Diego Antonio de Viana y Hinojosa
De 1689 a 1697 — Severino de Manzaneda Salinas y Rozas
De 1697 a 1702 — Diego de Córdoba Lasso de la Vega, marqués del Vado 
De 1702 a 1705 — Pedro Nolasco Benítez de Lugo
De 1705 a 1706 — Luis Chirino Vandevale
1707- Don Miguel Pabón
Del 18 de enero de 1708 al 18 de febrero de 1711 — Laureano de Torres y Ayala, marqués de Casa Torres
De 1711 a 1713 — Luis Chacón, y Pablo Cavero
De 1713 a 1716 — Laureano de Torres y Ayala
De 1716 a 1717 — Vicente de Raja
En 1718 — Gómez Maraver Ponce de León, gobernador en funciones.
Del 23 de junio de 1718 a 1724 — Gregorio Guazo y Calderón Fernández de la Vega
Del 29 de septiembre de 1724 a 1734 — Dionisio Martínez de la Vega
De 1734 a 1746 — Juan Francisco de Güemes, conde de Revillagigedo
En 1746 — Juan Antonio Tineo y Fuertes
De 1746 a 1747 — Diego Peñalosa
De 1747 a 1760 — Francisco Antonio Cagigal de la Vega
De 1760 a 1761 — Pedro Alonso
De 1761 a 1762 — Juan de Prado y Portocarrero.

Gobierno británico de La Habana

Del 12 de agosto de 1762 al 1 de enero de 1763 — Sir George Keppel, 3.er conde de Albemarle.
Del 1.º de enero de 1763 a julio de 1763 — Sir George Keppel.
Gobernador y capitán a guerra de Santiago de Cuba


La capital fue trasladada a Santiago de Cuba durante la ocupación británica de La Habana)

Del 7 de septiembre4 de 17624 a julio de 17635— Fernando de Cagigal de la Vega,4 5 I marqués de Casa Cagigal desde el 7 de septiembre de 1747,4 caballero de la Orden de Santiago desde 1750 y brigadier desde 1763

Restauración de la soberanía española sobre toda la isla

Gobernadores y capitanes generales de Cuba (1763-1777)

Al restablecerse la soberanía española sobre la totalidad de la isla en 1763, por haber aceptado los británicos cambiar su dominio de La Habana por La Florida, en el año 1764 se proyectó en estos territorios —que dependían de Santo Domingo y su real audiencia homónima— la erección de una capitanía general autónoma, pero finalmente se crearía en el año 1777

De 1763 a 17655 — Ambrosio Funes Villalpando Abarca de Bolea, conde de Ricla.
De 1765 a 1766 — Diego Manrique
De 1766 a 1771 — Antonio María de Bucareli y Ursúa
De 1771 a 1777 — Felipe de Fonsdeviela y Ondeano, marqués de la Torre.


Gobernadores de la Capitanía General de Cuba (1777-1898)

Al convertirse en la Capitanía General de Cuba en 1777, aumentó su autonomía virreinal novohispana, aunque seguía dependiendo del situado mexicano hasta 1810 y, en lo judicial, de la Real Audiencia de Santo Domingo hasta 1795, por haber sido la isla La Española ocupada por los franceses a la que llamaron Saint-Domingue, y por lo cual provisionalmente se hizo el traslado a Santiago de Cuba en 1799 y de forma definitiva como la Real Audiencia de Puerto Príncipe de Cuba, en 1800

De 1777 a 1780 — Diego José Navarro García de Valladares
De 1781 a 1782 — Juan Manuel de Cagigal y Monserrat
De 1782 a 1785 — Luis de Unzaga y Amézaga
Del 5 de abril de 1785 a noviembre de 1785 — Bernardo Troncoso Martínez del Rincón
Del 1 de diciembre de 1785 a 1789 — José Manuel de Ezpeleta
Del 18 de abril de 1789 a 1790 — Domingo Cabello y Robles
De 1790 a 1796 — Luis de las Casas y Arragorri (en)
De 1796 a 1799 — Juan Procopio Bassecourt y Bryas, conde de Santa Clara
De 1799 a 1812 — Salvador de Muro y Salazar, marqués de Someruelos
De 1812 a 1816 — Juan Ruiz de Apodaca
De 1816 a 1819 — José Cienfuegos Jovellanos
De 1819 a 1819 — Juan María Echeverri
De 1819 a 1821 — Juan Manuel de Cajigal y Martínez
De 1821 a 1822 — Nicolás de Mahy y Romo
De 1822 a 1823 — Sebastián Kindelán y Oregón, gobernador provisional
De 1823 a 1832 — Francisco Dionisio Vives
De 1832 a 1834 — Mariano Ricafort Palacín y Abarca
De 1834 a 1838 — Miguel Tacón y Rosique
De 1838 a enero de 1840 — Joaquín Ezpeleta Enrile
De enero de 1840 a 1841 — Pedro Téllez Girón
De 1841 a septiembre de 1843 — Jerónimo Valdés
De septiembre de 1843 a octubre de 1843 — Francisco Javier de Ulloa, gobernador provisional
De octubre de 1843 a 1848 — Leopoldo O'Donnell, duque de Tetuán
De 1848 a 1850 — Federico Roncali Ceruti
De 1850 a 1852 — José Gutiérrez de la Concha, marqués de La Habana, 1.er periodo
De 1852 a 1853 — Valentín Cañedo Miranda
De diciembre de 1853 a 1854 — Juan González de la Pezuela
De 1854 a 1859 — José Gutiérrez de la Concha, marqués de La Habana, 2.º periodo
De 1859 a 1862 — Francisco Serrano y Domínguez, duque de la Torre
De 1862 a mayo de 1866 — Domingo Dulce, 1.er periodo
De mayo de 1866 a noviembre de 1866 — Francisco de Lersundi y Ormaechea, 1.er periodo
De noviembre de 1866 a septiembre de 1867 — Joaquín del Manzano
De septiembre de 1867 a diciembre de 1867 — Blas Villate, 1.er periodo
De diciembre de 1867 a enero de 1869 — Francisco de Lersundi y Ormaechea, 2.º periodo
De enero de 1869 a junio de 1869 — Domingo Dulce, 2.º periodo
De junio de 1869 a julio de 1869 — Felipe Ginovés del Espinar, gobernador provisional
De julio de 1869 a noviembre de 1870 — Antonio Caballero y Fernández de Rodas
De noviembre de 1870 a julio de 1872 — Blas Villate, 2.º periodo
De julio de 1872 a abril de 1873 — Francisco de Ceballos y Vargas, marqués de TorrelavegaDe abril de 1873 a octubre de 1873 — Cándido Pieltaín y Jové Huervo
De octubre de 1873 a noviembre de 1873 — Antonio Cebollín
De noviembre de 1873 a abril de 1874 — Joaquín Jovellar y Soler, 1.er periodo
De abril de 1874 a mayo de 1875 — José Gutiérrez de la Concha, marqués de La Habana, 3.er periodo
De mayo de 1875 a junio de 1875 — Buenaventura Carbó, gobernador provisional
De junio de 1875 a enero de 1876 — Blas Villate, 3.er periodo
De enero de 1876 a octubre de 1876 — Joaquín Jovellar y Soler, 2.º periodo
De octubre de 1876 a febrero de 1879 — Arsenio Martínez Campos, 1.er periodo
De febrero de 1879 a abril de 1879 — Cayetano Figueroa, gobernador provisional
De abril de 1879 a 1881 — Ramón Blanco y Erenas, marqués de Peña Plata, 1.er periodo
De 1881 a agosto de 1883 — Luis Prendergast y Gordon, marqués de Victoria de las Tunas
De agosto de 1883 a septiembre de 1883 — Tomás de Reyna y Reyna, gobernador provisional
De septiembre de 1883 a 1884 — Ignacio María del Castillo
De 1884 a 1886 — Ramón Fajardo
De 1886 a 1887 — Emilio Calleja Isasi, 1.er periodo
De 1887 a 1889 — Sabas Marín y González, 1.er periodo
Del 13 de marzo de 1889 al 6 de febrero de 1890 — Manuel Salamanca y Negrete
De febrero de 1890 a abril de 1890 — José Sánchez Gómez, gobernador provisional
De abril de 1890 a agosto de 1890 — José Chinchilla y Díez de Oñate
De agosto de 1890 a 1892 — Camilo García de Polavieja y del Castillo
De 1892 a julio de 1893 — Alejandro Rodríguez Arias y Rodulfo
De julio de 1893 a septiembre de 1893 — José Arderius, gobernador provisional
De septiembre de 1893 a 1895 — Emilio Calleja Isasi, 2.º periodo
De 1895 a enero de 1896 — Arsenio Martínez Campos, 2.º periodo
En enero de 1896 — Sabas Marín y González, gobernador provisional, 2.º periodo
Del 17 de enero de 1896 a octubre de 1897 — Valeriano Weyler, duque de Rubí y marqués de Tenerife
De octubre de 1897 a 1898 — Ramón Blanco y Erenas, marqués de Peña Plata, 2.º periodo
Del 26 de noviembre de 1898 al 1.º de enero de 1899 — Adolfo Jiménez Castellanos.

Protectorado estadounidense

Del 1.º de enero de 1899 al 23 de diciembre de 1899 — John R. Brooke
Del 23 de diciembre de 1899 al 20 de mayo de 1902 — Leonard Wood.
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