CUBA 1896. Hechos aislados

Cruz roja y voluntarios cubanos en los días de la concentración de Weyler

Les muestro esta estampa de unas familias Cubana en un campo de concentración de pacíficos, como se les llamó en la etapa en que el ejercito español en Cuba estaba siendo dirigido por su capitán general, el mallorquín Valeriano Weyler, en el remoto año de 1896. 

Pero más allá de la increíble posibilidad de verlos después de tantos años, nos asalta una pregunta: ¿Qué sucedía en Cuba cuando fue tomada esta foto?. Pues a tono con estos días de juegos olímpicos en París, ese año se estaban celebrando las primeras olimpiadas mundiales en Atenas, Grecia, donde participaron un total de 176 deportistas de 12 países, todos hombres pues no se les permitía todavía a las mujeres, que procedían de Australia, Austria, Dinamarca, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Grecia, Hungría, Italia, Suecia, Suiza y de Estados Unidos y que 10 consiguieron alguna medalla.

Faltaban cuatro años para el debut de Cuba en juegos de este tipo, que para más casualidad se celebrarían también en París en 1900. Fue una cita donde la isla obtuvo una medalla de oro y otra de plata, convirtiéndose en el primer país de américa hispana en subir a un podio olímpico. Fue gracias al excelso arte del esgrimista Ramon Fonts, que además del oro se llevó otra de plata al caer en la final ante el local Albert Ayat.

Pero vayamos al año en cuestión, el 1896. Si nos remitimos al Diario de la Marina con fecha de Enero del 1896, vemos que a grandes rasgos y a un año de producido el tercer levantamiento organizado por el apóstol José Martí, Cuba volvía a estar en el centro de la vida pública española. Para octubre de ese año, España se preparaba para enviar otro contingente de 40 mil soldados a la isla, alcanzando la cifra de 170.000 hombres en suelo cubano.

Mientras tanto, en la Habana se vivía una relativa paz a pesar de todo. Proliferaban los comercios al estilo europeo. Hoteles, bazares, bancos, librerías, centros de educación y ministerios, mientras que otros establecimientos, quizás de los más famosos, como el "Villa de París", "El Correo de París" o el "Palais Royal", situado en la esquina de Obispo y Compostela, se aprestaba a la venta de los nuevos zapatos de caballero marca Harrison llegados desde Estados Unidos. Además, en ese establecimiento funcionaba una de las grandes joyerías habaneras.

La vida cultural también continuaba. En el teatro Tacón, la empresa Sieni y Ca. estrenaba la ópera en tres actos, "Lucía di Lammermoor". En el Teatro de Albisu no había función, pero en el Irijoa actuaban las compañías de Variedades y Bufos a beneficio de la señora Rosa Bea, con las obras ¡Qué situación! y Los Exploradores, seguidos de sesiones de Guarachas. En la Exposición Imperial, antigua contaduría del Teatro de Tacón, se ofrecía la exposición "Vistas de la insurrección en las Villas. La columna del general Oliver".

Por otro lado la banda de música tocaba todas las noches en el salón de espera de 6 a 1, mientras que en el Parque Colón funcionaba la Estrella Giratoria todos los días de 5 de la tarde a 9 de la noche, y en Panorama de Soler, en la calle Bernaza No 3, actuaba la Compañía de Fantoches con la obra "Don Juan Tenorio", hasta las 8 que mostraban la exposición "Vistas de la Guerra".

Mientras esto sucedía, una partida insurrecta cruzaba la línea férrea de Caibarién a Placetas, en el centro de la isla, lo hacían por el punto conocido como el "Chucho del Ramal", quemando la caseta y llevándose preso al chuchero que era un pobre ciudadano chino. Ese chucho estaba situado entre las estaciones de Salamanca y Camajuaní. Agrega la nota, que afortunadamente las fuerzas insurrectas pusieron al chino en libertad a las pocas horas.

           Imagen: Biblioteca Virtual de Prensa Histórica

Otras fuerzas mambisas asaltaron un tren que venía de Unión en Guines, y soltaron las cien cabezas de ganado vacuno y los cerdos destinados a suministrar las tropas españolas. Por otro lado las fuerzas de Máximo Gómez atacaban infructuosamente el poblado habanero de Bejucal, entrando por el barrio de Cementerio y el ferrocarril mismo. Aunque se dirigieron a la plaza de Armas, la Cárcel, el Ayuntamiento y la Casa Cuartel de la Guardia Civil, fueron repelidos por 50 soldados del batallón de Asturias, el No 25 del San Quintin, más unos 30 voluntarios que le apoyaron.

Otra partida mambisa quemó la estación de Govea, en San Antonio de los Baños, perteneciente a la empresa de los Ferrocarriles Unidos de la Habana, y también el puente de Bejucal, mientras se mantenían tiroteando el pueblo por espacio de media hora. Esto obligó al Alcalde del pueblo, el señor Zerlinche, a entregar su alcaldía y comandancia militar al capitán del batallón de Asturias, el señor Serrano. Al final, con la llegada de las tropas del general Linares, retornaba la paz a la zona.

Ese año comenzaba de nuevo la circulación de los trenes desde Guines hasta la Habana, tramo que hacían en un lapso de entre 7 horas y 15 minutos a ocho horas. Como decíamos al principio, ese fue el fatídico año que dio comienzo al proceso de concentración de pacíficos que tantas vidas inocentes costó dentro de la población civil. Este diario daba cuenta también de la aparición de una nueva epidemia variolosa, sumándose a otra de fiebre amarilla con carácter epidémico.

Afortunadamente la viruela no se incrementó como se había creído en un principio, solo fue detectada en cinco casos de insurrectos "presentados". (rendidos). Hablando de presentados, se daban a conocer la del sargento de la partida de Musulí, el moreno Andrés Carbó, quien se entregó con revólver, espuelas y machete, en tanto que José Rodríguez Lazo lo hacía con cuchillo y machete, mientras que Gregorio Núñez con machete y sin armas de fuego.

También se entregaron los insurrectos Faustino Medién, Doroteo Rojas, Julián Aguilar, Cándido Ramírez, alias el Chino, José Sanigó, Indalecio Ramírez, Román Rojas, Manuel Casú, Rosario Rodríguez, Cándido Ruiz y Alejandro Rojas. Por su parte, en Placetas, Antonio Simón renunciaba con sus armas y su caballo. En Caibarién, lo hacía Florencio Gorordo y Julié, en Vueltas, Aquilino Triana y Jesús Inera, este ultimo con un machete, mientras que en Camajuaní, Leoncio Paz Martínez, Sebastián Caballero Martínez y José Cruz Rodríguez, los tres sin armas. Todos los presentados quedaron en libertad.

Royal Palais de la Habana

Aquellos primeros juegos de Atenas finalizaron el 15 de abril, y el 22 de mayo el Gobierno español rechazaba la mediación de los EE. UU. para poner fin a la guerra de Cuba. Un mes después, el cinco de julio, caía en combate José Marcelino Maceo, el hermano del Titán, en la zona de "Loma del Gato" en Santiago de Cuba, y quince días después el médico y brigadier del mismo ejercito libertador, Juan Bruno Zayas.

Por otro lado, el 28 de octubre las tropas del general Calixto García ocupan el pueblo de Guáimaro, en la provincia de Camaguey. En el mes de Noviembre, el coronel Francisco Peraza se hacía cargo de toda la insurgencia en la provincia de Pinar del Río, cumpliendo ordenes de Antonio Maceo que, tan solo un mes después, caía a manos del comandante español Francisco Cirujeda.

Las fuerzas al mando de este oficial irrumpían en el campamento mambí de San Pedro, en la Habana, y provocaban la muerte del mayor general Antonio Maceo y Grajales que había llegado a esa zona procedente de la provincia de Pinar del Río. Junto a él moría su ayudante, e hijo del general en jefe Máximo Gómez, Francisco Gómez Toro.

Pero para quitarle un poco de dramatismo al asunto, que sepa - para el que no lo sabe - que desde entonces Cuba es quien domina el ranking de países hispanos y posiblemente de todo el tercer mundo, con más medallas olímpicas. Desde ese mismo año 1896, y hasta los juegos del 2020 celebrados en Tokio, Japón, donde los atletas cubanos se llevaron 15 medallas, 7 de oro, 3 de plata y 5 de bronce, deportistas de la mayor de las Antillas han subido al podio en un total de 241 ocasiones, y de ellas 85 fueron para colgarse, no plata ni bronce, si no la máxima distinción.

Maldita Hemeroteca 

Maldita Hemeroteca.
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