DIAS DE OLIMPIADAS: Fonst, el que no fue segundo de nadie.

Olimpiadas de París 1900 

No solo fue la esgrima lo que le destacó como deportista, también practicó con acierto otras disciplinas como el denominado boxeo francés, ciclismo y tiro. En cambio la destreza del cubano Ramón Fonst Segundo con las armas en la mano fue tan sublime, que en los 12 torneos internacionales que ganó nunca fue «tocado» por ningún adversario, ganando en ellos la friolera de 135 medallas.

Fonst procedía de una acaudalada familia que se dio el lujo de enviarlo a estudiar a Francia a los ocho años, donde adquirió gran habilidad en la esgrima. Tanto fue así, que su primera medalla de oro le llegó cuando apenas contaba con 17 años de edad en la modalidad de Espada, y nada menos que frente al francés Louis Perrée (1871-1924), entonces considerado como el mayor espadista del mundo.

En concreto el cubano ganó 64 medallas, 44 de ellas en tiro de pistola, y el resto en torneos de espada y ciclismo. En 1915 es realizada la Exposición de San Francisco en California y como era habitual se llevó a cabo un certamen en las tres armas. Triunfó por partida triple, en calidad de invicto, venciendo a más de 100 adversarios según reseñaron los periódicos de la época.

El zurdo de oro, como le llamaban, poseía la orden Carlos Manuel de Céspedes, en el grado de Gran Cruz, la máxima condecoración entonces del Estado cubano, y además había sido nombrado Caballero de la Legión de Honor por el estado Frances, mismas distinciones que le fueron entregadas en la misma ceremonia a los ex presidentes Mario García Menocal y José Agripino Barnet, el unico presidente - interino - que ha tenido Cuba nacido en España.

Fue seleccionado para participar en la magna cita que tendría lugar en París, en 1904, sin embargo otros esgrimistas hicieron a la prensa declaraciones en su contra quizás por despecho al quedar excluidos de la selección.Era lógico que las hicieran, porque habían quedado fuera de la selección.


Fonst dio a conocer en los periódicos la carta que dirigió a otro esgrimista, el doctor en medicina Desiderio Ferreira Ruiz, hijo de un coronel de la guardia civil española en la Cuba colonial de nombre Manuel Ferreira Molico, donde le pedía que visitase a los quince resentidos y les dijera que, en cuanto regresara a La Habana, se batiría con cada uno de ellos. «Dejo en tus manos mi nombre y mi honor y me voy tranquilo para regresar cuanto antes».

A propósito, el doctor Ferreira terminó baleado en el portal de su casa en el apacible reparto de San Miguel por pistoleros de la ultra violenta UIR, "Unión Insurreccional Revolucionaria" al mando del comandante y trotskista anti Machadista Emilio Tro, al parecer debido a una cuenta pendiente de cuando Ferreira había sido jefe de la policía secreta de Machado. Incluso se le imputaba, entre otros crímenes, la desaparición del líder obrero Alfredo López.

¿Saben quien pertenecía a esta panda de pistoleros de la UIR?, nada menos que el buen amigo de Emilio Tró, el señor Fidel Castro Ruz. Otra cosa es que el hábil y siniestro personaje se haya distanciado de esta organización, al percatarse de que junto a los del partido ortodoxo de Eddy Chibás, tendría más rédito político. ¿El lema de la UIR?: "La justicia tarda pero llega". ¡Menuda la manera de aplicar la justicia tenían estos sicarios!.

Sin embargo, el quince de septiembre de 1947, durante la masacre perpetrada en Orfila, barrio habanero de Marianao, fuerzas al mando del comandante Mario Salabarría le dieron de su misma medicina, y no solo a él, tambien a su esposa Aurora Soler en estado de gestación incluso, que murieron por balas salidas de la ametralladora del segundo jefe de la policía secreta, José Fallat, alias "El Turquito". En total fueron seis los muertos que se encontraban en la residencia del comandante de la policía, Antonio Morín Dopico, invitados a almorzar.

Total, que al regresar Fonst de la justa, y dispuesto a realizar lo prometido, no encontró a nadie que estuviera dispuesto. Meses antes de su muerte, ocurrida en la Habana el 9 de Septiembre de 1959, expresaba en una entrevista: “Reté a duelo a más de cien adversarios y sólo pude batirme una vez”. A la pregunta, ¿Por cuales razones? ¿Sentimentales acaso? , respondió “Por lo que fuera. Claro está, siempre tuve la razón. Sin razón no sería capaz de batirme con nadie. Mis victorias despertaron envidias en algunos y hablaron mal de mí, quisieron hacerme daño y yo les respondía con un reto”, dijo el maestro.

El periodista mexicano Alejandro Aguilar Reyes, que escribía tras el seudónimo de Fray Nano en "La Afición", fue uno de los que hizo mutis por el foro. "En 1935, durante los Juegos Centroamericanos de El Salvador, un periodista lo ofendió mediante artículo en una publicación de la capital del citado país. Salió a buscarlo. 

“No pude hallarlo y el reto se quedó en el aire... Pero una mañana supe que el tal Fray Nano se encontraba en Cuba, en la bahía, a bordo del buque Orizaba, y le mandé mis padrinos, pero el reportero jamás apareció". Incluso con un esgrimista igual que él, Adolfo Kerchoffer. Sobre este dijo Fonst: "Le encontraron en el vestíbulo del hotel Louvre; en cuanto le plantearon el reto optó por ganar las escaleras. Se esfumó.”

Solo el maestro de la esgrima, José María Rivas, le aceptó una invitación al campo de honor, y por suerte los padrinos tuvieron el tino de parar aquello y convencer a Rivas para que se disculpara. "No hubo vencedor ni vencido. Me alegré después de todo, era una buena persona", agregó Fonst.
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