Hablando de juegos olímpicos

Castro dedicó ingentes recursos al deporte para limpiar la imagen de su despótico régimen. Con el corredor Alberto Juantorena.

Hasta el momento, nueve países latinoamericanos han logrado al menos una medalla en los Juegos Olímpicos de París 2024, siendo Brasil la más condecorada con dos preseas de oro, mientras que Cuba, Chile, Ecuador, Argentina y Guatemala le siguen con un oro. Hay otros países de habla inglesa como Dominica y Santa Lucía, que también son caribeños y que cuentan con una dorada respectivamente.

Pero es Brasil el más ganador con 13. La delegación brasileña ha logrado dos preseas de oro, cinco de plata y seis de bronce para colocarse en el puesto 17 a nivel mundial. De esas 13 preseas, la gimnasta artística Rebeca Andrade es quien ha logrado la mayor cantidad con tres, pues consiguió el oro en los ejercicios de suelo, plata en el concurso completo y otra plata en el salto al potro.

Por otro lado Guatemala asaltó los titulares cuando Adriana Ruano le dio al país la primera presea de oro en la disciplina de tiro, concretamente en la categoría de foso olímpico femenino. Además de Ruano, Jean Pierre Brol le dio la medalla de bronce en la misma especialidad en la rama masculina. Nunca antes Guatemala había ganado dos medallas olímpicas en una sola edición de unos Juegos Olímpicos y con estas dos de oro tienen tres medallas en toda la historia, si sumamos la primera en Londres 2012 por medio de Erick Barrondo, que fue el ganador de una presea de plata en marcha de 20 kilómetros.

En el caso de Cuba fue lo mismo. Los titulares deportivos del mundo se petaron en la jornada de ayer con la hazaña lograda por el luchador de estilo greco Mijaín López cuando alcanzó su quinto título olímpico consecutivo, algo que nadie ha podido hacer en toda la historia del olimpismo moderno. De hecho, el propio presidente del COI, Thomas Bach, quiso estar presente en el combate final del luchador de Pinar del Río en el pabellón del Campo de Marte, donde derrotó al también cubano, nacionalizado Chileno, Yasmani Acosta.

Sin embargo, este logro no solo ha tenido una crítica positiva como debería ser, tambien negativa, más que nada debido a la preferencia de este deportista por el régimen castrista que reprime a su pueblo, razón por la cual muchos desearon su derrota. Recordemos que este atleta atacó a un opositor cubano en Chile precisamente, que solo gritaba consignas antisistema y ondeaba la bandera cubana durante los Juegos Panamericanos del año pasado. Además, que suele dedicar sus logros a quien llama: “nuestro comandante en jefe invicto”. 

Mijaín López ante la tumba de Fidel Castro

Tal parece que Mijaín desconoce que fue Fidel Castro, precisamente, quien utilizó el deporte como propaganda para hacer que su revolución fuese popular y llegase al mundo. Que para conseguirlo, no lo pensó dos veces en invertir grandes cantidades de dinero, mucho dinero, y que como resultado permitió que el deporte Cubano, él entre ellos, alcanzara logros deportivos imposibles para países mucho más ricos y desarrollados. ¿A que costo?. ¿Lo sabe?, probablemente sí, pero no es su problema dirá.

Fue Fidel Castro quien mantuvo a los deportistas Cubanos alejados de los juegos olímpicos por espacio de doce años. Les prohibió participar en los juegos de los Ángeles, en 1984, y después en los de Corea del Sur, en 1988. No fue la única historia de este tipo, en los Juegos de Melbourne, en 1956, cuando los ataques israelíes, británicos y franceses al Canal de Suez, provocaron que países como Egipto, Irak y el Líbano, renunciaran a su participación.
 
Por otro lado España, Holanda y Suiza también boicotearon este mismo evento, debido a la invasión de Hungría por parte de la Unión Soviética. Y no era esta la única de las invasiones Soviéticas. En los juegos de Montreal 1976, hubieron algunos boicot aislados a Nueva Zelanda, en concreto por su equipo nacional de rugby, que había realizado una gira por Sudáfrica bajo el régimen del Apartheid. Por otro lado China y Taiwán también se negaron a participar por una disputa diplomática con Canadá, que obligaba a los atletas a competir bajo la bandera taiwanesa.

Los juegos de Moscú, inaugurados el 19 de julio de 1980, fueron boicoteados por más de 60 países por iniciativa de EEUU, y tras la invasión soviética a Afganistán un año antes. Un total de 65 países decidieron no asistir a la justa que, aunque la invasión fue catalogada como violatoria del derecho internacional, el régimen Cubano la apoyó.

Este boicot hizo que los juegos de Moscú fueran el de menor número de participantes desde 1956, y como era de esperar, la entonces U.R.S.S. fue quien dominó el medallero con 80 de oros y más de 200 preseas en total. De hecho, los juegos estuvieron tan desnivelados cualitativamente, que Cuba se agenció 20 medallas, 8 de oro, 7 de plata y 5 de bronce. Fue aquella justa donde la jabalinista María Caridad Colón hizo un inesperado lanzamiento de 68.40 metros, que aun hoy "ni ella misma se lo explica". Fue lo único que hizo la baracoense a nivel universal, pues de forma regional, donde mayormente vencía, la jabalina es una especialidad no tiene particular desarrollo. 


Osleidys Menéndez y María Caridad Colón con gafas

Tenga en cuenta que 42 años después, una atleta como Bárbora Spotákova, mucho mejor dotada físicamente y provista de una técnica más novedosa, apenas lo ha sobrepasado en dos metros. Incluso, la campeona olímpica en Atenas 2004, la cubana Osleidys Menéndez, exiliada en los EEUU luego de escapar de Cuba y que ha sido catalogada como la segunda mejor jabalinista en la historia, solo lo pudo superarlo en algo más de un metro. Tanto es así, que la china Shiying Liu se proclamó campeona olímpica en Tokio con 66,34 metros, mientras que en el mundial de Doha, la australiana Kelsey-Lee Barber se hizo con el oro con 66, 56.

DOPAJE

Para nadie es un secreto que durante aquellos años el dopaje en el campo socialista en general estaba a la orden del día, y con esto no queremos decir que la Colón haya hecho trampas. Pero por ejemplo hoy sabemos que las autoridades de la R.D.A., con el dictador Erick Honecker a la cabeza, pretendían demostrar la superioridad del sistema jugando a ser dioses sin importarles las consecuencias. Así nació el plan 14.25, un método creado para mejorar el rendimiento deportivo en el que cada actor jugaba su papel: la industria farmacéutica que suministraba las pastillas a los médicos, y estos a su vez las distribuían entre los entrenadores, y estos a los deportistas. 

De hecho, hubo atletas femeninos en la RDA - país líder absoluto cometiendo este tipo de trampas - que se convirtieron en hombres de tanta hormona que metieron en sus cuerpos. Sin ir más lejos, la atleta de lanzamiento del peso, Heidi Krieger, convertido en Andreas Krieger, ha sido un claro ejemplo de este despiadado dopaje. Desde que eran niños y despuntaban como atletas, ya eran sometidos a programas "de apoyo" como ellos le llamaban. La pastilla azul fue el esteroide estrella de esta tenebrosa Alemania que se hacía llamar "democrática".

Heidi Krieger convertida por las drogas en Andreas Kreiger 

El resultado fue que la R.D.A., con apenas 17 millones de habitantes, logró en juegos olímpicos un total de 403 medallas, 151 de oro, entre los de Munich 72 y Seúl 88, y ese ha sido una de las grandes sospechas de aquel histórico lanzamiento de la Cubana. En fin, el COI siempre lo reconoció como bueno, y no vamos a ser nosotros lo que digamos lo contrario.

No obstante es un hecho perfectamente conocido que varios deportistas cubanos han dado positivo a la aparición de diuréticos, que son utilizados para enmascarar otras sustancias o para disminuir el peso corporal. Por ejemplo, en el año 2015 fueron siete los deportistas cubanos de ciclismo, levantamiento de pesas y velas que dieron positivo, mientras que en el 2016 sólo se detectaron a tres. Así mismo, recordemos también como el Comité Olímpico Cubano le entregó la medalla de bronce a la triplista cubana Yargelis Savigne, tras descubrirse que las dos atletas que la superaron en los juegos de Pekín 2008, se habían dopado para mejorar su rendimiento.

BOICOTS 

En fin, que Moscú fue el precio que tuvieron que pagar los deportistas cubanos, que se habían preparado arduamente en un ciclo olímpico de 4 años con vistas a enfrentarse a lo mejor del mundo. Era el capricho de un loco como Fidel Castro, sumiso como ninguno al imperio rojo del Kremlin, y capaz de apoyar una invasión ilegal como aquella de Afganistán.

Cuatro años después, la Unión Soviética y 14 de sus aliados del bloque de Este, a excepción de Rumania, decidieron no asistir a los XXIII Juegos de los Ángeles, Estados Unidos. En respuesta, en agosto de ese mismo año se inventaron los llamados "Juegos de la Amistad" en Moscú, Praga, Berlín, Budapest, Varsovia, Sofía, Ulan Bator, Pionyang y por supuesto La Habana, como no podía ser de otra manera. Lo mas selecto entre los violadores de los derechos humanos.

Antes de los XXIV Juegos Olímpicos de Seúl, Corea del Sur en 1988, la Corea del norte, la comunista, propuso al COI llevar a cabo una edición conjunta con su vecino del Sur. El COI respondió con una contrapropuesta: el Norte podría ser sede de algunas pruebas, pero sólo si aceptaba algunas condiciones, como por ejemplo abrir las fronteras entre ambos países, a lo que Corea del Norte se negó y en cambio llamó a boicotear la competencia, recibió el apoyo de Nicaragua, Albania, Etiopía y Cuba, luego de que Castro pensó que el boicot sería unánime.

Como se puede apreciar, el pretendido mensaje de paz y confraternidad entre los pueblos y competidores que proclamaba el historiador, pedagogo y filósofo, el barón Pierre de Coubertin, en 1892, se ha visto dinamitado por la política de estos despreciables mandatarios comunistas que durante años sometieron, y en algunos casos aún continúan sometiendo, a sus pueblos bajo brutales métodos de control.
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