jueves, 7 de julio de 2022

SECRETOS DE MANIGUA: La traición de Donato Mármol

En algún punto de la finca San Felipe, en Palma Soriano, Santiago de Cuba, está sepultado su cadáver 

Han pasado 152 años de la muerte del mayor general Donato Mármol, valiente jefe mambí al que Carlos Manuel de Céspedes había nombrado jefe del distrito Oriente, aun cuando Máximo Gómez no era todavía quien después fue. De hecho Gómez asume el mando de esta importante "División Cuba", que para entonces contaba con casi 4000 hombres, luego de la muerte de Mármol ocasionada por la viruela.

Entre sus mas sonados éxitos militares estuvo la toma de Jiguaní, acción donde hizo prisionero al teniente gobernador Francisco Muguruza Lersundi, sobrino del capitán general de la Isla. Gracias a esta toma pudo armar a sus fuerzas y apoderarse horas después de Santa Rita, Baire y Ventas de Casanova.

Se le encaró a Carlos Manuel de Céspedes

Otro tema candente en la vida de este general, es que "se le paró bonito" a Carlos Manuel de Céspedes y a Francisco Vicente Aguilera, entre otras cosas, por discrepar en la forma en que estos tenían de conducir la guerra. 

De hecho Mármol se auto proclamó jefe en solitario, o dictador, hecho ocurrido en la finca el Caney, designando a Máximo Gómez como su segundo al mando. En realidad esta designación la ideó su primo, el brigadier Eduardo del Mármol, tipo peligroso que no tenía un ápice de apego a la vida, y mucho menos la de los demás. 

En cierta ocasión estaba durmiendo una siesta bajo unos árboles y sintió un ruido que formaban algunos soldados negros de su tropa y, tomando su revólver, era un gran tirador, lo disparó tan certeramente a quien escandalizaba que lo dejó muerto en el acto. Ante el asombro de todos reanudó su sueño, mientras los compañeros retiraban el cadáver del desdichado soldado mambí. Así de sanguinario que era este hombre.

DECLARACIÓN DE REBELDÍA 

A tal efecto de la designación de Donato Mármol como jefe máximo, el doctor Félix Figueredo Díaz, quien con el tiempo fuera médico personal de Antonio Maceo, declaró en el campamento "Hicoteita" lo siguiente: 

—Hemos decidido declarar al General Donato como jefe máximo del Ejército Libertador, ya que tanto Carlos Manuel de Céspedes como Francisco Vicente Aguilera, eran ineptos para poder sobrellevar el peso de la guerra. 

Nombrado Mármol dictador, concentraría todas las fuerzas, y con ella iría desde Oriente hasta Las Villas y Colón, haciendo la guerra a sangre y fuego. Mas tarde agregó: 

"Como en este recinto, por la libre voluntad de ustedes se ha proclamado dictador al General Donato del Mármol, que estando presente acaba de aceptar, sin más fórmula que la de proclamación y su silencio.

Suponiéndolo que pueda estar en lo posible, que ahora mismo se presenta el enemigo, que se empeña el combate, y que por más desgracia, para todos sensible, sucumba el dictador o quede prisionero en ese desgraciado caso, ... ¿Quién debe reemplazarlo en el mando mientras otra cosa se resuelva?

»—¡El General Gómez! —contestaron todos, agregando un grito ¡Viva el General Gómez!
—Pues viva el General Gómez —repitió Figueredo y continuó diciendo: ¿Y si por otra desgracia también sensible sucumbiese el General Gómez?
»—Usted, General Figueredo, —respondió con marcada prontitud Eduardo del Mármol. 

Quedaba así consumada la conspiración y Figueredo "mataba" su ansia de venganza, motivada por no haber podido perdonar jamás a Céspedes por haber adelantado, y adueñado, del alzamiento. Al final la sangre no llegó al río; y las discrepancias se hicieron a un lado en una reunión de tipo privada efectuada en Tacajó, en febrero del 1869. Todo era posible en nombre de la libertad de Cuba.

Fue entonces que Céspedes, para aplacar los ánimos, le nombra "capo di tutti capi" de toda aquella división Cuba. Antes había nombrado a Figueredo, pero este declinó la propuesta. A la muerte de Mármol, Gómez asume el mando y nombra como comandante al teniente coronel Manuel Hernández, que se hace cargo de la jefatura de operaciones en Jiguaní. Lo demás es historia hasta la paz del Zanjón.

El castrismo se empeña en no relacionar al general Donato Mármol con aquella rebeldía, de hecho se puede decir que participó casi obligado por las circunstancias, pero aún así no es de extrañar a nadie que Mármol no fuera el único de aquellos hombres a los que la ambición desmedida les nublaba la cabeza a cada rato.

Mármol falleció a causa de la viruela el 26 de junio de 1870 en el Hato - o finca - de San Felipe, a orillas del río Barigua en la localidad de Palma Soriano, actual provincia de Santiago de Cuba. Por cierto, estas son las santas horas que no se sabe en que punto exacto de aquella zona descansa su cuerpo.

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