El BRAC, buró de represión anticomunista, fue creado en Cuba durante el gobierno de Fulgencio Batista y se enmarca en el contexto y la geopolítica de la Guerra Fría y el intento por parte de los EE.UU. de reducir la influencia del comunismo en América Latina.
Es bueno añadir que Batista se había negado en principio a su creación, entre otras cosas debido a sus "buenos amigos comunistas en el país", como Lázaro Peña, Blas Roca o Juan Marinello; e incluso accedió a su creación el 4 de mayo de 1955 utilizando fondos cubanos única y exclusivamente, rechazando los asignados por el gobierno de Estados Unidos dentro de su lucha particular contra la amenaza roja mundial. Así se lo ordenó al teniente coronel José Figarola, quien sería designado como administrador.
Ya sabemos que Estados Unidos, nuestro socio económico y político más importante en la historia pre castrista, "cuando estornudaba Batista sacaba enseguida el pañuelo" como no podía ser de otra manera. En sus comienzos el BRAC estuvo presidido por el Ministro de Gobernación Santiago Rey Pernas y como vicepresidente y director el general retirado Martín Díaz Tamayo.
Con el transcurso de los años se fueron sucediendo varias personalidades en el cargo, de Vice-Director fue designado el coronel retirado Aquilino Guerra González, que asumió el 30 de abril de 1956, el coronel Leopoldo Pérez Coujil, el 20 de septiembre de 1956, ambos oficiales en retiro que fueron re-incorporados y ascendidos por Batista para esa función.
En marzo de 1957 Mariano Faget Díaz fue ascendido a teniente coronel y pocos meses después fue nombrado Director General de la institución, cargo que no existía y que se constituyó utilizando una nueva nomenclatura y que de esa forma prescindían del vice presidente.
Sin embargo en los últimos cuatro años de la dictadura de Batista se desató una cruel represión contra el movimiento comunista, entre otras cosas porque este movimiento había desatado el suyo a través de la colocación de bombas y atentados. Aunque el bluff de las 20 mil muertes de la revista Bohemia, no se lo creía nadie.
El ex jefe de Operaciones del BRAC, quizás confiando en la Junta Militar presidida por el General Eulogio Cantillo, fue arrestado y ejecutado el 6 de marzo de 1959 por un pelotón de fusilamiento a los 44 años de edad. Había sido internado apenas 48 horas antes en una una celda de "La Cabaña", y su fusilamiento por decretado por órdenes del asesino argentino Ernesto Guevara. Fue acusado además de ser un "agente de la CIA", por un tribunal presidido por el comandante Víctor Bordón y Machado según el periodista Andrew St. George, uno de los que logró entrevistar a Fidel Castro en Sierra Maestra.
En marzo de 1957 Mariano Faget Díaz fue ascendido a teniente coronel y pocos meses después fue nombrado Director General de la institución, cargo que no existía y que se constituyó utilizando una nueva nomenclatura y que de esa forma prescindían del vice presidente.
Al respecto, el Departamento de Estado advertía de que el BRAC fue creado “para compartir cualquier información sobre actividades subversivas [comunistas en Cuba] que pudieran afectar a los EE.UU.” (State Department, 1984, 811, Anillo, 2011, 137).3 Por tanto el BRAC y el SIM (inteligencia militar) se sumaron a los dispositivos de control ya existentes como la Guardia Rural, la Policía Secreta y la Policía Judicial.
En general, los órganos judiciales de los tribunales de urgencia, vigentes en Cuba desde 1933, respetaron las garantías procesales de los encausados con más frecuencia que los cuerpos policiales hacia las personas detenidas. Los rotativos nacionales y los fondos del Tribunal de Urgencia constatan cómo los peritos realizaban un minucioso cotejo de fuentes y declaraciones de cara a la celebración de un juicio que, por lo general, era de libre acceso y en donde se hacía pública la argumentación de la sentencia.
Sí es cierto que cientos de elementos opositores al régimen, en algunos ni siquiera Comunistas, fueron torturados y asesinados. Era muy común encontrar cuerpos en lugares apartados y a veces en plena vía pública, para que sirviera de escarmiento.
Los fondos del Tribunal de Urgencia en el Archivo Nacional de Cuba (TUH) registran 336 asesinatos y 6408 expedientes incoados contra individuos o grupos de personas opositoras en la provincia de La Habana, sin embargo aún se desconoce con exactitud la información relativa a los Tribunales de Urgencia del resto de provincias.
No obstante se estima que los asesinatos totales pudieron haber llegado a los 1.300, aunque las detenciones sí superaron el orden de las 20 mil, como lo asegura la fuente "República de Cuba, 1953". La coacción y la tortura constituyeron prácticas políticas y policiales habituales durante la dictadura militar de Fulgencio Batista.
Esta política del miedo consistía en infundir temor, en generar un clima de inseguridad continua que disuadiese a los disidentes de colaborar con las redes clandestinas. El Cónsul de España en Santiago de Cuba declaró en uno de sus informes que los llamados “pistoleros” de Masferrer llegaban “a golpear brutalmente en plena calle a hombres y mujeres por resistir a ser detenidos.
Con el triunfo de la revolución comenzaron las venganzas
Díaz Tamayo fue puesto en libertad al ser excluido de la Causa Nº 4 de 1959 contra todos los que participaron en el golpe de Estado de Batista. Tampoco fue encausado por la falsa acusación de Fidel Castro en "La Historia Me Absolverá" que después del asalto al cuartel Moncada llevó un mensaje de Batista al jefe del regimiento ordenando que por cada soldado muerto había que ejecutar a diez rebeldes prisioneros.
Según lo narra el doctor en historia Antonio Rafael de la Cova, citando las propias memorias del general Martín Díaz Tamayo, "Alrededor del 6 de enero de 1959, Díaz Tamayo, vistiendo un saco deportivo a cuadros, fue internado en la Galera 14 de la fortaleza de La Cabaña. Se sentó en una columbina al lado del ex ministro de Información Ernesto de la Fe Pérez, quien le dijo que se pusiera cómodo.
De la Fe relata en sus memorias como el general le respondió con una modesta sonrisa: «No, dentro de un rato yo me voy, porque he tenido la suerte al entrar, de tropezar con una hermana de Fidel y su mamá, y ellas se han indignado de ver que yo estoy preso. . . Cuando yo era Jefe del Regimiento de Santiago de Cuba, las atendí con toda consideración».
De la Fe afirma que al poco rato fueron a buscar al general y lo dejaron en libertad. Díaz Tamayo no menciona estos hechos en sus memorias ni dice que estuvo encarcelado. Señala que no estando en su casa en aquellos días, se aparecieron allí unos barbudos del Segundo Frente Nacional del Escambray. quienes de parte del comandante Dr. Armando M. Fleites Díaz a punta de pistola se llevaron su nuevo Oldsmobile de 1959.
Su esposa Rosaura Menéndez y una amiga, con llaves de repuesto, recuperaron el vehículo al localizarlo frente al hotel Capri, la sede del Segundo Frente. Esto provocó que una docena de rebeldes regresaran a su hogar armados para volver a expropiar el vehículo.
De hecho se lo quitaron, y además le decomisaron 54 mil pesos que tenía guardados en el banco agrícola, alegando que ese dinero "le había sido malversado al pueblo". Una suma como esa, e incluso mayor, muy mayor, la tiene hoy probablemente cualquiera de los "hijos de papa" de esta dictadura Castro - Canelista "como dinero de bolsillo"... ¿y como lo ganaron? ¿a quien se lo malversaron ellos?
En fin, regresando a la historia, cómo habrá sido "su contacto" en la familia Castro, que hasta su foto y su nombre fueron excluidos del famoso artículo publicado por la revista Bohemia titulado "Traidores", que contenía la supuesta lista de los participantes del "cuartelazo" del 1952.
Sin embargo el capitán José Castaño Quevedo, a la sazón ex jefe de operaciones del BRAC, no corrió igual suerte. En su caso fue arrestado tras la huida de Batista, acusado por la artista de Radio y Televisión Alicia Agramonte Marrero de matar a un estudiante e incluso, de que Castaño la "había violado" personalmente.
Hoy, en cambio, el castrismo no cuenta con un BRAC propiamente dicho, no hace falta, todo el régimen y su estructurado aparato en la calle se encarga de esa función como diabólica maquinaria que, aunque no asesina porque el pueblo no tiene armas como entonces, sí son capaces de encerrar en prisiones a jóvenes que aún no han llegado ni a la mayoría de edad con el mismo objetivo intimidatorio.
Para nadie es un secreto que muchos de aquellos elementos que enfrentaban al régimen de Fulgencio Batista - comunistas o no - contaban con un abundante arsenal de armas, bombas e infraestructura en general que utilizaban para desplegar su objetivo, sin embargo esta tiranía se siente hasta con el derecho de coartar las libertades de los ciudadanos por apenas entonar unas simples estrofas de una canción.
Fuente:Archivo personal de Bernardo Granados depositado en la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, La Habana, Cuba y tomado de "De los controles disciplinarios a los controles securitarios", autor: Oliver Olmo y María del Carmen Cubero, Castilla la Mancha, España. // Cuba, la revolución del 1933, golpe de estado de 1952, y la represión del Comunismo", Memorias del Mayor General Martín Díaz Tamayo, por Antonio Rafael de la Cova