Rusos en la manigua Cubana

Foto en la que se asegura aparecen los mambises rusos, pero a juzgar por los rostros, puede que los tres del centro con camisa blanca sean ellos. El resto, cara de ruso no tienen mucho.

En el año 1895 llegaron a Cuba los tres primeros rusos decididos a incorporarse al ejercito libertador cubano. Se sabe porque uno de ellos, Piotr Streltsov, escribió un diario de campaña y lo publicó en mayo de 1898 en la revista Noticiero de Europa, bajo el título de "Dos meses en la isla de Cuba". Gracias a ese documento, se sabe que fueron el y sus dos amigos los primeros en incorporarse al ejercito separatista Cubano.

Piotr Platonovich Strelsov, tenía entonces 21 años, era teniente de la reserva del ejército imperial y trabajador de ferrocarriles, y sus otros compañeros, Eustafi Iosifovich Kontantoinovich, de 22, estudiaba arquitectura en la Academia de Bellas Artes mientras que Nicolai Guerasimovich Melentiev, también de 22 años, laboraba en el Departamento de Medicina de su ciudad.

Llegaron a Jacksonville, en Florida, procedentes de New York, un 23 de julio de ese año en el vapor "Nicaragua", y luego de desembarcar en la Florida donde estuvieron hasta el 3 de septiembre, se enrolaron en el vapor "Three Friends" que los dejó, 4 días después, en la playa de "María la Gorda", en la península de Guanahacabibes, la porción de tierra más al oeste de la provincia de Pinar del Río. 

Se incorporaron a la tropa de Antonio Maceo, ya que esa embarcación llevaba provisiones para el ejército del general Cubano. No sabemos como se entendieron, en que idioma hablaron, pero Piort Strelsov escribió en su diario lo siguiente: 

"Maceo nos recibió con mucho agrado y entre otras cosas expresó que se sentía muy satisfecho de tener ante sí a representantes de una nación tan grande y lejana como Rusia y agregó: "Cada vez que llega un extranjero -subrayó él- me da una nueva esperanza en la pronta liberación de nuestra desdichada patria, ya que teniendo las simpatías de todo el mundo venceremos".

Su bautismo de fuego fue el combate de "Montezuelo" el 24 de septiembre, una sangrienta batalla en la que los cubanos sufrieron setenta y ocho bajas entre muertos y heridos y los españoles más de un centenar. 

Tres días después, en "Tumbas de Estorino", dos columnas españolas intentaron rodear al general Antonio Maceo produciéndose otro encarnizado combate. Aquí cae herido de un balazo en una pierna Eustafi Konstantinovich. 

A esto súmele que Melentiev cayó víctima de la fiebre amarilla y Streltsov deberá cuidar de sus compatriotas. Maceo, al despedirse de los tres rusos, les asegura que se incorporarán al próximo destacamento insurrecto que pase por la prefectura de Francisco, y allí los deja. 

Streltsov y Konstantinovich salieron en busca de ayuda, y se toparon con una columna española. Seis soldados escoltaron a Streltsov para ir en busca de Melentiev que se encontraba enfermo de fiebre amarilla en la prefectura. Como garante quedó detenido Konstantinovich, quedando advertido de que en caso de producirse una encerrona, su compañero sería ejecutado de inmediato. 

A fines de octubre de 1896 decidieron que la aventura mambisa había tocado a su fin, entregándose los tres en el fuerte de "Punta de la Sierra", donde fueron hechos prisioneros y enviados al Morro en la Habana. Anduvieron con suerte, pues al ser de nacionalidad rusa fueron expulsados de la isla en calidad de deportados, dirigiéndose a la ciudad de New York en el barco "Yumurí". Nunca más se supo de ellos, aunque algunos historiadores señalan que se incorporaron al ejercito Rojo. 

Existe una información muy vaga sobre otro supuesto ruso que fue enviado a Cuba desde París por el Dr. Betances, el delegado de la Revolucionario en Francia que combatió a las órdenes del General Pedro Díaz. Su apellido era Arkomatoff y, según carta del mayor general mambí Jose María "Mayía" Rodríguez, se encontraba integrado en su tropa, pero tampoco se tuvo mucha más información al respecto. 

Puntos de Vista / Fuente: Artículos de la prensa Rusa
Share:

PATRIMONIO

REPUBLICA/ALCALDES

DAMAS

DUELOS

SECRETOS