Sara en la película "La Belle de México" con Raúl Ramírez. |
Se cumplieron 10 años de su muerte, y todavía está en el recuerdo aquel pasaje vivido por Sara Montiel en las televisiones de España de la mano de un Cubano, Tony Hernández, que contra toda imagen pre concebida en España de lo que es un Cubano (gracias al Dinio), se paseaba con ella cual enamorado galán. (Como si la gente en España fuera tonta.)
Pero en fin, eran los años 2000 y ella estaba en el inside de la noticia y los medios, ávidos de su vida privada, se dieron banquete con esta rocambolesca historia. Dijo él que se habían conocido por teléfono, y ese mismo año se vino a España a conocer a la diva en vivo y a todo color.
Fue tal el impacto mutuo que hasta se casaron y todo y ya saben, la prensa rosa, o del corazón, en este país, enloqueció totalmente. No se hablaba de otra cosa. Pero uno, que conoce el paño como nadie, sabía bien que este tipo de Cubano estaba algo, como decía el papa de Julio Iglesias, rarrrro, rarrrro, rarrro pero en fin, dejémoslo aquí que no viene al caso.
Se trata del asesino Ramón Mercader, victimario del ruso disidente León Trotski en la ciudad de México, al que asesinó abriéndole la cabeza con un hacha pequeña, mientras le visitaba en su casa haciéndose pasar por su admirador. Evidentemente, eran los años en una joven violetera "hacía las américas" y se encontraba en ese país.
Ramón: –
De lo que si no sabíamos es la historia de amor de la Manchega con alguien que estuvo estrechamente vinculado a Cuba, y que por supuesto resulta mucho más interesante que este mentiroso. La historia la destapó su peluquero de toda la vida, Pepe de la Rosa, en un artículo aparecido en la revista de temas del corazón "Lecturas".
Ramón Mercader en la cárcel. |
Se trata del asesino Ramón Mercader, victimario del ruso disidente León Trotski en la ciudad de México, al que asesinó abriéndole la cabeza con un hacha pequeña, mientras le visitaba en su casa haciéndose pasar por su admirador. Evidentemente, eran los años en una joven violetera "hacía las américas" y se encontraba en ese país.
Según le contó una vez un amigo a este señor, Sara tuvo una niña en México que al parecer "fue robada" y que la tuvo con este sujeto tan detestable que una vez salió de la cárcel fue acogido por lo mas alto de la nomenclatura Castrista en la Isla, donde su madre, la santiaguera y enfermiza estalinista Caridad del Río, le había preparado el camino.
Fíjese quien era esta mujer, que en Infobae, con fecha de septiembre del 2019, el autor del artículo, Alfredo Serra, tituló, ¡Maten a Trosky!, se publicó el siguiente diálogo madre - hijo:
"Terminada la guerra quiero quedarme a vivir en España."-
Caridad:-
"Tu no eliges. Ninguno de nosotros elige. Sólo hacemos lo que decide el partido"-.
Ramón: –
"Me niego"-.
Caridad:–
"Métete esto en la cabeza de una puta vez. No piensas, solo obedeces. No actúas por tu cuenta, sólo ejecutas. No decides, solo cumples. Tú serás mi mano en el cuello de ese hijo de puta, mi voz será la del camarada Stalin, y Stalin piensa por todos nosotros"-.
Sara pasaba largas temporadas en México, y esta posibilidad podría ser perfectamente real. También se sabe que durante esas giras, la diva se hacía acompañar de gente relacionada - de alguna forma- con la élite de Moscú. El actual "Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia", conserva entre sus archivos la preparación de este espía.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, y según el testimonio de este peluquero, fue precisamente allí donde Sara y Mercader se conocieron y luego se enamoraron. Al respecto dijo este a la revista: “Aunque era un asesino, Sara me dijo que no había sido un hombre malo”. (Menos mal porque si llega a serlo).
Y claro, esta prensa como es de lista, enseguida empezó a sacar la cuenta y, habiendo viajado Mercader a México en 1940 a "cumplir la misión" que le habían encargado los órganos secretos rusos de la NKVD, la génesis del KGB, entonces concluyeron que "estuvo" con Sara cuando esta tenía solo 14 años. Imposible.
Pasa que como ella se quitó bastante años, la biografía "oficial" la recogía con esa edad cuando ocurrió el asesinato. Total, que ella misma "se echó pá lante como el carrito del helado". La otra posibilidad sería que la diva haya tenido un Vis a Vis (el conocido "pabellón conyugal" para lectores de Cuba) con el detenido, teniendo en cuenta que este estuvo en chirona hasta el 1960.
El arma homicida de Ramón Mercader |
Sara pasaba largas temporadas en México, y esta posibilidad podría ser perfectamente real. También se sabe que durante esas giras, la diva se hacía acompañar de gente relacionada - de alguna forma- con la élite de Moscú. El actual "Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia", conserva entre sus archivos la preparación de este espía.
Su misión era asesinar a León Trotski, porque este disidente, odiado por Stalin, había sido uno de los colaboradores más fieles de Lenin y por ese motivo vivía exiliado de 1937 en ciudad México gracias, entre otras cosas, a las gestiones del pintor comunista Diego Rivera y del presidente mexicano Lázaro Cárdenas. (Porque usted cree que Fidel Castro escogió México para sus andanzas?).
Luego de la condena de 20 años, Mercader viajó a la URSS donde le dieron los grados militares de coronel y la orden de Lénin. De ahí se va a Cuba, donde dejó a sus dos hijos "bien enchufados" y ... ¡válgame dios!, murió de un repentino cáncer en la Habana trabajando como asesor de Fidel Castro.
En cuanto a su madre, Eustacia María Caridad del Río Hernández, que había nacido en la capitanía de Santiago de Cuba en 1892, murió en Francia en 1975 y la URSS corrió con todos los gastos. Se libró de ver la caída del muro de Berlín y de su amado Comunismo. Se hubiera muerto del disgusto. Por cierto otro de sus hijos, Pablo, fue aplastado por un tanque en la sangrienta batalla de "Brunette", en los alrededores de Madrid, durante la guerra civil.
A Sara, considerada como la primera española que triunfó en Hollywood, siempre se le recordó en Cuba con mucho cariño la verdad. Sus películas - que aun se pasan de cuando en vez en la televisión - eran muy gustadas así como sus coplas. Con 74 años viajo a la Habana por segunda vez; y visitó la escuela de cine de San Antonio de los Baños donde su "queridísimo marido" trabajaba. Se alojó en el hotel Nacional que la incluyó en la galería de los visitantes ilustres.