jueves, 20 de abril de 2023

Marcos Rodríguez el chiva, ¿y los demás que?


Los hechos sangrientos ocurridos en un apartamento de la calle Humboldt en la Habana, del cual este 20 de abril se cumple 66 años, han tenido múltiples lecturas dado las  interrogantes que todavía suscita. 

Se trataba de un apartamento alquilado por un tal Eugenio Pérez Cowley, donde fueron emboscados y baleados por la policía 4 militantes del directorio revolucionario estudiantil, capitaneado por José Antonio Echeverría, muerto en la misma acción cuando iba en retirada. (Hoy recordamos esta noticia en un post anterior). 

No se puede decir que aquellos jóvenes fueran extremistas de izquierda, por el contrario, pero sí generadores de hechos muy violentos, como un intento de asesinato del mandatario Fulgencio Batista en pleno palacio presidencial. Sin embargo en menos de 24 horas cuatro de sus autores ya estaban localizados. 

Aclaramos que estamos hablando de una Cuba donde no existían los brutales sistemas de vigilancia que existen hoy; y donde la libertad que existía permitía alquilar un apartamento sin llamar la atención de nadie, con lo cual hacía casi imposible que la policía conociera el escondite en tan poco tiempo. No cabe duda que fue obra de un chivatazo, uno de los mas morboso en la historia de Cuba, 

Con respecto a este hecho, el ex coronel de la policía en la Habana, Esteban Ventura Novo, le dedica un artículo en sus Memorias a los hermanos Díaz Arguelles. Afirmó que aquel encuentro se coordinó primero en un apartamento situado en la calle Carlos III, número 902, casi esquina a Espada, aunque a petición de los informantes terminaron viéndose en un bar cercano. 

Coronel Esteban Ventura Novo de civil

Así lo cuenta el tenebroso coronel: 

"Era el café "Petit Codias", de la esquina de Carlos III y Espada, donde el gallego Emilio, su propietario, nos sirvió café a los tres. Ya el brigadier Hernando Hernández, jefe de la policía, sabía que estos dos jóvenes revolucionarios querían tres mil pesos por el servicio que nos iban a proporcionar.

Agrega Ventura que fue entonces que Argüelles, en unión de Faure Chomón, y con Machín como enlace en el lugar de los hechos, le dijo:

─ En Humboldt número 7, están escondidos Juan Pedro Carbó Serviá, José Machado Rodríguez, Joe Westbrook y Fructuoso Rodríguez.

─ ¿Cómo sabemos nosotros que esto no es una celada? 

─ Porque allí está Tavo, (Gustavo Machín Hoed de Beche), esperando un mensajero a la hora en que ustedes vayan, dijeron.

─ ¿Quién es el mensajero?

─ No se lo podemos decir. (Se trataba de un sobrino del ex-coronel Fermín Cowley Gallego, Eugenio Pérez Cowley, quien después se asiló en una Embajada temiendo que fuera hubieran descubierto que él había sido protagonista.)

─ "El Jefe de la Policía, (coronel Hernando Hernandez, desde la propia habitación de Carlos III nos llamó aparte y nos dijo":

─ ¿Ventura, cómo tú garantizas a esta gente?

─ Pues quedándome aquí con ellos hasta que se haga el servicio, le respondí. 

─ Bueno, así está bien, contestó más sereno y entonces le pregunté a Raulito:

─ ¿Cómo es que siendo esa gente brava, de acción, ustedes van a entregarlos por tres mil pesos?

─ Nos están robando el show, fue la respuesta.

Este apartamento estaba alquilado por Eugenio Pérez Cowley, un sobrino del finado teniente coronel Fermín Cowley Gallegos que había sido ejecutado en Holguín por un comando castrista del 26 de julio cuando las "Pascuas Sangrientas", y a quien Marcos Rodríguez señalaba en un principio como uno de los delatores.

Por su parte Gustavo Machín Hoed de Beche marchó al extranjero, incorporándose más tarde junto a Chomón al grupo de alzados en la sierra del Escambray, liderado por el gallego Gutiérrez Menoyo quien pasó 20 años en las cárceles castrista y que pudo salir gracias a gestiones del presidente español Felipe González. 

Con los años Machín cayó en Bolivia como integrante de la guerrilla comandada por Ernesto Guevara, mientras que Chomón, lejos de los principios democráticos que pregonaba el directorio revolucionario al que pertenecía, se plegó al régimen dictatorial de Fidel Castro sirviéndole hasta su muerte en 2019.

Ventura señaló también en este libro a la madre de estos hermanos Díaz Arguelles, la artista Marina Quesada, su amiga personal, agregando que en ocasiones solía almorzar con ella en su lujosa casa en la playa de Guanabo. De ahí - pensamos nosotros - que su hijo se haya decidido a verse personalmente con este temido oficial.
 
Por otro lado Marta, la viuda de Fructuoso, contó en vida que ya con Castro en el poder, llegó a entrevistarse con uno de los militares que participaron en los hechos y que por esos días se encontraba preso, un tal soldado Alfaro, y este le señaló - sin dudarlo ni un momento - como autor de la delación al miembro de las juventudes socialistas y aspirantes al partido comunista, Marcos Rodríguez.

Como podrá suponer, esta acusación señalaba a un miembro del partido como un vil traidor, con la connotación que esto tendría, aunque posiblemente este Marcos haya sido la "cabeza de turco" en la purga que vino a continuación, de la que no se salvó ni la propia Marta y donde Jorge Valls, amigo del acusado y declarante en el juicio a su favor, fue sentenciado a 20 años de prisión. 

Gracias a gestiones del entonces jefe de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujols y a sus orígenes catalanes, consiguió salir de la cárcel de "Boniato" en Santiago de cuba en 1984, donde pasó los 3 últimos incomunicado, y se fue a vivir a Cataluña de donde eran originarios sus padres. 

Este escándalo causó - quizás - la primera gran crisis dentro del régimen Castrista, de cara a una historia que los había convertido de terroristas en gloriosos héroes y luchadores por la patria. De ahí el show televisivo que se montó el "máximo líder" y donde pronunció aquella frase de...  "La revolución no es como Saturno que se come a sus propios hijos". 

Castro no perdía un segundo en reafirmar su figura como salvador de la revolución y, de paso, involucraba en ello a un pueblo que manipulaba a su antojo. Aun así no cabe duda que la aceptación, y posterior auto inculpación del propio Marcos Rodríguez, es lo que mantiene este caso en un intrigante y misterioso enigma por casi 70 años.

Más de lo mismo... 

Siguiendo esta misma cuerda, Ventura afirmó que fue el revolucionario Armando Rivas quien le facilitó el chivatazo para capturar a Ángel Ameijeiras, alias Machaco, en un encuentro efectuado en un apartamento en la calle Carlos III, muy cerca del hospital "Emergencias". 

Los hechos en cuestión se sucedieron en el mes de noviembre de 1958, en un edificio situado en las calles Goicuria y O’Farril, en la Habana, y que llevó a la captura de otros dos miembros de este comando, Rogelio Perea y Pedro Gutiérrez, así como el de la señora Norma Porras, esposa del tal Machaco, que por estar en ese momento en avanzado estado de gestación, tuvo que ser conducida al hospital "Emergencias" de la avenida Carlos III.

En otro capítulo narra como otro de los revolucionarios, un tal Osmín Fernández, miembro del 26 de julio en el instituto de segunda enseñanza de Marianao, "cantó la Traviata" sin necesidad de ponerle un dedo encima. 

Dice así: 

"Un día estallaron dos petardos en las esquinas de las calles Belascoain, Carlos III y Pocito, donde hubo varios inocentes que resultaron heridos. Sabíamos que Osmín Fernández estaba en esas actividades terroristas; pero no sabíamos donde estaba. Detuvimos a su papá y fue fácil después localizarlo cuando entraba en el hotel situado en Neptuno y Perseverancia, donde vivía.

 -Si yo entrego todo el plan, ¿me suelta? – nos dijo.” 

Este Osmín Fernández llegó a ser comisionado en la alcaldía de Mariano al triunfo Castrista de 1959. Es curioso que este personaje huyera a Mexico posteriormente, y no se vinculara más a Cuba hasta después de ese año. ¿Y quien le señaló, o al menos cuestionó esto?. ¿Acaso no existen copias de esos archivos policiales?.

Serafina Freyre Lazzaro siendo interrogada

Decir, finalmente, que estos archivos salieron a la luz pública a raíz de la detención de su esposa en la Habana, la doctora Serafina Freyre Lazzaro, ocurrido en las instancias del aeropuerto de Rancho Boyeros en la Habana, cuando la señora regresaba a Cuba en planes de divorcio. Se dijo que fue un ardid para poder sacar valores de Ventura, que no pudo sacar durante su huida.

Dicen que al saberlo, el coronel montó en cólera en Miami y decidió entonces hacer público todos estos archivos muy sorprendentes además. El 27 de Enero, nada mas la doctora puso un pie en suelo cubano, el capitán Jose Ponce Díaz y el comandante Efigenio Ameijeiras, jefe de la Policía Nacional y hermano del que murió en los sucesos de la calle Goicuria, la detuvieron resultando interrogada. Mas tarde pudo marchar a la República Dominicana junto a sus hijos. 

Pero no se alarme. En la antigua R.D.A. a casi 35 años de la caída del muro de Berlín, todavía se están recuperando viejos y deteriorados archivos de la tenebrosa Estasi, la policía secreta del dictador pro soviético Erich Honecker y mentora de la Cubana, descubriéndose entonces que primos, tíos, hermanos e incluso padres e hijos, se "vigilaban y chivateaban" mutuamente. 

Nota: Todo lo que aquí se ve escrito, fue publicado por el ex coronel Esteban Ventura Novo en su libro "Memorias", publicado en 1960 en la ciudad de Miami. 

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