viernes, 5 de mayo de 2023

Bandoleros, atracadores y forajidos, pero mambises al fin


En el mes de noviembre de 1879 aparecía publicado en la Gaceta de La Habana una disposición, ley del 8 de enero, que adoptaba medidas drásticas contra el bandolerismo existente en Cuba, criminales que se dedicaban a la extorsión, el secuestro, el robo de reses e incluso, el asesinato.

Lo más preocupante de todo es que esos delitos lo hacían en nombre de la libertad de Cuba. Entre esta lacra podemos citar por ejemplo a Félix Gallo, quien al concluir la Guerra de los diez años organizó una cuadrilla, junto a otros perseguidos por delitos criminales, y se lanzaron a los campos a cometer todo tipo de tropelías, entre ellas extorsionar a los hacendados a nombre de "Cuba Libre". En el caso de Álvarez Arteaga, fue uno de los que se integró con más éxito en el seno del Ejército Libertador, así como Regino Alfonso y otros rebeldes agrarios. 

AGUERO FUNDORA

Carlos Agüero Fundora, que llegó incluso a general de brigada y que fue uno de los que había participado en la Guerra de los diez años y en la chiquita. Había regresado de Cayo Hueso, en Estados Unidos, en la expedición de la goleta "Adrian" el 1ro de abril de 1884, desembarcado por la zona de Cárdenas. 

Para poder sostenerse en los campos cubanos, Agüero tuvo que dedicarse al al robo y al bandolerismo, aunque algunos expertos sostienen que sus propósitos eran otros. Cayó el 5 de marzo de 1885 en una emboscada que le prepararon en el potrero "Mederos", en la localidad de Calimete.

Fundora fue un auténtico estratega. Sin embargo le señalaron lo menos 100 atracos en la provincia de Matanzas, desde la requisitoria de caballos, dinero, armas, quema de ingenios y de caseríos. Lo mismo atracaba, que no rechazaba el combate frente a frente con los españoles, y llegó a tomar importantes pueblos de la zona. Agüerito, como le llamaba "el inglesito" Henry Reeve, se había sumado a la primera gesta mambisa con solo 14 años de edad. 

Fue víctima de una encerrona en la zona de Calimete, organizada por soldados y oficiales españoles con la colaboración de los mulatos traidores Federico Prendes y Sixto Hernández. Le dieron muerte junto al capitán José Morejón que le acompañaba, y su cadáver fue enterrado en una modesta fosa muy próxima a la prisión de Calimete. 

Sin embargo hay que admitir que este hombre, a pesar que apenas se reconocen sus méritos, fue uno de los mas bravos mambises de aquella gesta a la que dedicó mas de la mitad de su vida. Incluso hay investigadores españoles que le señalan como uno de los mas temibles y valientes mambises.

Fue un alumno aventajado de Máximo Gómez, Henry Reeve y un estudioso de libros como el del genial guerrillero José Garibaldi, que a la postre fueron métodos de combate que puso en práctica en la provincia de Matanzas para demostrar que sí se podía hacer guerra de guerrillas en terrenos llanos, y así mantener en jaque a las fuerzas españolas. 

MATAGÁS 

Le sustituyó en el cargo nada mas y nada menos que José Álvarez Arteaga, el célebre bandolero Matagás, que desde que se alzó en la zona de Colón, en Matanzas, se convirtió en un artista en eso de mutar de mambí a bandolero y viceversa. 

En esa dualidad se mantuvo como 10 años a las ordenes de los generales Antonio Maceo y Máximo Gómez, sobre todo durante la invasión hacia occidente. Sus restos se encuentran hoy depositados en el Mausoleo a los Mártires de la Patria en la ciudad de Colón, provincia de Matanzas. 

Matagás, que la prensa castrista lo considera un patriota, se estrenó como jefe de una de aquellas bandas que operaban en Matanzas hacia mayo de 1877, uniéndose poco después a otros connotados bandidos como José Desiderio Matos, alias "El Tuerto" y su hermano Bernardo, los que tenían su cuartel general en las inmediaciones de la Ciénaga de Zapata. 

---Entre 1891 y 1892 fueron abatidos los bandoleros Antonio Mayor, Andrés Santana Pérez, Tomás Cruz, Pedro Palenzuela y Víctor Cruz Alonso, entre otros bandidos famosos.---

Entre otros de los más connotados bandidos que fueron capturados estuvieron Juan Castillo - alias Juan María - y Fello Hernández, autores de varios hechos criminales como incendiar los cañaverales de las colonias de los hacendados Felipe Martínez y José González. 

MANUEL GARCIA 

Eran tiempos en que la campiña Cubana estaba siendo asolada por aquel bandidaje, destacando Manuel Hermenegildo García Ponce, natural de Alacranes, conocido popularmente como "El rey de los campos de Cuba" quien no solo fue un ladrón, también un asesino. 

Su banda la integraban los famosos bandoleros Vicente, Sixto Varela, Gallo Sosa, Domingo Montelongo, José Plasencia, Antonio Mayor, Eulogio Rivero, Pedro Palenzuela y Andrés Santana. En la zona de Puerto Príncipe, actual Camagüey, operaban Silverio López y Eustaquio Guillen, quienes sembraron el terror hasta que fueron capturados. 

En una ocasión el apóstol José Martí, que siempre veló por la pureza del futuro alzamiento, y además le conocía personalmente y quería convertirlo en un hombre de bien, rechazó la cantidad de ocho mil pesos que este bandolero le envió para la causa.

Martí sabía que ese dinero procedía de un rescate cobrado por un secuestro. No obstante Manuel García le pidió que aceptara el donativo para la causa, pero este le explicó que la revolución no estaba de acuerdo con su vida anterior, y que cuando la guerra estallaba, entonces tendría oportunidad de demostrar su patriotismo.

En esta época García, que era natural del poblado de Alacranes, provincia de Matanza, era perseguido por delincuente, aunque el castrismo se empeñe en seguir limpiando su imagen de un supuesto mambí. En más de una ocasión estos elementos cometían sus fechorías en nombre del ejército libertador. 

Su zona de operaciones fluctuaba entre Unión de Reyes, hasta Nueva Paz, que actualmente pertenece a la provincia de La Habana. También operaba en los municipios matanceros de Limonar, Pedro Betancourt, la zona de Corral Falso de Macuriges, y en Jagüey Grande, en estrecho maridaje con otros bandidos de la Ciénaga de Zapata. 

--La mayoría de estos bandidos  eran de la raza blanca, pues al parecer tenían una misma procedencia inmigratoria: las islas Canarias. --

Su muerte aun no está muy clara. Se supone que en Febrero de 1895, cuando había decidido dar este paso a la manigua redentora junto a una partida de 40 hombres, entre los que se encontraba su hermano Vicente, el mulato Plasencia, Gallo Sosa, Asunción "La Muerte" y otros bandidos, fue sorprendido en una tienda de comestibles de Ceiba Mocha llamada "Casa Fraguela" la que intentaba asaltar. 

Allí, tratando de huir de un tiroteo que se generó, cayó abatido "aparentemente" por el revolver del capellán de Jaruco, Felipe Diaz de la Paz, alguacil de Canasí además, quien a su vez resultó macheteado sin piedad por cuatro de aquellos bandidos. Lo que sí es cierto que el autor de su muerte, así como los hechos en sí, siguen siendo un misterio sin dilucidar. 

VEGUITA

Ceferino Ruiz Villavicencio, conocido por el sobrenombre de “Veguita”, fue un joven bandolero que actuaba en torno a las poblaciones de Las Cruces, Camarones y Lajas, con una partida reducida, pero que se había vuelto lo suficientemente problemática como para que el gobernador civil de la provincia comisionara al alcalde de Las Cruces con objeto de neutralizarla.

El 27 de abril de 1891 se produjo un tiroteo en el ingenio “San Agustín”, cerca del
poblado de Cartagena (partido judicial de Cienfuegos), propiedad de Agustín Goytisolo. “Veguita”
había exigido a este terrateniente veinte mil pesos con amenazas de muerte e incendios a sus fincas.
Los celadores de Policía del territorio conocían los enlaces de la partida para el pago. En la refriega cayó Veguitas y dos hombres que le acompañaban, que fueron identificados como Manuel García y Juan Fernández.

LENGUE ROMERO

En 1886 se destacó en la región habanera el no menos famoso Manuel Romero Guzmán, alias "Lengue Romero", y en Las Villas era muy temido Nicasio Mirabal. En Pinar del Rio campeaban por su respeto Arturo García, Agustín la Calle, Manuel González, José Álvarez, Perico Delgado y Carlos Socarras Acosta y ojo, que estos eran los más conocidos, porque los había por cientos.

Otro connotado pandillero fue el canario Andrés Santana Pérez, celebre por el apoyo que recibía de la gente. Pérez llegó a ocupar un vasto territorio que iba desde Alfonso XII hasta el municipio de Cabezas, en el sur de matanzas. Las principales ciudades ocupadas, conocidas como sitierías, fueron las de La Lima, La Margarita, un lugar muy estratégico pues estaba cercano a la capital, en un ingenio demolido en Casaleiz, El Cuzco, el Galeoncito o el potrero de Varela. 

Así pues, existen evidencias documentales de que algunos de los propietarios notables de matanzas, como la familia Menocal, los Padilla, los Cuervo y los Morejón, estaban interesados en la desaparición de estos bandoleros y, de hecho, colaboraron activamente para borrar del mapa a Andrés Santana Pérez y a Tomás Cruz, jefe y subjefe, respectivamente, de la temida cuadrilla que señoreaba en la comarca de Alacranes y en el Sur de la provincia Yumurina. 

ABELARDO RODRIGUEZ

Uno de los episodios más crueles del bandolerismo durante la guerra Cubano Española, fue el protagonizado por Abelardo Rodríguez. Este individuo nació en la jurisdicción de Holguín y en octubre de 1868, al igual que muchos otros campesinos, se unió a las fuerzas libertadoras. Integró una de las numerosas guerrillas que, teniendo como escenario los bosques y sabanas cubanas, llevaban a cabo una eficiente guerra irregular frente al ejercito español, donde los prisionero eran ejecutados sin miramientos.

Abelardo se destacaba por su crueldad excesiva. Pero su odio era especial contra los canarios. Un número considerable de canarios prestó sus servicios a la causa de la metrópoli. Por ejemplo una parte considerable de isleños integraban las tristemente célebres guerrillas, de manera que puede haber sido esa la razón de su odio por los canarios.

No fue secreto para nadie la implacable persecución a que eran sometidos los mambises por estas fuerzas auxiliares del ejército español. En ocasiones estas unidades eran más eficientes que las propias columnas del ejército regular. Acostumbrados al clima y conociendo las tácticas de los insurrectos, los perseguían implacablemente e incluso muchas veces arremetían contra las mujeres y niños que sorprendían en los campamentos. 

La mayoría de estos bandidos no respondían ni al bando cubano ni al español, si no el de la crueldad. Sedientos de sangre, resentidos, frustrados, con todos ellos fue conformando su banda Abelardo Rodriguez. 

Una partida de soldados españoles le sorprendió durmiendo en casa de una querida, y aun así logro llegar al bosque. Al mirar si le perseguían mientras seguía corriendo una rama de un árbol le pegó en la cabeza y le hizo perder el conocimiento. Fue capturado y, en un juicio repleto de testigos acusadores, fue condenado a muerte por fusilamiento. 

De cualquier manera se hace necesario rescatar aquellas historias, que no son tan románticas como las de otros que ya conocemos hasta el hartazgo. Hay que evitar la pérdida cultural e histórica de todos estos personajes que han seguido marginados, aún después de muertos. 

LO DE ROBERTO BERMUDEZ NO SE PUDO OCULTAR

Si México tenía a un héroe como Pancho Villa, ¿por qué Cuba no va tener a Matagás, Gallo Sosa, Lengue Romero o Manuel García?. 

Con el general de brigada Roberto Bermúdez López Ramos se cayó el cartelito de patriota y de buen mambí. Lo de este despiadado asesino no se pudo ni ocultar, sin embargo para muchos sigue siendo considerado como uno de los más valientes generales y el mas joven e intrépido mambí de su época. 

Fue un favorito de Antonio Maceo que lo ascendió a coronel, aun sabiendo que se trataba del más frío, sádico y sanguinario de los asesinos. Le debía la vida, de ahí que para quitárselo de arriba y no tener que tomar con él medidas drásticas, se lo entregó a Máximo Gómez con el pretexto de que "no podía con él". 

Gomez dijo al respecto: “El cubano verá en este proceso que el patriotismo debe estar hermanado con la virtud, que no basta con ser patriota y que hay que ser también buen ciudadano”. El 12 de agosto de 1898, en Las Charcas, Las Villas, el generalísimo le dio su merecido e irónicamente a solo 24 horas antes de que España claudicara ante los EEUU.

Entonces se dijo que el origen de muchas de sus innecesarias muertes, estaba dado por el resentimiento. A la muerte de Antonio Maceo, este reclamó el mando del sexto cuerpo de ejército, pero esa responsabilidad recayó en el también general Pedro Díaz quien, inmediatamente tomó el mando. Fue Gómez, en persona, quien dirigió el pelotón de fusileros que acabó con su vida en aquella llanura de sancti espíritus.

En resumen, bandidos como Estanislao y Regino Alfonso; José Álvarez Arteaga, Matagás; Andrés Fraga, Manuel García Ponce, el más famoso de todos; Desiderio Matos, el Tuerto; José F. Rodríguez y otros, dieron su vida por la independencia de Cuba y estuvieron integrados, con graduación de oficiales y jefes, en el Ejército Libertador. Otros como Pedro Delgado, Faustino García, Nicasio Mirabal, José Sosa Alfonso o Casimiro Sotolongo, sobrevivieron a la contienda. Dos de ellos, Pedro (Perico) Delgado y Nicasio Mirabal llegaron a ser  generales.

1959... 

El mejor ejemplo de este bandidaje rural lo fue sin dudas el guajiro de la sierra maestra, Crescencio Pérez Montano. Lo más intrincado de la Sierra oriental fue el  lugar perfecto donde este "cangaceiro de la mariguana" encontró cobijo. 

El viejo bandido le abrió sus puertas a Fidel Castro, e incluso sus numerosos hijos combatieron a su lado, aunque a decir del argentino Ernesto Guevara eran unos cobardes y, según Guillermo García, "huían como conejos". Sin embargo la prensa Castrista le define como un "líder campesino", obligando al resto del campesinado honrado de la zona, que lo había sin ninguna duda, a la condición de "miembros de aquella misma banda".

Posiblemente nadie conozca las verdades de la historia de Cuba, como la conoció el investigador e hispanista británico Hugh Thomas, y este señala a Crescencio de ser un asesino y cabeza pensante de una producción y venta de drogas ilegales. De tener ochenta hijos ilegítimos y que, bajo su mando, tenía a cien campesinos prófugos de la justicia cubana. No nos extraña que Fidel Castro, tan o más bandido que él, se haya encontrado a gusto bajo su protección. Incluso fue tanta el hambre que le calmó, que elevó su legado a "fundador de la revolución".

Maldita Hemeroteca

Fuentes: "Bandolerismo en Cuba. Acerca del estado de la cuestión" // “El bandolerismo en la provincia de Santa Clara de Cuba y su represión durante el gobierno del Capitán General Camilo García de Polavieja (1890-1892)”. // Balboa Navarro, Imilcy "La protesta rural en Cuba: resistencia cotidiana, bandolerismo y revolución (1878-1902)". Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2003. 

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