domingo, 7 de mayo de 2023

INDEPENDENTISMO CUBANO: La otra cara de la luna.


Si bien es cierto que desde que se iniciaron las guerras por la independencia de Cuba, en el 1868, el problema racial, social y cultural ha sido una constante.

No es secreto para nadie que la guerra se inició con el propósito de liberar Cuba, pero completa, no solo al Oriente. Sin embargo las diferencias que existían entre aquellos caudillos eran tantas, que a occidente la llamaban "España", mientras que a Oriente "Cuba". 

De ahí que los mayores desmanes que se cometieron por parte de las fuerzas rebeldes fuera en la zona occidental precisamente, ya que los occidentales sentían una profunda indiferencia por la causa libertaria. Triste, pero fue así

Lo prueba esta circular que dictó Máximo Gómez una vez llegó a Sancti Espíritus, el 6 de noviembre de 1895, exactamente tres meses antes de que Valeriano Weyler llegara a Cuba el 10 de febrero de 1896. Gómez lo conocía perfectamente, ambos eran capitales y habían peleado juntos en el mismo ejercito anexionista en Dominicana. 

 "Circular. — Cuartel General del Ejército Libertador. Jurisdicción de Sancti-Spíritus. Noviembre 6 de 1895. 

Animado del mismo espíritu de inquebrantable resolución, en defensa de los fueros de la Revolución redentora de este pueblo de colonos, vejado y despreciado por España y en armonía con lo dispuesto sobre la materia en circular de 1.° de Julio, he venido en disponer lo siguiente: 

 1.° Serán totalmente destruidos los ingenios, incendiadas sus cañas y dependencias de batey y destruidas sus vías férreas. 

 2.° Será considerado traidor á la Patria, el obrero que preste la fuerza de su brazo á esas fábricas de azúcar, fuentes de recursos que debemos cegar al enemigo. 

 3.° Todo el que fuere cogido infraganti ó resultase probada su infracción al art. 2. °, será pasado por las armas. 

Cúmplase por todos los Jefes de operaciones del Ejército Libertador, dispuesto á enarbolar triunfante, aun sobre escombros y cenizas, la bandera de la República Cubana. En cuanto á la manera de hacer la guerra, cúmplanse las instrucciones que privadamente tengo dadas. El honor de nuestras armas y el reconocido valor y patriotismo de usted hacen esperar el exacto cumplimiento de lo ordenado. 

 — El General en jefe, —M. Gómez.¨ 

Esta amenaza no solo comprendía a colones y hacendados, si no para todo el mundo por muy humilde que fuera. Daba igual si era Español o Cubanos, esos que los mambises llamaban despectivamente ¨Los Pacíficos¨. Eran personas que no se metían en problemas, ni apoyaban públicamente a ningún bando, solo aspiraban a trabajar en paz y tranquilidad. 

Demás esta decir que mas allá de la severidad conque Gómez pensó estas medidas, no pudo evitar los cientos de desmanes que se cometieron a su amparo, incluso contra los que se resistían a unirse al ejercito libertador. Se conoce además, que muchos de ellos fueron usados en calidad de esclavos para el transporte de pertrechos y servicios 

Estos excesos eran publicados por el "Diario de la Marina", aunque también es cierto que este periódico respondía a los intereses de España. No obstante en todas las guerras pasan situaciones de este tipo, pues desgraciadamente no todos los que la hacen son gente de bien.

En uno de estos artículos publicados se cita la situación que le tocó vivir a un campesino que se encontró con tropas al mando de Maceo, a su regreso de Mantua. Aseguraba que Maceo iba secuestrando a cuantos guajiro se tropezaban en su camino, a fin de que le sirviesen de acémilas o mulas de carga.

Máximo Gómez y Maceo tuvieron un corresponsal de guerra que viajaban junto con la tropa, se llamó George Bronson Rea, periodista del periódico norteamericano de la época, "The New York Herald", y con ellos estuvo desde el 29 de Enero de 1896, hasta Marzo de 1897.

En su libro ¨Facts and Fakes about Cuba¨ (Hechos y falsificaciones sobre Cuba) Rea deja saber que el principal propósito de Máximo Gómez era establecer un estado de guerra total en esa parte de la isla, y el único medio de lograrlo era, según el, "quitándole a la población toda esperanza de ganarse el sustento". 

---"... Los orientales estaban indignados por la indiferencia de sus paisanos en la parte occidental de la isla, y habiendo ellos sufrido los rigores de la guerra de los diez años, querían que los otros sufrieran ahora, la miseria y los horrores causados por las guerrillas y las partidas de voluntarios".

--- ¨… Mis primeras correspondencias parecían todavía favorables a la causa cubana; pero cuando por mí mismo, pude enterarme de los procedimientos y tácticas empleadas por los insurrectos, me convencí de la verdadera descomposición moral que allí imperaba.

---"... En vez de encontrarme un ejercito a las órdenes de Máximo Gómez como me esperaba, me convencí de que la gran marcha a Occidente no era sino una ficción, y que toda la estrategia del célebre caudillo consistía en jugar al escondite en la manigua, sin querer jamás vérsela con el enemigo. Consideré mi deber, no sólo por respecto al Herald, sino por respeto a mi país, decir lisa y llanamente la verdad” 

Esa era precisamente la estrategia de los mambises, golpear de sorpresa pero jamás enfrentar a un enemigo de frente que le superaba en fuerzas, estaba mucho mejor preparado y con mejores armas. Y sigue diciendo: 

--- ¨… Cuando Máximo Gómez entró en la región situada, entre Sancti Spíritus y Artemisa, ordenó que se destruyera toda la caña, en cumplimiento de lo cual, quedaron arruinadas completamente millares de hectáreas y con ellas las esperanzas de miles de familias campesinas. 

--- ".... De 60 poblaciones o pueblos, sólo ocho escaparon a la tea insurrecta: unas 20 fueron parcialmente quemadas y 40 desaparecieron por completo". Rea, que además reflejó estos lugares en un mapa, después agregó:

 
Campesinos colgados / El Veráz
--- ".... Era muy fácil encontrar el rastro de los mambises por los hombres colgados de los árboles que tras sí dejaban, llegando la barbarie a su colmo un día en que 20 campesinos, fueron colgados de un solo árbol en Pinar del Río". 

En otro reporte cuenta lo siguiente: 

--- "... He visto oficiales insurrectos jugando a las cartas, y él dinero que por la mesa pasaba excedió en muchas ocasiones los 5,000 duros, y como ninguno de ellos tenía un céntimo cuando tomaron las armas, necesariamente todo aquel dinero procedían del robo y el saqueo¨.

--- ¨... Cuando regrese desde el campamento de Máximo Gómez a la Habana, me detuve en la prefectura de Pitajones, en las lomas de Trinidad, y mientras tomaba el fresco en la hamaca oí a mi criado y a dos insurrectos heridos, que acaloradamente hablaban de sus hazañas:

--- "… Relataban cómo habían sido heridos en la noche del ataque al pueblo de San Pedro, a las órdenes de Perico Díaz que mandaba la brigada de Trinidad, y entre otras cosas decían que, al comenzar el ataque, los oficiales comunicaron la orden de pasar a cuchillo a todos ¨los pacíficos masculinos¨, tan pronto como fuera tomado el pueblo".

Y sabe que, si nos dieran a escoger, daríamos crédito a lo que dijo este corresponsal. Para nadie es un secreto el papel que jugó la prensa de ese país a favor de los mambises, otra cosa fue lo que realmente se encontró este corresponsal en el monte, y la honradez que tuvo para no ocultarlo.

A más de un siglo de aquellos hechos, todavía en Cuba se vive ese antagonismo, rivalidad o enemistad, entre las dos regiones. Incluso el régimen castrista la aprovecha a su favor, toda vez que la gran mayoría de los represores - la mayoría de muy bajo bajo nivel cultural - proceden de aquella región oriental donde no tienen futuro ninguno. 

Maldita Hemeroteca

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