El diecinueve de diciembre de 1930, el físico alemán Albert Einstein, acompañado de su esposa Elsa, realizó una visita a Cuba procedente de Holanda a bordo del buque Belgenland con destino final a San Diego a través del Canal de Panamá.
Visitó instituciones como la Academia de Ciencias, donde saludó a los presentes y firmó libros de honor (no dio conferencias formales, según algunas fuentes). También se reunió con la comunidad judía en su centro y firmó en el libro de visitas del Colegio Hebreo.
Su estancia en la mayor de las Antillas duró aproximadamente treinta horas. En el Libro Oro de la Sociedad Geográfica de Cuba, donde se le rogó dejara escritas algunas líneas, el afamado físico apuntó la siguiente frase: "La primera sociedad verdaderamente universal fue la sociedad de los investigadores. Ojalá pueda la generación venidera establecer una sociedad económica y política que evite con seguridad las catástrofes".
El creador de la "Teoría de la Relatividad", y Premio Nobel de Física en 1921, que por cierto se conmemoró el once de abril el aniversario 117 de la presentación de su teoría, tuvo en la capital de todos los cubanos un gran recibimiento. Se personó en la afamada tienda por departamentos "El Encanto", donde el gerente, Gonzalo Lobo, le obsequió un sombrero tipo "jipi japa" para protegerse del sol. El periódico El Heraldo de Cuba lo anunció así:
«El sabio alemán que niega la prolongación al infinito de dos líneas paralelas entre sí, fue huésped ayer de nuestra capital». Al pie de una amplia gráfica, otro diario capitalino comentó: «Einstein dirige un saludo a sus anfitriones cubanos en el paraninfo de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, cuyos locales pertenecen actualmente al Museo Nacional de Historia de las Ciencias Carlos J. Finlay».
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| Durante la recepción |
Ya para entonces se había convertido en su obsesión la teoría unificada del campo, capaz de enlazar los fenómenos electromagnéticos con la atracción gravitatoria entre los cuerpos, pues la teoría general de la relatividad se aplicaba únicamente a la gravitación.
No imaginaba entonces el ascenso del nazismo en su país, lo que le obligó dos años después de esta visita a emigrar a los Estados Unidos. Allí se dedicó a la docencia en el "Institute for Advanced Study", hasta que se nacionalizó estadounidense en 1940. Durante sus últimos años trabajó por integrar en una misma teoría la fuerza gravitatoria y la electromagnética.
También participó en un banquete organizado en su honor, pero no pudo visitar la Universidad de La Habana ya que el presidente Gerardo Machado la había clausurado debido a las constantes manifestaciones de los estudiantes.
Aún así visitó lugares lujosos de la ciudad y luego, cumpliendo sus deseos expresos, recorrió zonas rurales y barrios donde convivían familias pobres y necesitadas. En la Habana le sorprende la inauguración del hotel Nacional, aunque prefirió pasar la noche en el buque Begenland, debido al cansancio que le había producido su agenda protocolaria.
No imaginaba entonces el ascenso del nazismo en su país, lo que le obligó dos años después de esta visita a emigrar a los Estados Unidos. Allí se dedicó a la docencia en el "Institute for Advanced Study", hasta que se nacionalizó estadounidense en 1940. Durante sus últimos años trabajó por integrar en una misma teoría la fuerza gravitatoria y la electromagnética.
Einstein murió de un aneurisma abdominal un 18 de abril de 1955, a la edad de 65 años. Sufrió una dolencia que le causó una hemorragia interna, que al cabo de un par de días puso fin a su vida. Él era consciente de este problema de salud y, de hecho, unos años antes ya había sido operado para reforzar la arteria aorta.
Aunque está considerado por algunos como el «padre de la bomba atómica», abogó por el federalismo mundial, el internacionalismo, el pacifismo, el sionismo y el socialismo democrático, aunque siempre manifestó dicen una fuerte devoción por la libertad individual y la libertad de expresión.
Maldita Hemeroteca

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