sábado, 19 de agosto de 2023

Norte de España, tierra de meigas y santas compañas

Vidente Gallega por medio del péndulo

La meiga en galego o maga en castellano, es una denominación que parece provenir del latín “magicus”, y es un término que se emplea, sobre todo en Galicia y Asturias, para referirse a un tipo de persona que posee poderes extraordinarios o mágicos y que puede llegar a pactar con ellos. Son traiciones que datan desde los tiempos de los celtas, fenicios, romanos y visigodos.

Las meigas suelen ser respetadas por ser curanderas y tener poderes de videncia. Según la tradición, una Meiga es una mujer con conocimientos de magia y artes ocultas, además de “menciñeira” o curandera e incluso veterinaria. Muchas personas se acercan a ellas para poder ser curadas gracias a sus reescritos, conjuros o ensalmos, sin embargo también suelen ser capaces de hacer hechizos como el mal de ojo, o curarlo ya sea el caso, ya que son especialmente dotadas para la adivinación y pueden, además, provocar otros males. 

Es bueno aclarar que al menos en Galicia, la Bruxa o Bruja suele ser una persona buena que no maldice a nadie y solo hace bien, mientras que la Meiga es todo lo contrario. Algo parecido sucedería en Cuba con una santera y un palero practicante de la magia negra, salvando las diferencias claro. Y como en todas las creencias están las personas charlatanas, esas que se aprovechan de otros que son presas de las supersticiones y los prejuicios. Se cree que colgando ramas de sauco, hinojo o laurel las mantiene a rayas y no te "enmieiguen", como se dice allí, evitando así cualquier tipo de embrujo. 

Santa Compaña

En el siglo XVI, ya con la inquisición establecida en España, muchas de estas mujeres fueron condenadas a morir en la hoguera acusadas de realizar brujería, o lo que es lo mismo: haber hecho un pacto con el diablo para hacerle el mal a otras personas. En realidad, esas mujeres eran chicas sin ningún tipo de poder sobrenatural que fueron objeto de envidia, recelo y desconfianza por parte de sus vecinos. Un triste final, ya que aunque no entendían ni papa de la magia negra, tuvieron que pagar con sus vidas.

La figura de la Meiga, que se acerca a una mujer de aldea con cierta edad, rivaliza en popularidad con otra de las tradiciones del norte de España, la Santa Compaña. Esta leyenda se basa en la aparición de un grupo de muertos, o almas en pena, ataviados con túnicas negras con capucha que vagan por los caminos a partir de las 12 de la noche. Cada fantasma porta una vela encendida y a su paso un aroma a cera o incienso impregna el ambiente. Su aparición era sinónimo de tragedia y aviso de alguna muerte en la comarca.

---La radiestesia se corresponde con la capacidad de las personas o animales de percibir radiaciones, normalmente con la ayuda de instrumentos amplificadores como el péndulo o las varillas.---

Según la tradición, la Santa Compaña no es sólo un desfile de ánimas. Esta procesión espectral aparece encabezada, según los testigos, por una persona viva, un mortal que en sus manos lleva a veces una cruz y otras un caldero con agua. Le siguen varios personajes encapuchados que entonan cánticos y rezos y portan una vela, así como una pequeña campanilla. A su paso, la Santa Compaña levanta una densa niebla, viento y, por supuesto, un fuerte olor a cera. 

Se cree que esta persona viva, que puede ser un hombre o una mujer, al día siguiente no recuerda nada de lo que hizo durante la noche, aunque su depauperación física se va haciendo cada vez más visible. También se cree que en la mayoría de los casos vaga todas las noches hasta el día de su muerte o, en caso contrario, logre pasarle la cruz a otro incauto que sea sorprendido, y que se encargará a portarla a partir de ese momento.

Cruceiro gallego 

Las personas que deciden hacer el camino de Santiago, con frecuencia se encuentran con los cruceiros, que son las famosas cruces que todo peregrino ve a lo largo del itinerario hasta llegar a la tumba del Apóstol. El cruceiro es un elemento muy importante, pues uno de los sentidos de este monumento es proteger a los peregrinos que, para su desgracia, se puedan cruzan con la macabra compañía.

Hay fechas concretas en las que se dice que tiene más incidencia las apariciones de la Santa Compaña, como por ejemplo, la noche de Todos los Santos, entre el 1 y el 2 de noviembre, o el 24 de junio o noche de San Juan. En otras provincias como Asturias, también hay esta tradición conocida como "La Güestia o bona xente", un grupo de personas encapuchadas - casi siempre conocidas del enfermo - que se acercan a su morada y, luego de darle tres vueltas a la casa, el moribundo fallece. 

Como ve, en cualquier latitud del mundo existe la magia independiente de su color. Lo que si está claro es que curanderos y sanadores nacieron siempre ante la necesidad de hacer frente a los escasos medios de salud que tenía los pueblos, sobre todo cuando las epidemias y plagas hacían su aparición. De hecho muchas de estas prácticas llegaron a Cuba desde las islas Canarias, aunque con el tiempo la misma Cuba se las ha devuelto convertidas en "santería", sobre todo en la Palma y en Tenerife.

Maldita Hemeroteca 

Fuentes: Internet / Becoña Iglesias Belisardo: "La Santa Compaña, el urco y los muertos" 1982

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