sábado, 2 de septiembre de 2023

La violencia como modo de vida en la historia Cubana

Caída de Batista y manifestación popular 

Desde el mismo descubrimiento de Cuba, en 1492, no ha cesado la violencia en la isla. Primero el exterminio de la población indígena, luego la trata de esclavos, el sentimiento separatista con sus dos guerras y media incluidas que dieron origen a una republica violenta y corrupta y, finalmente, un proceso nacionalista que derivó en una férrea dictadura que aún desgobierna al país.

La realidad es que - independiente el fin - los Cubanos han preferido la violencia como la vía más adecuada para hacer realidad sus propósitos. Desde el siglo XIX aprendieron a resolver sus discrepancias por medio del conflicto, incluso aunque fueran procesos pacíficos como la constitución autonómica, siempre encontraron la misma respuesta si no llevaba la independencia incluida.

La prueba fue que desde el mes de diciembre de 1897 y enero de 1898 que se publicara en “La Gaceta de La Habana” el autonomismo en la isla, los sectores opuestos se dieron a la tarea de organizar manifestaciones y realizar ataques violentos a varios periódicos que la apoyaban, como “La Discusión” y “El Diario de la Marina”, y por supuesto esas dos guerras que dejaron miles de víctimas y al país completamente destruido.

LA REPÚBLICA.

La violencia apareció en la república desde el mismo nacimiento. Con la llegada de la paz se repetía la misma fórmula, una y otra vez, pero con la diferencia de que el enemigo no era el ocupante español, entonces se enfrentaban los mismos cubanos en una lucha fratricida, incluso entre ex combatientes de aquel mismo ejercito que se había declarado libertador.

Incluso estuvieron a punto de fusilar al generalísimo Máximo Gómez, por cierto destituido de su cargo por segunda ocasión. Luego, desde el mismo momento en que se supo las intenciones de reelección de Tomás Estrada Palma, la tensión entre los moderados de su partido y los liberales de José Miguel Gómez, un brigadier de las tres guerras, no se hizo esperar.

Y aunque la constitución de 1901 se lo permitía, en el 1906 se hizo patente que aquellas discrepancias se iban a resolver como mejor sabían hacer, a la brava, y no mediante el dialogo político precisamente. Para entonces ex compañeros de armas como Manuel Sanguily, Cisneros Betancourt o Bartolomé Massó, se convertían en sus más críticos enemigos.

Autopsia del mambí rebelde Evaristo Estenoz

Amparados en la trayectoria mambisa de la mayoría de ellos la insurrección se convirtió en el mecanismo elegido, ya fuera para resolver las divergencias entre los partidos o para presionar a sus dirigentes. ¿Otra prueba?, el alzamiento de ese año conocido como "guerrita de agosto" y una nueva solicitud de intervención americana por parte del presidente Palma, que mantuvo a la república acéfala hasta el 1909. 

Luego, con José Miguel Gómez en el poder, ocurrió lo impensable, lo inimaginable o lo increíble, la terrible matanza de más de tres mil cubanos - la mayoría ex mambises negros y mulatos - que fueron sacrificados durante al alzamiento de los independientes de color en 1912. Este, como el alzamiento liberal de 1917, fueron ejemplos mas que fehacientes de que el conflicto armado seguía siendo la vía escogida, sobre todo para evitar reelecciones de sus enemigos políticos. 

En la década del 20 del siglo XX el gobierno del presidente y brigadier mambí, Gerardo Machado y Morales, se vio envuelto en una violencia en la cual el movimiento obrero jugó un papel protagónico. Partiendo de las muertes de varios de sus opositores, la actuación de Machado fue caldo de cultivo para el surgimiento de otro tipo de violencia que tuvo su momento más álgido con la aparición del terrorismo en 1930.

Por un lado grupos paramilitares integrados por los llamados “porristas”, se encargaban del trabajo sucio contra los opositores al amparo del gobierno, mientras que organizaciones "revolucionarias" procedentes de amplios sectores de la población, la extrema izquierda y el movimiento estudiantil se tradujo en el llamado a la huelga que dio origen a la llamada "tángana" del 30 de septiembre, una acción que se cobró la vida del estudiante de derecho Rafael Trejo González.

Como si fuera poco otro el general de la guerra de independencia, Francisco Peraza, se levantaba en armas en la provincia de Pinar de Río contra Machado, en tanto que otros jefes como el también general Mario García Menocal, el coronel Carlos Mendieta Montefur, el ex capitán Arturo del Pino y el alcalde de la Habana, Miguel Mariano Gómez, integrantes todos de la oposición política liberal, se alzaron con el mismo objetivo.

Acordaron alzamientos simultáneos en varios puntos del país, sin embargo en la zona de "Río Verde", provincia de Pinar del Río, Menocal y Mendieta se vieron neutralizados por el ejército Machadista, Miguel Mariano Gómez no pudo ni moverse siquiera en la capital donde murió el ayudante del general Francisco Peraza, Antonio López Rubio.

El propio general Peraza, que en ese momento contaba ya con 78 años de edad y que se había alzado al frente de 20 hombres en en la "Loma del Toro", cayó en combate junto con 9 de ellos, mientras que el capitán del Pino corría la misma suerte junto a otros de sus seguidores. 

La Habana en los días de la crisis de los misiles.

En la zona de Gibara el coronel mambí, el bayamés José "Lico" Balán Montero, al frente de 200 hombres, debían dar apoyo a una expedición armada y comandada por Carlos Hevia, el teniente Emilio Laurent y el periodista Sergio Carbó, pero igual fue desmantelada. Como se puede ver, la violencia no hizo otra cosa que generar más violencia, y con ella la muerte de valiosos hombres de nuestra historia. 

Tal fue el caso del ex comandante y periodista Armando André, que siendo un recluta mambí tuvo el desagradable encontronazo con Máximo Gómez cuando le propuso la colocación de bombas para ejecutar al general español Valeriano Weyler. André fue victima de un mortal atentado a tiros por dos matones enviados -supuestamente - por Machado, cuando desde su periódico "El Día" criticaba duramente al gobierno.

Fue una etapa muy sangrienta en que el terrorismo llegó a niveles nunca antes vistos. La muerte no distinguía entre opositores moderados ni peligrosos comunistas, como Alfredo López, Claudio Bruzón o José Cuxart. Luego, en la década del 40, estos mismo violentos que se habían hecho llamar anti-machadistas, siguieron integrando la misma fuerza de choque con sus mismos métodos sangrientos, aunque ahora al servicio del partido Auténtico.

Eran los mismos delincuentes que bajo el manto de "revolucionarios", ajustaban las cuentas al más fiel estilo gansteril, incluso contra viejos "camaradas de lucha". La rivalidad entre los movimientos Socialista Revolucionario, la Unión Insurreccional Revolucionaria, la Asociación Libertaria Cubana, la Legión de ex-combatientes antifascistas, la Alianza Nacional Revolucionaria y la Joven Cuba, entre otras feroces facciones, era el pan nuestro de la cada día.

---Evaristo Estenoz fue uno de los que respondió al llamado de José Martí y participó el 24 de febrero de 1895 en el alzamiento de Ibarra, provincia de Matanzas, junto a Juan Gualberto Gómez y Juan Tranquilino Latapier, sin embargo murió a manos de un ejército cuyo jefe de estado mayor era el hijo del apóstol---

Estos bandos eran capitaneados por experimentados luchadores de izquierda, como el abogado Rolando Masferrer, líder del MSR, muerto en Miami en 1975 por una bomba colocada en su auto, el doctor Eufemio Fernández, dirigente de ARG, que fuera fusilado por el régimen castrista en 1961 y Francisco Villanueva, miembro de la banda de Orlando León Lemus, un conocido químico industrial que llamaban "El Colorado", muerto también en 1954, dueños de una ideología muy heterogénea que iba desde comunistas, anarquistas hasta elementos puramente gansteriles en beneficio propio. 

Aún así, suponga que si Gerardo Machado eliminó entre 10  y 15 opositores durante su mandato, como llamaríamos a estos "revolucionarios" que con sus bombas y ejecuciones causaron cientos de muertes. Según el historiador Arnaldo Aguiar, solo durante el gobierno de Ramón Grau San Martín (1944-1948) la violencia generada por las luchas de estos grupos gansteriles arrojó un total de 64 muertos y 33 heridos. 

Es más, en los estatutos del Movimiento Socialista Revolucionario su dirigente, Roberto Pérez, lo dejaba muy claro afirmando lo siguiente: “Todos los grandes problemas del presente habrán de resolverse con las armas en la mano, y pecaría de idiota e irresponsable el revolucionario que pretendiera afrontarlos con meros adoctrinamientos y sermones morales”.

La década de los 50 fue más de lo mismo. 

Fueron 7 años de dictadura Batistiana donde se produjeron cientos de muertos, desde el primer momento de ocurrido el golpe. No es secreto para nadie que Fulgencio Batista cargó muchos pecados sobre sus espaldas, pero por otro lado la organización clandestina 26 de julio, articulada en el Partido Ortodoxo, en conjunto con otros gatillos alegres como Triple A, Acción Libertadora y el Movimiento Nacionalista Revolucionario, contribuyeron a incrementar la espiral de violencia como la cantidad de víctimas en general.

Muchos creen que Batista subestimó el poder destructor de estos grupos, sobre todo el de Fidel Castro, al no ser este parte del conjunto de sus políticos mas tradicionales y peligrosos. Sin embargo los asaltos a los cuartel Moncada y de Bayamo, así como el ataque al Palacio Presidencial con la intención de eliminarlo físicamente, fueron ejemplos de la violencia desmedida a la que podían llegar, lo mismo los del 26 de julio que del directorio revolucionario. 

Castro despide a militares hacia la guerra de Angola

Un hecho bien sangriento había ocurrido un año antes, en abril de 1956 con el asalto al cuartel Goicuria de Matanzas, una acción que fue coordinada por el 26 de julio y dicen que hasta por el ex presidente depuesto Carlos Prío Socarrás, entonces un aliado político de Fidel Castro.

Esta sangrienta chapucería fue dirigida por el líder matancero Reynold García, y provocó la muerte de 15 de sus seguidores así como la suspensión - por parte del régimen de Batista- de las garantías constitucionales, dando inicio con ello a una impresionante ola represiva del ejercito, la policía y sus paramilitares. Depuesto Batista en 1959, la violencia no cesó ni nada por el estilo. Al contrario. 

Cuando se pensó que la revolución llegaría para poner las cosas en orden, la paz y restaurar la democracia, comenzaron las venganzas. Desde fusilamientos masivos, represión de todo tipo, encarcelamientos, crisis de los misiles y el mundo al borde de una tercera guerra mundial, protagonizaron esos años "revolucionarios". La aniquilación de invasiones, la batida de alzados con la reubicación forzosa del campesinado en fin, el terror mismo en varias de sus facetas. 

Luego llegaron las guerras en África, con el saldo de miles de muertos, así como el apoyo a cuanto movimiento violento se originaba en el continente. Hace unos años el proyecto "Verdad y Memoria" de la organización Archivo Cuba, tenía documentadas desde 1959 un total de 4,374 muertes, que incluían un total de 3.116 por fusilamiento y 1.166 extra judiciales, cifras que han sido reiteradamente negadas por el régimen.

Detenido durante las protestas del 11 de julio de 2021

Violencia física y verbal en los 80: Como olvidar: "Gusanos, si sacan la cabeza se la cortamos". 

En "gusanos" se incluía a todo tipo de disidencia marginada, como vagos, prostitutas, desafectos, homosexuales, una sub clase llamada por Karl Marx de "lumpen proletariat" o escoria de la sociedad, dicho en buen español. A raíz de los sucesos de la embajada del Perú, en Cuba se desató una violencia que no respetó ni hogares ni perseguidos.

Toda esta crueldad, digamos sistemática durante más de seis décadas, han dado como resultado una falta de identidad política de ese pueblo, así como el desconocimiento de lo que significa un orden dentro de una sociedad democrática donde una parte ha llegado al extremo de señalar al régimen como la víctima y al represaliado como culpable.

Tanto es así, que más allá de lo ocurrido el 11 de julio de 2021 donde el grito desesperado de una gran parte de ese mismo pueblo clamaba por un cambio en el país, la violencia se tradujo en más de mil personas encarceladas - menores de edad inclusive - las que fueron criminalizadas y condenadas. Es más, la persona que se suponía debía encontrar la vía del entendimiento pacífico, fue el primero que llamó a combatirlas de forma violenta. Incluso después de 20 años inactivos, los tambores del paredón han vuelto a sonar de nuevo.


Maldita Hemeroteca


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