jueves, 7 de diciembre de 2023

Échale salsita a Asturias


"Asturias patria querida" viene a ser como el himno, por así decirlo, de los Asturianos y de España en general. De hecho creo que está considerado como tal. Cuando los tragos comienzan hacer efecto, lo mismo la canta un Andaluz, un Castellano, un Cántabro que un Vasco, mientras no sea un independentista por supuesto. Y aún así.

Todos echan mano de ella cuando se emocionan o se acongojan, según sea el caso, y ahí, bajo los efectos del vino, la sidra o de un misterioso cubata de ron garrafón, es cuando toca entonces entonarlo: "Asturias patria querida, Asturias de mis amores". Para ponerlo en perspectiva, viene a ser como el "Lágrimas Negras" para los borrachos en Cuba, porque no hay una fiesta ni reunión familiar dentro de la isla, o en el extranjero, que no termine con el pegajoso...

"Tu me quieres dejar
yo no quiero sufrir,
contigo me voy mi negra
aunque me cueste morir"


Casi siempre acompañado de unas cuantas lagrimitas, sobre todo cuando se está lejos de la patria. Pero fíjese lo que son las cosas, resulta que tan emblemáticos versos no los compuso ningún español, como debía ser lo más lógico, si no un Cubano, el famoso músico habanero Ignacio Piñeiro, líder del Septeto Nacional y autor de famosos temas como "Ésas no son Cubanas", "Echale salsita" o "El guanajo relleno".

Resulta que el padre de Ignacio Piñeiro, Marcelino Rodriguez, fue uno de los miles de emigrantes asturianos que se fueron a Cuba buscando un futuro mejor, y en este caso desde una pequeña localidad que se llama Grado en la cual viví algunos años. Se trata de una hermosa y limpia villa de algo más de 9 mil habitantes. En fin la misma prensa Española es la que afirma que fue Piñeiro quien la compuso en el 1926, y lo supe por un artículo del folklorista Fernando de la Puente, publicado en el año 2006.

LA LETRA

Asturias, Patria querida,
Asturias de mis amores;
¡quién estuviera en Asturias
en todas las ocasiones!
Tengo de subir al árbol,
tengo de coger la flor,
y dársela a mi morena
que la ponga en el balcón,
Que la ponga en el balcón,
que la deje de poner,
tengo de subir al árbol
y la flor he de coger.


Piñeiro, que viajó medio mundo con su música, visitó España en 1929 y por supuesto la villa Moscona, como se conoce a Grado, pero con la sorpresa de que su padre ya había fallecido. Allí en Oviedo, su capital, así como en otras ciudades como Cangas de Narcea y hasta en el mismo Grado, hizo varias de sus presentaciones según dicen. Es bueno aclarar que el tema ha sufrido variaciones, pero la original la trajeron de Cuba los emigrantes en su posterior retorno como Indianos.

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