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Pueblito de Campo, parroquia de Caso en Asturias. // |
La guerras de Cuba, sobre todo la ultima entre 1895 y 1898, provocó dentro de la comunidad Asturiana, tanto en Cuba como en la propia península, una gran repercusión, debido a los fuertes vínculos existentes entre estas dos regiones. De hecho la asociación asturiana más antigua del mundo fue la Sociedad de Beneficencia de La Habana creada en 1877, así como el centro asturiano de 1886.
No obstante sería bueno acotar que la emigración de Asturianos a la Isla se inició muy tempranamente, y se intensificó de manera evidente desde la Guerra de los Diez Años en 1868. Pero para que usted vea lo que significaba Cuba para los Asturianos, el periódico "El Eco de Covadonga" en su edición habanera del 10 de abril de 1894, reconociendo el valor que ya tenía la isla y lo que significaba para ellos y sin avergonzarse siquiera en admitirlo, publicó lo siguiente:
El teniente coronel Baizán Lobo pertenecía al regimiento de tiradores de Calixto García, radicado en Santiago de las Vegas, y dicen que al verlo formados el general Antonio Maceo exclamó lleno de orgullo: «Con estas fuerzas se puede ir al cielo». Y sí, al cielo se fue. De hecho ese regimiento, junto al de Goicuria y las propias fuerzas del Titán, fueron las que le acompañaron el día en que cayera abatido en Punta Brava.
No sabríamos decir en que condiciones podría estar ahora, ni que diablos hacen allí los miembros de la asociación asturiana de la Habana por evitarlo. Baizán Lobo falleció el 13 de junio de 1941 de un infarto en su finca de Guira de Melena, dejando a sus dos hijos, Raúl y Consuelo, quienes están igualmente enterrados con sus respectivas familias en ese nicho familiar.
Y hablando de cementerios. Sepa además que Lobo aparece en la placa del monumento a los Mártires del Corojal en el cementerio de Güira de Melena, erigida en 1934 por el arquitecto Francisco Pi Vidal. Este grupo se alzó contra el presidente Gerardo Machado y estuvo dirigido por Celestino Baizán, a la sazón amigo de Carlos Mendieta y del ex presidente Mario García Menocal.
“Cuba es algo especialmente nuestro, porque Cuba ha correspondido a nuestros desvelos, fomentando con sus riquezas materiales la prosperidad de nuestro suelo, rejuveneciendo nuestras ciudades y villas, nuestras casas solariegas, nuestros campos y nuestros templos.
Si Cuba se pierde, si Cuba deja de ser española, Cuba será desgraciada (…) y España recibirá un golpe mortal, como potencia colonizadora y americana, pero para Asturias será una verdadera causa de ruina material".
No era de extrañar entonces que los asturianos constituyeron la principal fuerza de la que se nutrieron los batallones de voluntarios dentro del llamado "integrismo peninsular". De hecho fueron ellos los responsables de que las autoridades coloniales fusilaran injustamente a los estudiantes de medicina en 1871, acusados de haber profanado la tumba en el cementerio de Espada del periodista de Mieres, Gonzalo de Castañón y Escaro, director de "La Voz de Cuba".
Este abogado y super apasionado periodista, había sido asesinado a tiros el 29 de enero en las proximidades de hotel Russell House de Cayo Hueso, por el emigrante y panadero cubano Mateo Orozco. Tal era su devoción a España, que viajó hasta allí para retar a duelo a su colega cubano Jose María "Nito" Reyes director del rotativo "El Republicano". Tenía genio este Mierense, pues ya había retado con anterioridad al catalán Gil Ferro, director de "La Prensa" en la Habana, que tan cobarde se negó a batirse.
Luego su cadáver fue transportado a Cuba en el vapor "Lavaca". Años después, cuando la familia Castañón tomó la decisión de llevarse los restos del periodista para Asturias, descubrieron la gran injusticia que se había cometido con aquellos jóvenes estudiantes y el resto de los implicados.
Seria Fernando, primogénito de Castañón y que estuvo en la Habana en el momento de la exhumación, fue testigo ante la gran sorpresa de todos como la tumba de su padre estaba intacta, ni siquiera se había quebrado el cristal que cubría la lápida del nicho. Este fue, sin dudas, uno de los más abominables asesinatos cometido por las autoridades españolas.
Lo triste es que mientras Castañón había ido hasta Cayo Hueso a pedirle explicaciones a este periodista Cubano, con su razón o no, y que encima le costó su vida, en cambio la mayoría de los Asturianos hoy no saben ni quien fue este hombre, ni lo que significó para su comunidad en Cuba. Las causas por las cuales habían españoles en el ejercito libertador cubano fueron varias.
Desde frustración, resentimientos, oportunismos, desarraigos, pero en casi todos premiaba un sentimiento republicano mas que nada. Y aunque no fue común verlos en ese ejercito rebelde, sí se conoce de algunos asturianos que dieron el paso y que incluso, ofrecieron su vida por la libertad de nuestra patria. Ahí están los casos de los dos teniente coroneles Celestino Baizán Lobo, natural de la localidad de Aller, y de Valentín Menéndez, de la portuaria Gijón.
GOBERNADOR DE LA HABANA
Por cierto como integrante del partido conservador en la república, el veterano Celestino Baizán Lobo llegó a ser gobernador de La Habana. Luego repitió en el cargo en 1917, lo fue incluso de facto en 1933 y, por elección en las urnas, desde 1936 hasta el 1940, el año en que salió electo como presidente Fulgencio Batista. En lo particular, desconocía la existencia de Lobo, su carrera política en cuba, y sobre todo su historial como oficial del ejercito mambí.
En fin...
Un detalle curioso y relativamente desconocido...
¿Sabía usted que entre los 19 hombres que regresaron al campo de batalla y recuperaron los cuerpos abandonados de Maceo y Panchito Gómez Toro, y que luego fueron sepultados en secreto en la finca Lombillo donde hay una tarja que los recuerda, sin embargo en esa placa hay solo 18 nombres reflejados, porque uno de ellos - que era español y solo se le conocía por su apodo de "El Loco", no debió ser ignorado nunca, pues loco y todo se la jugó igualito que los demás.
Al menos el de Celestino Baizán Lobo si está perfectamente identificado. Y si algún día la lee, sepa que se trata de un asturiano y que hubo otro español como el "Loco" que no está. Como si no fuera poco, hace ya bastante tiempo que el periódico asturiano, "La Nueva España", se hizo eco del vandalismo a que habían sometido la tumba de Celestino en el cementerio de Colón, concretamente en el panteón costeado por los naturales de Cangas de Onís.
Desde una finca en Pestana, este grupo partió al combate que dicho sea de paso, era lo mejor que sabían hacer los cubanos cuando discrepaban políticamente con alguien, en este caso se alzaron a favor de Menocal y Mendieta rebelados en Río Verde, Pinar del Río. Entre los veinte asesinados por la guardia rural en la zona del Corojal, ocho eran seguidores suyo.
El teniente Enrique Díez Díaz, quien estuvo al mando de la fuerza represiva del Corojal, localidad limite entre Pinar y la Habana, fue ajusticiado un año después por un "paquete bomba". En relación a la tumba de "El Loco", vaya usted a saber por donde anda. Nunca se sabe para quien se trabaja.
En cuanto al teniente coronel Gijonés Valentín Menéndez, se conoce que en el año 1896, durante la ultima guerra, había sido designado como jefe de un regimiento en la provincia de Matanzas subordinado a la primera división del quinto cuerpo de ejército mambí. Menéndez murió combatiendo en Aguada de Pasajeros, Las Villas.
Maldita Hemeroteca.
Fuente: La Nueva España.es
(Segunda parte aquí.)