viernes, 13 de septiembre de 2024

Carta de María Mantilla a su hijo Cesar Romero


Cuando José Martí llegó a New York el tres de enero de 1880, entre los lugares que vivió estuvo la casa del matrimonio de Manuel Mantilla y Carmen Miyares, en el 49 E. 29 Street en Manhattan, y allí se produjo una relación extramatrimonial por ambas partes.

Diez años después de su fallecimiento, el 17 de abril de 1925, inhumada en el cementerio Woodlawn en el Bronx, su hija futo de esa relación, María Mantilla - la que los tonticos históricos se siguen creyendo la milonga de que solo era una ahijada de Martí, - ofreció la evidencia más contundente que ha existido respecto a la paternidad del apóstol de la independencia Cubana.

Fue una carta de nueve páginas que le envió a su hijo, el actor César Romero, el 9 de febrero de 1935. En esa misiva, además de que le cuenta pasajes de la vida de Martí, en un fragmento le afirma categóricamente: “Yo quiero que sepas, querido, que él era mi padre, y yo quiero que tú te sientas orgullo de eso. Algún día, hablaremos mucho sobre esto, pero claro, esto es solamente para tu conocimiento y no para publicidad. Esto es mi secreto, y tu Papá lo sabe. 

María Mantilla falleció en Hollywood en 1962, y sus cenizas están depositadas en el panteón de la familia Romero en el cementerio de Inglewood, en California. 

El 23 de enero de 2004, las nietas de María Mantilla, Victoria y Martí Romero, hijas de Eduardo Romero, viajaron a La Habana y donaron la carta original a la Fragua Martiana. La prensa oficialista reportó la visita y el obsequio del documento, pero no identificaron a las hermanas Romero como las biznietas de José Martí, ni hicieron mención mucho menos al contenido de esa misiva. En su nacionalismo irracional y patriotero, a los héroes no se les puede tocar "ni con el pétalo de una flor".






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