sábado, 7 de septiembre de 2024

Esa negra Fuló


En el año 1928 el poeta brasileño Jorge de Lima compuso y publicó el poema "Esa Negra Fuló", interpretado como nadie por el declamador santiaguero, ya fallecido en 2014, Luis Mariano Carbonell y Pullés, conocido en la isla como el "acuarelista de la poesía antillana". 

El poema trata sobre el abuso de poder y la sensualidad que impregnaba las relaciones entre los esclavos negros y sus amos blancos. Sin embargo, siempre nos quedó esa enorme curiosidad por saber que significaba ser una negra Fuló. ¿Acaso era el nombre de la esclava?. 

Hace un tiempo encontré que la Real Academia de la lengua Española afirmaba, que desde 1574 fueron llamados así los esclavos que tenían un color de piel un tanto amarillento, que por lo general eran designados para realizar otras funciones por un tiempo determinado. 

En cambio otras fuentes aseguran que era así como le decían en Brasil a los esclavos que tenían mal carácter, y como el autor es brasilero, pues le di crédito a esta ultima hipótesis. Incluso en cuba - en el argot popular - se le dice así también a una persona problemática. De contra que trabajaban como mulos, encima también querían que le sonrieran.

De hecho la frase "Trabajar como un negro", o una negra en este caso, ya lo dice todo. Claro, hoy no suele ser bien vista por eso de los "micro-racismos" de la lengua que por cierto, la RAE se niega a eliminarlo. Es el uso, dicen, es lo que hay que eliminar pero no la frase. Que una vez que entra en la RAE ya no hay marcha atrás te pongas como te pongas.

Pero vamos a ver, ¿en que trabajaban los negros en Cuba?, incluso los libertos, en lo más malo que había señores. Cortar caña, recoger tabaco, alimentar los trapiches, cargar sacos en el muelle, las líneas del ferrocarril o jornaleros en general. No hay porque cogerle miedo a una frase como esa, aunque suene fea. En Cuba al negro siempre le ha tocado lo peor, así ha sido históricamente. ¿Cuándo vio usted a un negro empleado en una bodega o de tendero?. Muy raras ocasiones.

Lo jurídico igual. En el tiempo de la colonia habían normas establecidas para la población como en todo el mundo, en cambio para los negros fueron específicas y muy distintas, por lo menos hasta el 1879. Mientras que para el resto no existía nada raro, para los negros sí y muy estrictas además.

Además de las que ya estaban implementadas por sus dueños, dentro de esa doble función de amo y juez, existían reglamentos que eran extensivos en muchos casos a los libertos. Estas regulaciones aparecieron publicadas por el Ayuntamiento de La Habana en junio de 1826, así como en el de Esclavos de 1842 que fue emitido durante el gobierno de Gerónimo Valdés y Sierra, designado capitán general de la isla un año antes.

En el articulado de esos reglamentos por ejemplo, se prohibía la salida de los esclavos por la noche a menos de que existiera una necesidad extrema de sus amos –probada, además, con un documento– que justificaba su tránsito en ese horario; y para eso debían llevar un farol o antorcha para verle bien las caras. Cualquier violación de lo dispuesto le concedía plena libertad a las autoridades para actuar. 

Por otro lado, los esclavos contratados por los propietarios en otras labores, tenían prohibido pernoctar fuera del sitio donde trabajaban. La población negra libre, aun cuando acreditara su condición con documentos, también tenía limitada la salida de sus hogares en horario nocturno, quedando sujeta a multas y demás penalidades establecidas para los esclavos. Ó sea, que para castigarlo seguían siendo esclavos.

Luego, cuando se aplicó el mismo código penal vigente en España, la población negra comenzó a tener un tratamiento similar al resto de la población, al menos en materia de delitos y penas. E incluso, cuando finalizó la esclavitud, los negros que estuvieran contratados estaban en la obligación de acudir cada tres meses, y durante cuatro años, a la autoridad municipal para demostrar que estaban siendo empleados, para que no fueran considerados vagos y destinados a las obras públicas.

Periódicos como La Lucha, La Discusión, El Comercio, La Tribuna, representativos de diversas tendencias políticas, reforzaron una visión que atribuía al negro las causas de la delincuencia y la criminalidad en Cuba, por un lado a los vicios como el juego y el alcoholismo y por otro a la proliferación del “ñañiguismo”.

Según reflejan los pliegos histórico penales pertenecientes al Fondo Cárceles y Presidios, en el periodo comprendido entre 1890-1898 fueron condenados en La Habana un total de 229 personas de raza negra y 382 blanca, una diferencia cuantitativa que guarda correspondencia con la composición poblacional predominantemente blanca.

En el Censo de 1899, elaborado por el gobierno de ocupación Norteamericano, el resultado arrojó que la población blanca triplicaba la de los negros. De un total de 431 620 almas, los blancos eran 322.591, representando un 74,4 %; mientras que los negros y mulatos sumaban 108.328, el equivalente al 24 %. En cambio, proporcionalmente la cosa cambiaba. De cada 5.000 habitantes de raza blanca la cifra de delincuentes era 6, mientras que entre los negros ascendía a 10,5. 

Esa situación, exacerbada por las estructuras de poder en su campaña de descrédito, contribuyó a fomentar el miedo y hacer muy repetida una frase de: ¡Negro, malooooooo!. En fin, que al negro siempre le "tocó bailar con la más fea". ¿Quién cree usted que hacía los peores trabajos en el ejercito libertador?. Mientras España usaba mulas para cargar el avituallamiento de su ejercito, en el cubano eran los negros los que se encargaban de ese engorroso trabajo. Esta bueno de engaño ya.

 1902 LA REPUBLICA 

La República que emergió el 20 de mayo de 1902 estuvo marcada por lo mismo. El "cuento chino" que nos han enseñado en las escuelas de que el negro fue libre en la medida que se fue incorporando al ejercito mambí, solo fue eso precisamente, un cuento chino. Lo mismo pasó en la Republica, ya fuera para el conservador Tomás Estrada Palma como para su rival de turno, el liberal José Miguel Gómez. 

El hecho de acoger en sus filas a grandes mayorías negras, no implicó para nada un compromiso social de cara a sus derechos. Todo lo malo que había en Cuba estaba destinado para ellos, y el medio para ganarse la vida peor. ¿Entonces porque ponernos las manos en la cabeza al escuchar la frase, si fue el mismo cubano quien la siguió repitiendo de España con su actitud racista?. 

Los archivos de hojas penales de entre 1899 y 1910 arrojan que en Cuba fueron condenadas por cometer delitos, y a más de seis meses de presidio, a un total de 1.062 personas, de ellas 665 eran blancos y 397 negros y mulatos, correspondiéndose nuevamente con índices poblaciones que había entonces.

El Censo de 1907 dio como resultado que la población de La Habana era de 538. 010 habitantes, de ellos 284.751 eran hombres y 253.259 mujeres, pero del total de población masculina 226.625 eran blancos, lo cual representaba el 79,6 %, mientras 58.126 eran negros y mestizos, para un 20,4 % (Censo de la República de Cuba, 1907). Y aunque todavía el blanco era mayoritario, en este caso las proporciones ya eran de un 7,4 condenados blancos por cada 5.000, y el 12,5 entre negros y mulatos.

Si bien la población blanca pobre encontraba dificultades para poder subsistir y emplearse, imagínese entonces como sería para la negra. Como si fuera poco, los censos de 1899 y 1907 demostraron que el número de personas negras y mulatas analfabeta era altísimo, lo cual sirvió de pretexto para dejarle a ellos los trabajos mas duros y menos renumerados que nadie quería hacer. ¿Negro funcionario?, contados con los dedos de la mano. 

Como se puede apreciar, el siglo XX Cuba no constituyó una excepción dentro de la ideología racial de los dirigentes, interesados en perpetuar ese trato y mantener una visión discriminatoria hacia la población negra, y de paso obligarles a emplearse en actividades productivas que eran rechazadas por la población blanca. Siempre fue así, nunca cambió, incluso ni con la llegada de la revolución castrista en 1959.

Cuando se suponía que iban a cambiar las cosas, tenemos que en este mismo año 2024, ocho de cada diez reclusos pertenecen a la raza negra o mestiza. Excepto en la época esclava por supuesto, nunca el negro ha tenido un futuro tan negro en Cuba como ahora. En el año 2002 Fidel Castro dio uno de sus discursos en el teatro Karl Marx, y allí no le quedó más remedio que confesar que el 80% de los reclusos eran negros y mestizos.

Y así, con sus dos c.... colgando, dijo que había que realizar un estudio sociológico para buscar respuesta al fenómeno. Para entonces, ¡¡ ya habían pasado 40 años de establecido su régimen!!. Sabemos que la población Cubana constituye un problema muy gordo, pero en vez de solucionarlo no hacen más que agravarlo. El solo el hecho de admitir un tipo de raza como la mestiza a modo de diferenciarlos, demuestra lo siniestro de ese régimen en tratar de disminuir la negritud cubana. Y no se conque objetivo, pero lo hacen. 

¿La prueba?. 

En el censo del año 2012, las cifras dieron un 64.1% de población blanca, el 26.6% mestiza y el 9.3% negra. Eso sin contar los que se confesaron blancos "mientras escondían a la abuela en la cocina". Si en los tiempos de la colonia y la republica los blancos eran un símbolo del desprecio, la arrogancia y la repulsa hacia los negros, hoy no escapan ni de los mulatos. 

El declamador cubano Luis Carbonell.

De hecho, en un sistema racista como el de Suráfrica, a los más claros de piel le llaman "coloured", y lo hacen igual como forma de diferenciarlos con respecto a los negros. En muchos países de Europa una mulata, aunque no tenga las facciones de una blanca, goza de ciertos privilegios que no tiene una negra. Y no solo por que sea más clara, si no por el supuesto lugar de su procedencia. 

Eso sí, cuando en vez del trago, las fiestas y el juego, aflora eso que se llama espíritu de superación, las cosas suelen cambiar un poco sin importar mucho el color. Y si no, léase la historia de Juan Latino, un esclavo que llegó a ser catedrático en universidad de Granada en el siglo XVI. ¿Sabe como fue la cosa?, que acompañando a su amo, el duque de Sessa, fue escuchando las clases desde los pasillos.

Resumiendo: Juan Latino fue el primer hombre de color que publicó en latín obras poéticas en la época moderna, y fue el único escritor negro -conocido hasta hoy- en la España renacentista. Tanto se superó, que llegó a ser alabado por Miguel de Cervantes, véase el prólogo del Quijote, y por Lope de Vega. Se casó con Ana de Carvajal, una dama distinguida, hija de un administrador del ducado de los Sessa, con la que tuvo cuatro hijos. Sus restos descansan en Granada, en la cripta de la Iglesia mudéjar de Santa Ana y San Gil, junto al río Darro.


Por Jorge García
Maldita Hemeroteca

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