martes, 10 de septiembre de 2024

La trágica historia de Nena Capitolio


En la década del 30 hubo una mujer en la Habana que alcanzó mucha notoriedad, se llamó María Elena Grant Lamingueiro, estaba tan buena hembra, pero tan buena, que la canalla le puso "Nena Capitolio".

Nena nació en el barrio de Cayo Hueso, en plena Habana, y aunque amasó gran fortuna siempre mantuvo su cuartel general en la casa de huéspedes de la calle San Rafael No 358, entre Oquendo y Marqués González. Además de bella, Nena padecía de una enfermedad conocida en Cuba, la "Titi Manía", digamos predilección por los jovencitos, en caso de que no conozca el término.

Y aunque no le hacía asco a nada que tuviera bastantes pesos y posición, su predilección por los "pollitos" era enfermiza. Un día conoció un bar tender del Hotel Bristol de tan solo 18 años, y se volvió como loca. Se llamaba Santiago, y se enamoró tanto del chico que con 40 años que tenía no sentía vergüenza de exhibirse con semejante mozalbete por toda la Habana.

Pero pasó que el chaval se la dio de glotón, y salió en busca de "carne fresca" sin calcular muy bien las consecuencias. El 23 de septiembre de 1938 Nena lo sorprendió en la propia cama de la casa de huéspedes con otra mujer, y ni corta ni perezosa le vació el cargador de su pistola. Para tratar de enmascarar el hecho, alegó defensa propia y hasta una herida se auto infligió. 

No obstante los investigadores, entre los que se encontraban el destacado antropólogo Israel Castellanos González, a la sazón director del Gabinete Nacional de Identificación, y su colega medico legal, Manuel Barroso, no se dejaron engañar y la condena de 12 años por homicidio no se la pudo quitar nadie de encima. Fue uno de los juicios más sensacionales por aquellos años, y es que aquel monumento lo conocía toda la Habana y sus barrios adyacentes. Hasta el presidente de la república Federico Laredo Brú, intentó en vano mediar. ¿La conocía?. 

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