A Fernando XIII le presentaban como el salvador de España, sin embargo tres décadas más tarde, en 1931, tuvo que partir al exilio destronado por los republicanos, o la izquierda anti monárquica, que le acusaba de corrupto. ¿Qué casualidad?
El 14 de abril de 1931, mientras se proclamaba la Segunda República y Alfonso XIII partía de forma apresurada hacia el exilio en Marsella, Francia, un gentío desbordado en las calles expresaba sus convicciones antimonárquicas. Hordas enardecidas destruyeron placas, retratos y estatuas de lo reyes, y hasta se parodiaron entierros de la monarquía.
¿Dónde vimos los cubanos algo parecido?.... ah ya.
Con su marcha comenzó el pitorreo, la gente coreaba coplas en su contra, en fin, la misma película de Cuba, lo único que en las coplas Castristas el pueblo pedía paredón. Total que de Manuel Azaña y de su izquierda republicana nacieron después en democracia los partidos de Esquerra Republicana de Cataluña, un tanto raros, la Izquierda Unida o comunistas y los de Podemos en la extrema izquierda.
No tengo que decirle que los bienes del monarca fueron confiscados, aunque en realidad buscaban documentos que demostraran esas acusaciones de corrupto que hoy llamarían aquí "bulos y fango". Por más que buscaron no encontraron nada, ni siquiera la colección de películas de contenido pornográfico a las que el monarca era un aficionado. Solo sus bienes incautados sirvieron como "testigos" de esa supuesta corrupción.
Llegado a este punto, el otro día publicamos un post sobre una cubana que, a principios del siglo XX, "calentó Granada" sexualmente hablando, en el insalubre barrio de "La Manigua"; de manera que ahora vamos con esta otra historia que reafirmó al antiguo reino Nazarí en una especie de "catedral del vicio".
Se proyectó en el teatro Alhambra de esa ciudad el 21 de enero de 1917, una época en España donde los señoritos se calentaban muy fácilmente con apenas media pantorrilla. Y aunque la entrada fue por invitación y al precio de dos pesetas por asiento, el teatro se declaró "sold out".
Por supuesto, nadie sabía quien era el mecenas de aquella "vergonzosa humillación a la cultura Granadina", como lo denunciaba en su día el periódico "La Verdad". Se organizó tal revuelo, que el teatro terminó siendo demolido en 1920, para alegría de muchos y desconsuelo de otros.
¿Pero en verdad el monarca era un adicto al cine porno?
Parece que sí, aunque filmaba lo que quería, era como su hobby en el que empleaba como actrices a prostitutas del "China Town" de Barcelona. Según las fuentes, solo existen constancia de tres títulos del supuesto catálogo, "El Confesor", "El Ministro" y "Consultorio de señoras", y para eso aparecieron en la década de los 90 escondidas en un convento según dijeron. ¿Las demás?, nadie sabe que rumbo cogieron si es que alguna vez existieron.
Oiga, si usted repasa la historia de esta familia de los borbones verá que desde Felipe V, Carlos IV, - en este caso por ser un cornudo real - la "ninfómana" Isabel II y "los borbones en pelota" de los hermanos Bécquer, casada con un primo "pajarito", los exhibicionismo de la duquesa Luisa, las confesiones sexuales de la noche de bodas de Carlos III a su propia madre, o las supuestas infidelidades de Juan Carlos I, en cuestiones del "cuchi cuchi" no tuvieron rivales entre los veinte reyes y las cuatro dinastías que ha tenido España en toda su historia.
Por Jorge García
Maldita Hemeroteca
Fuente: Prensa Española
Newtral, Independiente de Granada
La Razón.