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| El Coche de la marca "Olsdmobile" propiedad de Fermín Cowley y el lugar y momento donde fue ejecutado. // |
Conocer la verdad moldea y construye hechos y nos da, además, la posibilidad de visibilizar aquello que durante mucho tiempo ha sido silenciado o al menos manipulado intencionalmente.
Y aunque vivimos en una sociedad completamente polarizada donde los ciudadanos suelen moverse hacia posiciones opuestas y bastante radicales, donde el nivel de entendimiento suele ser muy escaso, es la democracia la que suele salir bastante deteriorada. No quiere decir que los delitos no sean condenables, sean cometidos bajo cualquier bandera o ideología.
No existe diferencia - más allá de las épocas - entre tipos como Alejandro Magno y Adolf Hitler, Gengis Kan y Calígula, Atila y Stalin o Pol Pot y Leopoldo de Bélgica, y la única que pudiera existir, a nuestro modo de ver, sería la de quien les juzgue pues para unos ellos fueron héroes, mientras que para otros unos infames asesinos. Lo mismo ha pasado con varios personajes de la historia de Cuba, sobre todo en una etapa donde la memoria histórica apunta para un solo lado.
Recordemos algo.
En 1953 Fidel Castro se salvó de una sanción mayor, e inclusive puede que hasta su vida porque aunque no existía la pena de muerte sí se barajó "darle de baja" en el presidio de Isla de Pinos, al ser procesado en la causa No 37 de 1953 por el asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba.
En esos momentos la constitución de 1940 reconocía, en uno de sus preceptos, el derecho de todo cubano a rebelarse contra lo que creía mal hecho, incluso violentamente como él hizo y que le causó la muerte a 18 soldados del ejercito constitucional y medio centenar de heridos, entre ellos sus mismos seguidores.
Sin embargo, eso fue lo primero que él hizo cuando asumió el poder en 1959, acabar con todo lo que amparaba al ciudadano en aquella endeble democracia pisoteada por Fulgencio Batista, y que aún así le amparó judicialmente en aquellos días. Tal fue así, que de 15 años solo cumplió una pena de tres y de visita de cuello y corbata. Ahí están las imágenes que lo demuestran.
Total que partiendo de aquí, imagine por un momento un escenario donde un grupo de cubanos armados y financiados en Miami, por citar una plaza cualquiera, intentara infiltrarse en la isla con el objetivo de alcanzar las montañas y rebelarse contra este régimen dictatorial de los hermanos Castro.
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| Coronel de la Inteligencia, Irenaldo García Báez, hijo de Pilar García. |
Le advierto que en la de ahora ya no existe ese precepto. Así que imagine un segundo escenario, este en el interior del país, donde otro grupo de cubanos asalte un cuartel de la policía o una unidad militar, y asesine a 18 agentes o militares. Más temerario aún, un tercero donde se intentara acceder al edificio de las fuerzas armadas en Boyeros, para ajusticiar al general Raul Castro en sus oficinas.
¿Cuál cree usted que hubiera sido la reacción de este régimen actual?, si es que por pedir libertad en las calles totalmente desarmados, hay más de mil presos condenados a durísimas penas de cárcel. Por tanto, en el contexto del coronel Fermín Cowley Gallegos en la provincia de Holguín, y la aniquilación de un grupo de 16 rebeldes armados que desembarcaron en aquella provincia, se recoge por el relato como "las pascuas sangrientas".
Un fragmento de aquel parte decía:"Que siendo las 0600 hrs del día 24 actual, fue comunicado a la Jefatura por el Capt. Miguel A Pino Águila, Jefe del Escuadrón 84 de Mayarí, que tuvo conocimiento que por un lugar de la costa conocida por Saetia en la madrugada de dicho día se había efectuado un desembarco de gente armada.
Que habían llegado a bordo de un barco que había quedado embarrancado frente al faro Saetia, y que los referidos expedicionario habían tomado tierra firme ayudados por algunos pescadores cerca del lugar conocido por Dos Babias, en el Bardo de Cabo Nico, municipal de Mayarí, comunicando que salía inmediatamente con personal a sus ordenes hacia el lugar de desembarco".
Demás esta decir, que el ejercito en Holguín cumplía las ordenes que llegaban de la sede del ejercito en Columbia en Marianao, la Habana. Ahora bien, que pudieron haber sido detenidos con un mínimo de muertes, esa sería una hipótesis a barajar sin lugar a dudas y que hubiera cambiado esa parte historia posiblemente, pero en cambio pocas veces nos preguntamos ¿cuál fue la reacción de aquellos infiltrados?. ¿Se dejaron atrapar o, en cambio, presentaron resistencia?
UNA PEQUEÑA HISTORIA
En el año 1957 aparecieron muertos en el Cruce de Guirabo, en Holguín, varios de los principales jefes y miembros del movimiento opositor y muy violento, el 26 de julio, que entonces era capitaneado por Calixto Sánchez White, miembro del partido auténtico y uno de los organizadores del atentado a Batista el 13 de marzo de 1953, donde resultó además uno de los fallecidos.
Un grupo de 27 hombres desembarcó por la zona de "Dos Bahías" en Cabonico, costa de Cayo Saetía en Mayarí, y su intención era la de alcanzar la Sierra Cristal para alzarse en armas contra del régimen de Batista. En total murieron 16 en el desembarco, abatidos en la zona de "Brazo Grande", en las inmediaciones de la Sierra Cristal, por una tropa al mando del capitán Eliseo Cárdenas Taylor.
En la operación participaron además el capitán Ángel Sánchez Mosquera, los primeros tenientes Félix Aizpurúa Miñoso, Ramiro Chirino González y Zamora Varona, los segundos tenientes Guillermo Frade Herrera, José M. Fernández, Raúl Poyedo, Martín Horta, Orlando Enrizo, José Castillo y el médico Sánchez Pesino.
Según confesaron los dos primeros detenidos, Mario Rodriguez Arenas y Lázaro Guerra Calderón, el grupo habían salido el 19 de mayo desde las costas de Miami en un viaje sufragado por el presidente depuesto Carlos Prío Socarrás que los había despedido personalmente.
Dijeron además, que el destino del grupo era alcanzar las costas de Baracoa y que las fuertes marejadas, que causaron daños a la embarcación, les hicieron perder el rumbo decidiendo entonces desembarcar en un lugar más cercano en cayo Saitía. Milagrosamente estos dos escaparon con vida, o por lo menos no aparecen en la lista de muertos que es la siguiente...
- Calixto Sánchez White.
- Joaquín Ferrer de Blanck
- Gustavo Ferrer de Blanck
- Hubert de Blanck.
- Cleto Collado del Cueto
- Luis Vázquez López.
- Ernesto Ceballos Baeza
- Pedro Pablo González Mir
- Roberto Martínez Riveron
- Juan Fornes Pina
- Sergio Sierra Cabrera
- Saul Delgado Duarte
- Humberto Vinant Agüero
- Jorge Prieto Ibarra
- Jorge Suescon Gutiérrez
- Jesús Miguel Iglesias
El resto de los asesinados el día 19 fueron, Manuel Angulo Farrán, un holguinero que era el dueño de la emisora radial que hoy lleva su nombre, Rubén Bravo Álvarez, de Santiago de Cuba, Atanagildo Cajigal Torres, de Gibara, Mario Pozo Ochoa, de Puerto Padre, Pedro Rogena Camayd, de Holguín y Ramón Flores, de Puerto Padre.
Estas muertes dieron como resultado, que el 23 de noviembre de 1957, un comando del movimiento 26 de julio ejecutara al coronel Fermín Cowley Gallegos, entonces jefe del Regimiento No 7 del ejercito en Holguín, mientras se encontraba en la ferretería "Cuban Air" de la calle Ángel Guerra No 17, esquina a Libertad, cuando se disponía a comprar un tanque de oxigeno para la soldadura de una avioneta.
El miembro del 26 de julio Carlos Borjas fue quien le ejecutó, apoyado por Ramón Cordero, Alfredo Abdón y William Gálvez, quien con los años escribió un libro titulado "Salida 19", donde relató los hechos a su manera.
En cambio hubo un traidor, "El morito" Juan Stéfano Camacho, descendiente de libaneses que estaba encargado de la vigilancia. Después de "un par de galletas" habló de lo lindo. Luego partió hacia Miami con un cheque de mil pesos "por los servicios prestados".
No solo él, igual traicionaron Delio Figuera León, Antonio Morí y Leonardo Rodríguez. Tanto el Coronel Leopoldo Pérez Coujil como el Teniente Coronel Irenaldo García Báez, sobre todo este ultimo, un especialista en inteligencia e hijo del jefe de la policía nacional Pilar Danilo García, se presentaron el día 23 y le dieron tal batida al movimiento.
Como habrá sido aquello, que según el propio Gálvez reconoce en su libro, que el 26 de julio más nunca pudo "levantar cabeza" en aquella provincia holguinera. Fueron detenidos Pedro Rogena, Manuel Angulo Farrán, Rubén Bravo y Mario Pozo, Ramón Flores y Atanagildo Cagigal.
El día siete Hugo López fue ultimado en el barrio de Báguanos donde vivía y dirigía el movimiento 26 de julio, mientras que otro miembro, el religioso Oscar Lucero Mora, organizador del atentado a Cowley y también del secuestro del piloto argentino Fangio en la Habana, fue molido a golpes por los hombres del coronel Orlando Piedra, como mismo murió a golpes recientemente el joven Manuel de Jesús Guillén Esplugas, al que no le cabía un hematomas más en su magullado cuerpo.
En el caso de William Gálvez, este dijo en su libro (Salida 19) que pudo escapar hacia la Sierra Maestra a través de un campo de marabú en unión de Celia Sánchez Manduley, dejando atrás a un Holguín donde nunca más floreció una sola célula del 26 de julio.
Se comenta que el "Moro" Estéfano, el encargado de vigilar desde la cremería del frente la llegada de Fermín Cowley a la ferretería, e informárselo al comando ajusticiador, no hubo que darle ni una sola "galleta". Tras un pasaje a Miami y un suculento cheque, habló hasta "del mal que iba a morir". La represalia del coronel Irenaldo García en la zona fue brutal.
En cambio, todavía el dos de enero de 1959 Prío seguía afirmando que era amigo de Fidel Castro, que lo conocía muy bien y que no era comunista. Solo el viejo yate "Granma" (Abuela) le había costado nueve mil dólares de su bolsillo. Pudiera haber sido por eso que la conciencia le hizo pegarse un tiro en su casa, aunque no lo sabemos a ciencia cierta.
Incluso ese día, cuando ya era notoria la noticia de la caída y fuga de Fulgencio Batista, se seguían poniendo bombas en la Habana porque el terrorismo era ya como un vicio. Como la que explotó en el cine "Candido" en Marianao donde resultaron gravemente heridos los ciudadanos José Campusano, Ramiro Rodriguez Martínez, Pascual Martínez Torres, Nancy Veranes Queralt, Carlos González Gil, Raul Sardinas y Pedro Hernández Rancano.
Por Jorge García
Maldita Hemeroteca



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