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| Publicado en Habana Radio. // |
En un interesante artículo del escritor español Antonio Altarriba, el novelista explicaba como el hombre es capaz de ocultar la verdad por temor a la ignominia.
Decía, que todos los miedos no eran iguales, que algunos no provenían de las tinieblas, sino de una luz cegadora que nos asusta por su inaceptable evidencia. Que levanta un muro ante los sentidos para que no sufra la conciencia, pero a su vez nos convierte en seres estúpidos, adocenados y vulgares.
Y tal es el caso de esa foto de la amante de José Martí y la hija que tuvieron ambos en New York, tomada de un sitio de la prensa Cubana, donde a pesar de todas las pruebas existentes en una internet que no pueden controlar, (confesión de la propia niña protagonista cuando ya era madre incluso), aun la siguen falseando a una parte del pueblo que no tienen pleno acceso al saber.
Es, - decía Altarriba - que de los miedos el que más compensaciones ofrece, pero también el que más daños provoca... "Moviliza una pulsión auto mutiladora que nos lleva a preferir la lobotomía a la lucidez, la felicidad a la justicia, la conveniencia a la certeza y la consigna al criterio". ¡Cuánto hay de cierto en esa frase!.
¿Por qué manipular en este caso entonces?, por la sencilla razón de que les interesa más la vida que proyectó Martí y no la que vivió en realidad. Pienso, incluso, que si no quieren enfrentar la verdad con no publicar la foto con ese pie tenían, en un final la vida del apóstol esta llena de matices dignos de ser publicados.
Lo que no puedes hacer es mostrar a los protagonistas de aquella historia, y encima intentar enmascarar lo que ya sabemos de sobra. Afirmar que Carmen Millares y Peolí era una "amiga entrañable de Martí" es de tal estupidez, que roza lo infantiloide. Sí, tan entrañable fue Carmen con Martí, que terminó "cepillándoselo" en la cama.
No debemos extrañarnos de nada. En un final el régimen Castrista ha sido construido a base de eso, de mentiras. Mucho más insolente que una infidelidad del apóstol es pretender vincular sus ideas con las que instauró Castro con ese régimen de oprobio y de violencia. No hay desfachatez, insulto ni ignominia más grande que la que estamos viendo.
Por Jorge García
Maldita Hemeroteca.
NOTA: Tarro es como se dice en el argot Cubano a las infidelidades o cuernos.
