LA EXPERIENCIA MAMBISA DE WINSTON CHURCHILL.


¿Sabía usted que Winston S. Churchill, quien fuera Primer Ministro británico en dos ocasiones, desde 1940 al 1945 durante la segunda guerra mundial y luego después de 1951 al 1955, estuvo en Cuba?, y en Marianao una ocasión para más detalles.

Era muy joven, tenía 21 años, de hecho los cumplió en Cuba, en el pueblo espirituano de Arroyo Blanco precisamente, y estando en localidad de en Iguara, poblado de Yaguajay, el 30 de noviembre del 1895, fue protagonista de un enfrentamiento entre las tropas mambisas y españolas, durante el ultimo levantamiento armado de ese año.

Los rebeldes cubanos estaban al mando del mayor general Máximo Gómez y las españolas comandadas por el entonces coronel, Antonio Segura Campoy. Y aunque hubo importantes perdidas por ambas partes, entre los treinta jinetes cubanos que causaron baja, estuvo el teniente coronel Enrique Céspedes que herido en una pierna lo tuvieron que enviar a New York para operarse.

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Y curiosamente había escapado de la muerte, no de la española si no de la propia justicia mambisa.

Resultó que tres meses antes, el trece de septiembre de 1895, fue acusado injustamente por un tribunal en la Yaya por deserción y condenado a muerte, aunque luego se probó que no era cierto.

Al regresar de New York fue nombrado jefe del regimiento de caballería de Manzanillo. 

Aclaramos que aunque Churchill era militar de estudios no estaba combatiendo en Cuba, su presencia respondía a sus labores como reportero del periódico británico "Graphic Telegraph". Pero fíjese si esos estudios le servían para algo, que aunque entendía el propósito de los cubanos, e incluso creía justa su causa libertaria, fue capaz de ver por otro lado que los mambises no podían derrotar a España jamás. 

En Cuba estuvo hasta el 14 de diciembre. Pero nada, si usted es de los que quiere, y persiste a pesar de todo, en seguir creyendo que los mambises estaban ganando la guerra, está en todo su derecho. Incluso Churchill consideraba que los cubanos no estaba preparados para administrar correctamente la isla. Aquí deja constancia en uno de sus reportes:
‘Aunque la administración española es mala para Cuba, un gobierno cubano sería peor e igualmente corrupto, más caprichoso y mucho menos estable…’.
Ni Nostradamus lo pudo adivinar mejor. Al día siguiente, 29 de febrero 1896, en una misiva al abogado y político del partido demócrata de Estados Unidos de origen Irlandés, Williams Bourke Cockran, le escribe:
‘Espero que Estados Unidos no obligue a España a renunciar a Cuba a menos que estén preparados para aceptar la responsabilidad por los resultados de dicha acción. Si los Estados Unidos se hacen cargo de Cuba, aunque esto sería muy duro para España, sería el mejor y más conveniente curso tanto para la isla como para el mundo en general'.
En relación a su breve estancia en Marianao, debemos decir que ocurrió durante su segunda visita a la isla, durante el periodo en que ya no era mandatario tras la culminación de la segunda guerra mundial. 

El hotel Nacional fue el escogido en esa estancia en la Habana. Lo llevó Antonio Giraudier, uno de los dueños de la cervecería Polar, el mismo que se encargó después de enviarle al Reino Unido aquellos enormes puros Romeo y Julieta que el mandatario británico acostumbraba a fumar.

Churchill en 1947
en la playa Viriato.
De hecho ese año visitó la fabrica, y la vitola que tenía la cambiaron en su honor. Uno de esos puros fumados durante la segunda guerra mundial, fue subastado por la firma Hansons Auctioneers con un precio de salida de 900 libras esterlinas.

Durante esa estancia se bañó en una playa propiedad del señor abogado Viriato Gutiérrez Valladón, una especie de cala que este potentado cienfueguero tenía en la costa brava de Marianao, y que rellenó con arena para el disfrute de su familia.

Viriato, era dueño, y además un porciento de participación, en varias propiedades importantes en Cuba, como por ejemplo el emblemático cine "Payret" en la Habana, el central Adelaida en Nauyú, en Morón, actual provincia de Ciego de Ávila, y que molía casi tres millones de arrobas diarias de caña sembradas en sus mil cien caballerías.

También controlaba otros centrales, como el Violeta y el Andreita, en Cruces, el Patria y el Manuelita en Palmira, y curiosamente en este ultimo era co-propietario con el abuelo asturiano de la que fuera candidata a la presidencia de Madrid por el partido VOX, doña Rocío Monasterios, Don Antonio Monasterio Díaz de Tuesta.

Aunque la mansión de Viriato se encontraba en la calle B, esquina a 13, en el barrio del Vedado, tenía aquella finca de nombre "Flores" ubicada entre las calles 184 y 186 del reparto que hoy lleva ese nombre en Miramar. Dicen que ahora es imposible su acceso, ya que es una zona "controlada por la familia real Castro".

Fuente: Winston S. Churchill, Volume 1: Youth, 1874-1900 (Volume 1) 2006