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HISTORIAS DEL TERRORISMO REVOLUCIONARIO.


Reportajes "in situ" de la revista Bohemia 

Dos jóvenes del movimiento 26 de julio en Santa Clara, entonces provincia de Las Villas, Julio Pino Machado, de 24 años y Agustín Gómez Lubián Urioste, de diecinueve, (aunque ya para entonces era jefe de acción y sabotaje en aquella zona), quedaron destrozados al explotarle una bomba artesanal dentro del coche en que viajaban.

Cuando ambos jóvenes se disponían a colocar el mortal artefacto dinamitero, a la altura de las calles Buen viaje y Maceo, muy cerca del parque Vidal, se accionó fatalmente. Además resultó herida en un brazo la joven estudiante Gladys Pérez García Marel, de solo veinte años, que debió acompañarlos para disimular durante el trayecto.

Según se dijo iba a ser colocada a un costado de la sede del gobierno provincial, con lo cual la persona que estuviera transitando por allí en aquel momento, hubiera sufrido las consecuencias de un daño colateral provocado por estos "valientes luchadores anti batistianos" que no terroristas.

Por otro lado el parte policial aseguró que aquella bomba no era la única, pues ya habían colocado otra en el edificio comercial "El Cristal", de la calle Maceo y esquina a Independencia. En declaraciones vertidas por la herida Gladys, el tal Agustín la había invitado a bailar al Club Deportivo, quedando en ir a buscar a una amiga para que los acompañara.

Que al llegar a la calle de Independencia y Maceo se encontraron con Julio Pino Machado, y que montó en el coche Dodge, matricula 79078, con un paquete en la mano que casi inmediatamente explotó. Incluso pudo haber causado mas víctimas, ya que el coche, sin control, se estrelló contra un poste de la luz eléctrica. 

El reporte echo por la revista Bohemia y publicado en la sección "Terrorismo", fue titulado "EL DRAMÁTICO SUCESO DE SANTA CLARA", de J. Lorenzo y Oscar Iborra.

"No puede pasar alto hechos de esta naturaleza, sin elevar una vez mas su voz de repulsa y condena para los que así proceden. Hechos como los del sábado último tienen que merecer la repulsa de toda la ciudadanía y no sólo de los que resulten afectados en una forma u otra por la colocación de estas bombas, es que aterra cómo se están escogiendo caminos de destrucción, de sangre y de muerte".

La violencia estaba expandida por toda Cuba. En la Habana, un artefacto de estos destruyó totalmente un expositor y su vidriera de una peletería de Galiano y San Miguel, y la onda expansiva afectó también la tienda de objetos de arte "La Estrella", una zona de mucho público circulante.

"El Curita"
Esta era la misma revista donde su dueño, el señor Quevedo, amigo de Fidel Castro, publicaba también en 1957 cosas como estas de puño y letra del mayor terrorista que ha tenido Cuba en toda su historia... 

"Nosotros no somos perturbadores de oficio, ni ciegos partidarios de la violencia, la patria mejor que anhelamos se puede realizar con las armas de la razón y la inteligencia".

No solo eso, entrevistado por el "aguanta todo" Ignacio Ramonet en "Biografía a dos voces", el cínico dictador fue capaz de decir esto...

 “Hubo algún caso aquí en que la gente del Llano puso alguna bomba, porque había un Movimiento [Revolucionario 26 de Julio]. Algún caso en que pusieron una bombita aislada, pero nosotros no queríamos, estábamos en desacuerdo”.

Hoy el parque que fue edificado en el área de la antigua plaza del mercado "El vapor", que desde 1818 ocupaba toda aquella área comprendida entre las calles de Reina, Dragones, Águila y Galiano, hoy es un parque que lleva el nombre del mayor terrorista que había por aquellos años entre los integrantes del 26 de julio.

Sergio González, alias "El Curita", era un peligroso sujeto que disfrazado como tal, de cura, llevaba escondida bajo su falsa sotana las cargas de muerte, hasta que un día fue "cazado" y acribillado a tiros en la Calzada de Vento.

Así mismo una tarja colocada en el cine-teatro América, ubicado en la calle Galiano, en la Habana, recuerda que el tres de septiembre de 1957 murió destrozada la terrorista de diecinueve años, Urselia Díaz Báez, integrante de aquel movimiento que según el tirano... "utilizaba las armas de la razón y la inteligencia".


Aquellos asistentes al cine, inocentes de lo que se les venía encima, tuvieron la grandísima suerte de que aquella bomba le reventara la vida a una terrorista que no había sentido ninguna consideración por ellos. Esa ignominiosa tarja situada en la fachada de cine, te lo lleva recordando durante seis décadas.

No tuvieron la misma suerte Mercedes Díaz Sánchez del Águila, una pobre mujer que sufrió la ira de estos asesinos, al explotar una bomba colocada el Ten Cents de Galiano y San Rafael en el mes de Agosto de ese mismo año 57 ni la pobre Eusebia Díaz Páez, de solo 19 años, que igual quedó destrozada por una bomba que estalló en el teatro América, ni tampoco el niño de 12 años Luís González García.

UN AMPLIO HISTORIAL DE TERROR

- Julio 26, 1953.

Los hermanos Fidel y Raúl Castro usaron como posición de fuego para atacar el cuartel Moncada un hospital repleto de pacientes en abierta violación de todos los convenios internacionales.

- Febrero 22, 1955.

Antonio Goulet, de 60 años, padre del cabo barbero del ejército, Dionisio Goulet, murió destrozado por una bomba en su residencia de Cuartel de Pardos 112, Santiago de Cuba, y herida Emilia Iris Tabares, de 15 años, nieta de Goulet.

- Enero 1, 1957.

Al estallar una bomba en el Cabaret Tropicana, resultó herida la joven Magaly Martínez Arredondo, de 17 años, de Avenida 69, número 12 021, Marianao, teniendo necesidad los médicos de amputarle un brazo. También resultó herida Marta Pino Donoso, de dieciocho años, residente en Avenida 69, número 12 209.

- Enero 15, 1957.

El Tribunal de Urgencias de Cuba radica causa por una bomba que explotó en calle 21, entre 14 y 16, en el Vedado, donde resultaron lesionadas Amada Apezteguía Armenteros y Nilda Llorente Carrascal.

En la esquina de Virtudes y Lucena, Santa Clara, explotó un petardo causándole lesiones a Juan Pío Manresa, vecino de Virtudes 323 en aquella ciudad.

Victoria Rodríguez de treinta y tres años, de Arrellano 256, y el anciano de setenta años, Tito Mayea Villalobos, de Enma No 318, recibieron heridas graves al explotar junto a ellos una bomba en la esquina de Fábrica y Concha.

- Enero 23, 1957.

Oliverio González Mesa, de treinta y cicno años, pereció destrozado por una bomba frente a la residencia del colono Luciano Sampedro, situada en Sexta y Séptima Avenida, Miramar, donde trabajaba desde hacía años como cocinero.

- Marzo 9, 1957.

Al explotarle en las manos unos cartuchos de dinamita que había encontrado en la playa, sufrió gravísimas heridas por el cuerpo el niño de doce años Luís González García, vecino de Jenaro Sánchez 108.

- Abril 27, 1957.

Al hacer explosión 8 bombas en distintos establecimientos de La Habana, Cuba, recibieron heridas las personas siguientes: Carolina Torrente Fernández de 27 años, de Tenerife 64; Ramón Fernández, de veintiocho años, residente en el reparto Rosalía; y Faustino Cancedo, de sesenta y un años, de Calzada de Bejucal No 66.

- Agosto 3, 1957.

En la calle Trocha, Santiago de Cuba, hizo explosión una potente bomba destrozando a la señora Lidya Dorado, e hiriendo grave al policía Arvelio Martín Céspedes.

- Agosto 5, 1957.

Mercedes Díaz Sánchez del Águila, residente en Milagros, pereció al explotar una bomba en el Ten Cents de Galiano y San Rafael, sufriendo gravísimas heridas Lidia González Rebull, del reparto Fontanar; Etelvina Arencibia Gil, de Franklin 358; Lidia Bular Barquet, de 19 años, de número 1218, Vedado; Gladys Valdivieso, de Parque 532 y Nelson Huerta Truichet, de 72 años, de número 4107, Marianao.

- Agosto 12, 1957.

En gravísimo estado ingresó en emergencias Alfonso Vivero, de cuarenta y tres años, vecino de Santa Fe, que resultó herido al explotar una bomba en la tintorería de Luz, entre Habana y Compostela.

- Agosto 14, 1957.

En la Manzana de Gómez explotó una bomba, que causó la muerte al anciano José Martínez, de sesenta y cinco años, residente que era de Cuarteles, No 4.

- Julio de 1958.

Los del M-26 colocaron una bomba en el parque Martí en Ciego de Ávila, asesinando a tres personas e hiriendo a otras seis. La bomba era para asesinar al político Andrés Rivero Agüero, candidato a la presidencia, pero el terrorista del 26 se acobardó, y en vez de ponerla en el hotel Santiago-Habana la puso debajo de un Banco en la plaza más concurrida de la ciudad. 

Maldita Hemeroteca
Fuentes de la época