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EL AFORTUNADO SANGUILY


En una ocasión hablamos de un supuesto pasaje homosexual que tuvo el recluta mambí Ricardo Batrell con el mayor general Julio Sanguily y Garrite; episodio que años después él mismo lo contara en sus memorias de 1912.

Pero en este caso se trata de otro asunto mucho más serio que su supuesta condición sexual, la libertad de Cuba por ejemplo, donde algunos de sus más sonados y costosos fracasos le fueron achacados a este curioso mayor general. Empezando porque en 1895 el apóstol José Martí le sugirió a Tomás Estrada Palma - no como una orden, si no más bien como sugerencia - que tratara de evitar por todos los medios que el general Julio Sanguily se incorporara al movimiento libertario del 1895.

"Tomasito, conozco al hombre y me parece malo", le dijo el apóstol a su gran amigo. Y estuvo claro el maestro. Sabía perfectamente que había sido Julio Sanguily quien le había estafado el dinero de los tabaqueros de "Cayo Hueso", y no solo eso, de ser también el supuesto delator del 24 de febrero de 1895 ante el mando español.

Recordemos que las autoridades españolas consiguieron descabezar aquel alzamiento y, curiosamente, tanto Julio Sanguily como el general José María Aguirre Valdés "cayeron prisioneros". ¿Fue parte de una coartada? probablemente. Ni siquiera fue apresado en la manigua, pues su detención se produce estando en su casona de "Palatino", en el Cerro, la Habana, el mismo día que se decreta el alzamiento de Occidente y del cual - se suponía - estaba a su mando como jefe militar en occidente.

Fueron recluidos en la prisión de la Cabaña y España, que castigaba la infidencia con el garrote vil, les puso en libertad alegando curiosamente su ciudadanía americana. Con referencia a esto, no olvidar que a otro general como Fernández Cavada, el tristemente famoso "general candela", siendo hijo de una norteamericana y criado en Estados Unidos, fue ejecutado en 1871. Es más, ni siquiera cedieron a los pedidos de clemencia hechos por importantes generales como George Gordon Meade, Daniel Sickles y Ulysses S. Grant.

Julio Sanguily.
¿Curioso o no?

La cosa tuvo su truco. Para entonces había una ley acordada entre España y Estados Unidos que exoneraba del patíbulo a todo ciudadano norteamericano que fuera acusado de infidente, y que en el momento de la detención no se le encontrara encima ni guardadas armas de combate. De ahí que empeñara su espada y su revólver un día antes del alzamiento.

Se sabe perfectamente, aunque la historiografía lo oculte, que Julio Sanguily era un doble agente al servicio español y norteamericano, además un aliado del más selecto bandidaje que asolaba los campos por aquella época, teniendo como posible punto de contacto las ruinas del ingenio "Concepción", en el pueblo de Sabanillas.

Durante el mandato del general Camilo Polavieja en Cuba, su policía le tenía fichado como "el padrino" del bandidaje matancero. Tambien es justo decir que muchos de aquellos bandidos ofrecían su vastos conocimiento de la ciénaga de zapata para esconder a mambises heridos. Por otro lado también era señalado como un abusador de jóvenes reclutas, al utilizarlos como "ayudantes personales" y así mantener la buena vida que se daba en los momentos de asueto.

Todas estas "cualidades o atributos de su persona", están perfectamente recogidas en los archivos de la guerra en España. (Ojo: no confundir con su hermano el coronel Manuel, que fue un hombre intachable). Otro de los que no confiaba en él ni un poco era el mayor general Vicente García. "El león de Santa Rita", que fue acusado de "regionalista" por no estar de acuerdo con los "chanchullos" de la cámara de representantes, le tenía "el ojo echado".

Vicente era de la opinión que Sanguily era capaz de traficar con los Españoles productos que le eran destinados. Aseguró además, que llegó a aceptarle al general español García Polavieja, un empleo en los Ferrocarriles mientras que protegía y cobraba dinero de famosos bandidos, en especial de Manuel García, el llamado "rey de los campos de Cuba", y que algunos se empeñan todavía en sostener que era un mambí.

Según Estrada Palma, Sanguily le estafó remesas de dinero que le eran enviadas a Estados Unidos para su manutención e incluso, y esto fue aún más grave, de ser un agente de Enrique Dupuy de Lôme, ministro español en Washington, aquel que por su indiscreción en la carta interceptada "volaron el Maine". Según Vicente, este señor lo había contratado por 300 pesos mensuales para tratar de convencer a al generalísimo Máximo Gómez que aceptara la autonomía, en un intento más de España por detener la guerra.

Mire, no son pocos los ilustrados investigadores que le han señalado de varios hechos que dieron al traste con sonados fracasos libertarios, no solo la captura de la expedición de la Fernandina, el peor de todos, si no que también se le cree responsable directo del asesinato en una emboscada del bandolero Manuel García, quien supuestamente llevaba encima una fortísima suma de dinero en el momento que se iba a unir formalmente a la causa.

Al final no sabemos si primó en él su afán de libertad, su ventajismo como persona o su traicionero deber como agente, pero logró evitar la negativa de Estrada Palma y, una vez fue liberado por los Españoles gracias a su ciudadanía americana, repetimos, consiguió incorporarse a la manigua en la expedición organizada por el General de División José Lacret y Morlot que desembarcó por la zona de Banes, en Oriente, el 26 de mayo de 1898.

Hotel nacional y los sucesos de octubre del 1933.

Incluso se llegó a decir que en este desembarco, ya venía como agente Yanqui al servicio del gobernador Leonard Wood. Todas estas acusaciones fueron vertidas por Vicente García en sus memorias, otra cosa es que en los libros de historia de Cuba no se publiquen. Por supuesto, algunas fueron meras sospechas que no pudieron ser jamás probadas, porque en ese caso Máximo Gómez lo hubiera pasado por las armas sin contemplaciones.

Cómo habrá sido aquello, que una vez Cuba fue libre y convertida en república, la política lo mantuvo a prudencial distancia por si acaso. Vicente García, que murió envenenado en Venezuela, sostenía que Sanguily era un alcohólico. No así su hermano el coronel Manuel, que continuó aportando su lucidez a la república y a pesar de que nunca fue del agrado del generalísimo Gómez. Hoy podemos concluir que el apóstol estaba muy claro en relación a este individuo, independiente de lo que aportó o no a la causa libertaria.

Les dejamos un par de curiosidades de esa familia.

Un Cubano tapao

Tuvieron un hermano mayor que apenas vivió en la isla, y que está considerado como el primer Cubano en la historia que emigró hacia Australia. Se llamaba Guillermo, pero se lo cambió por Willians cuando en 1862 estuvo viviendo en Filadelfia, Estados Unidos, donde estudió artes navales.

Allí contrajo nupcias con la norteamericana Sara Dawes Randall, y entonces adoptó el apellido de su tutor Murdoch. Junto a su esposa partieron rumbo a Australia en el velero "General Grant". William Murdoch, o mejor dicho Guillermo Sanguily y Garrite, falleció en la ciudad de Sydney el 6 de mayo de 1909.

La suerte de ser un Sanguily.

Su nieto, el hijo de *Julio Sanguily Echarte que también fue general de nuestro ejército y que había sido nombrado jefe del Estado Mayor por el Presidente de paja Carlos Manuel de Céspedes hijo, fue uno de los detenidos en la fortaleza de la Cabaña cuando lideró el frustrado levantamiento en el hotel Nacional del Vedado.

Milagrosamente escapó del pelotón de fusilamiento de Grau San Martín y Fulgencio Batista, pues consideraron que no había participado al encontrarse en una de las habitaciones de ese hotel convaleciente de una cirugía. No tuvieron la misma suerte diez de aquellos alzados que sí fueron pasados por las armas, entre ellos el coronel Juan Blas Hernández, que luego de atacar el castillo de Atarés y bombardear un barco, fue ajusticiado en el acto por uno de los guardia de Batista.

En fin señores, que el tema de los fracasados alzamientos insurreccionales del occidente cubano, sobre todo el de febrero de 1895, sigue siendo un largo objeto de debate historiográfico. Es que no es fácil entender, mucho menos admitir, que un mayor general como Julio haya sido un mal hombre que para nada se asemeja a lo que nos contaron de aquellos patricios.


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Jorge García
Maldita Hemeroteca.


*Julio Sanguily Echarte (1879-1935) fue un general cubano, Jefe del Ejército Nacional de Cuba en 1933, y jefe del Cuerpo de Aviación del Ejército. Su acción fue decisiva para la caída de la dictadura de Gerardo Machado durante la Revolución de 1933. Fue depuesto por el Golpe de Estado en Cuba del 4 de septiembre de 1933 y pasó a retiro tras los sucesos del Hotel Nacional.