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GRANDES PATRIOTAS OLVIDADOS

Monumento en la finca "La Ignacia" en la provincia de Matanzas. // 

D0n Antonio López Coloma fue un patriota cubano nacido en 1859 en Sabanilla del Encomendador, provincia de Matanzas, que murió ejecutado por los españoles en los pozos de la fortaleza de la Cabaña, en la Habana. 

Como colono que era, tenía una finca en el derribado ingenio 'La Ignacia', que fue el lugar seleccionado por Juan Gualberto Gómez, Martín Marrero, Joaquín Pedroso y el conocido bandido local, Manuel García, como el punto de encuentro para los alzamientos que debían producirse en el occidente de la isla en 1895.

Tan pronto como llegó la orden a La Habana, Juan Gualberto Gómez, delegado del Partido Revolucionario Cubano, y jefe de la conspiración en toda la Isla, reunió en el domicilio de Antonio López Coloma, calle Trocadero número 64, a los principales jefes de Occidente como Pedro Betancourt y Joaquín Pedroso, quedando acordado el alzamiento general para el día 24 de febrero, primer día de carnavales.

Aquella fue la zona donde López Coloma se alzó el día 24, y donde fue capturado cuatro días después. Y uno de los episodios más dramáticos de aquel ultimo alzamiento fue su muerte precisamente, al ser remitido a las mazmorras de la Cabaña por espacio de 21 meses, para finalmente ser ejecutado el 26 de noviembre de 1896.

Así mismo el coronel José María Aguirre, que había combatido en la Guerra de los Diez Años a las órdenes de los generales Ignacio Agramonte y Máximo Gómez, fue igualmente detenido y encarcelado cuando se disponía a tomar el tren que salía de la capital hacia Matanzas. En internet existe una foto días antes de ser fusilado, tomada durante la visita de su novia Amparo por el periodista y bibliógrafo habanero Domingo Figarola Caneda. 

La foto fue publicada años después en la revista Bohemia por el investigador y ferviente critico Rafael Soto Paz, en la sección de historia de una edición del 1950. (Ver: "La falsa cubanidad de Saco, Luz y Del Monte" de 1941. En sus escritos, Soto se dedicaba a corregir algunos grados concedidos a ex mambises, así como aclarar la verdad de lo sucedido en algunos pasajes un tanto rocambolescos.

López Coloma.
Llegados a este punto, vamos al tajo.

La historia recoge que cumpliendo ordenes del general Pedro Betancourt, López Coloma, Juan Gualberto Gómez y un grupo de conspiradores se debían dirigir hacia la zona de "Corral Falso", antiguo poblado de Macuriges. 

Allí debía encontrarse con el mayor general Julio Sanguily y sus hombres sin embargo la detención de ambos generales, Sanguily y Pedro Díaz, así como la muerte un día antes en el poblado de "ceborucal" de un conocedor de la zona, el bandolero Manuel García, los planes de sublevación fracasaron en medio de una catarata de misteriosos acontecimientos.

Primero la detención de Sanguily en su propia casa - que actualmente sigue generando opiniones en su contra - tanto fue así, que varias fuentes históricas le han señalado el haber empeñado días antes del alzamiento su sable y su revólver en una tienda en la Habana llamada "La Equitativa".

En este punto hay algo que puede que de luz a su nefasta actitud, y es que Sanguily fue uno de los que se vio beneficiado por el documento concertado y firmado el 12 de enero de 1877, entre los ministros plenipotenciarios Fernando Calderón y Collantes, por España, y Caleb Cushing, por los Estados Unidos, donde se acordó que ningún ciudadano americano, (y viceversa), ya fuera en España o en sus posesiones de ultramar, fuera ejecutado en caso de que fuera sorprendido conspirando, como fue este caso. 

De ahí que, a pesar de la gravedad de los hechos por los que fue detenido, infidencia y conspiración contra las instituciones españolas, no fuera pasado por las armas como sí le sucedió a gran número de otros patriotas, entre ellos a Antonio López Coloma. Pero observe otro detalle más. 

Resulta que aquel documento matizaba lo siguiente, y es que no sería ejecutado a menos de que: "FUERA COGIDO CON LAS ARMAS EN SU PODER", lo que asalta una duda de inmediato, ¿Acaso se habría dejado atrapar en su casa y por eso empeñó sus armas un días antes?. A raíz de esta detención, el resto de los hombres se tuvo que dispersar, o se entregaron tras el bando emitido por el gobernador general Emilio Callejas Isasi, y en el caso de Juan Gualberto Gómez y Pedro Betancourt fueron deportados a España. 


Como bien se ha explicado en otras ocasiones, aquel levantamiento constó de cinco puntos llamados "gritos", dos en la zona occidental, el de Ibarra, que es este que se narra con Juan Gualberto Gómez y Antonio López Coloma a la cabeza, y el de Jagüey Grande al mando de Martín Marrero.

Por su parte en Oriente se sucedieron los otros tres, el de Bayate, dirigido por el general Bartolomé Masó; el de Guantánamo por el general Pedro Agustín "Periquito" Pérez, así como el de Baire que fue capitaneado por Saturnino Lora y Florencio Salcedo, donde estaban además sus hermanos Mariano y Alfredo Lora, Juan del Toro y Ladislao Flores, entre otros veteranos rebeldes. 

En realidad existe muy poca documentación relacionada a estos hechos, y la mayor parte se centra en la muerte del tan perseguido cuatrero. Aún así llama muchísimo la atención como los hechos se van imbricando el uno con el otro, no sabemos si caprichosa o intencionalmente. 

Total que en otra de las celdas de aquella fortaleza se encontraba Sanguily, y al pasar Coloma por su puerta dicen que le gritó: "¡Viva Cuba Libre general!, el mismo grito que repitió, aun con más fuerzas, antes de producirse la mortal descarga mientras que Sanguily, en cambio, era puesto en libertad a los pocos días.

Por suerte la lección del plan de Fernandina sí dio sus frutos en Oriente cubano. Tal como había recomendado Martí, el día señalado para el levantamiento amanecieron alzados los experimentados mayores generales Guillermo Moncada y Bartolomé Masó.

Moncada se puso al frente de los que combatían en Baracoa y Guantánamo, en la zona sureste, mientras que en Santiago de Cuba el coronel Victoriano Garzón lo hacía en el "Caney", el teniente coronel Quintín Banderas en "San Luis", mientras que el coronel Alfonso Goulet y el licenciado Rafael Portuondo Tamayo comandaban en  "El Cobre".

Por Jorge García
Maldita Hemeroteca