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RECORRIDO POR LAS BRIGADAS CUBANAS EN ESPAÑA (I)

Voluntarios cubanos integrantes del batallón Lincoln, durante la guerra civil española. //

Según algunos datos recogidos, Cuba aportó cerca de 1.400 brigadistas durante la guerra civil española, en cambio Diplomat los cifra en 1056 concretamente, que como quiera fue un número muy significativo si se compara con enviados por Francia, Suiza o los Estados Unidos. 

No hay duda que de los países pequeños Cuba fue el que más voluntarios movilizó, si tenemos en cuenta que Puerto Rico apenas reclutó a once y República Dominicana cinco. No es de extrañar, recordemos que en un intentó fallido por desembarcar en Dominicana e intentar deponer al dictador Rafael Leónidas Trujillo en 1947, hayan sido casi todos Cubanos los integrantes e incluso los jefes de batallones.

Los brigadistas cubanos en España, movidos por ideales de izquierda en su gran mayoría, se enfrentaron a las fuerzas nacionalistas Franquistas en un país que apenas conocían. A pesar del sacrificio, la historia de estos cubanos ha permanecido relativamente ausente de los relatos oficiales. 

Las narrativas predominantes siempre han privilegiado la participación de grandes naciones, sin embargo las contribuciones de estos países más pequeños quedaron relegadas al margen de la historia oficial. 

En el caso Cubano se trataba de militantes revolucionarios partidarios de la lucha ilegal y armada en Cuba, en su mayoría afiliados a las organizaciones como Joven Cuba, organizada por Antonio Guiteras, y el Partido Comunista. Así mismo dos organizaciones de este mismo corte, como el Club Mella de Nueva York y el Comité Anti-imperialista de Revolucionarios Cubanos (CARC) con sede en Madrid, tambien aportaron.

Aunque la actividad de reclutamiento fue dirigida por el PCC, el “contingente” fue constituido, a la hora de enrolarse, de un tercio de comunistas y de sus partidarios. Las demás organizaciones contaban los dos tercios del total. De la isla salieron reclutados más de 850 voluntarios y, como habrá podido observar, la gran mayoría eran "selectos" luchadores contra Machado.

Y si esto ha sido con los voluntarios de izquierdas, imagine como habrá sido para aquellos que, con fuertes vínculos familiares o culturales con España, se sintieron llamados a defender lo que percibían como el orden y la tradición frente al "peligro comunista". De esos, los que se unieron al bando nacionalista, apenas se habla. 

Puede que las haya, pero no tenemos las cifras exactas de los que dieron su contribución en este bando triunfador, aunque se estima que hubo un número considerablemente menor en comparación con los que combatieron al lado de la república de izquierdas. Obviamente, estos han gozado de una cobertura investigativa mas escaza.

Se calcula que algo más de la mitad de los voluntarios hispano americanos que defendieron la República eran cubanos

Existía en Madrid un grupo numeroso de exiliados y estudiantes cubanos que crearon el Comité Anti-imperialista de Revolucionarios. La mayoría de ellos se unió a la milicia del Quinto Regimiento y participó en los combates del Cuartel de la Montaña, así como en la defensa de la Sierra de Madrid, en agosto a octubre de 1936 y de la capital desde noviembre de 1936 a marzo de 1937. 

Brau
Intelectuales como Felix Pita o Juan Marinello, el pintor Wilfredo Lam, el abogado Rolando Masferrer, el escritor de ascendencia indígena Juan Breá o el periodista y comisario puertorriqueño Pablo de la Torriente Brau, fueron algunos de los más conocidos del bando republicano. 

En el caso de Pablo de la Torriente Brau, cayó de un disparo en el pecho combatiendo en Majadahonda, Madrid, el 19 de diciembre de 1939, y aunque sus restos no pudieron ser rescatados hasta cuatro días después, al final no pudieron ser trasladado a Cuba. 

Fue enterrado en el nicho No 3772 del cementerio de Montjuic, en Barcelona, y una vez terminada la guerra fueron depositados -supuestamente- en una fosa común junto a otros diez cadáveres de brigadistas. En cambio hasta el sol de hoy no se sabe donde está. En 2021 las autoridades de la consejería de justicia de esa ciudad catalana dieron por terminada su búsqueda, al no encontrar nada que indicara su presencia. 

Tambien se podrían citar mujeres, como María Luisa Laffita que integró las fuerzas del "Cuartel de la Montaña", el de Josefina Díaz Puerto, encarcelada en 1944 y liberada tras un canje negociado por el gobierno cubano, o las hermanas Conde que estuvieron en el frente de Somosierra.

También hubo hijos de españoles nacidos en Cuba, como José "Pepin" Alemany Menéndez, de Santiago de Cuba en 1919, quien participó más tarde en la lucha contra Batista. Su familia había llegado de Ourense, Galicia. Sus restos descansan desde el 2012 en el cementerio de Avilés, en Asturias. También es de destacar un importante grupo de ex-militares retirados o represaliados por su oposición a Machado y a Batista.

Contexto histórico: 

La Guerra Civil Española fue un conflicto complejo, y la participación de voluntarios extranjeros, tanto a favor de uno como de otro bando, refleja las divisiones ideológicas y políticas de la época. La participación cubana en esa guerra  fue diversa y en ambos bandos, pero la historia de estos voluntarios "pro franquistas" ha sido mucho menos conocida.

El factor que más influyó en la distribución de voluntarios cubanos en las filas de la República no fue, como podría pensarse, de carácter nacional, linguistico, ni siquiera ideológico, se debe básicamente a tres orígenes, tres fases y tres destinos principales. 

Los primeros voluntarios fueron sorprendidos en España por el estallido de la guerra. Estos se incorporaron inicialmente en las diversas milicias, desde las que más tarde pasarían a las unidades regulares, como la División comandada por Valentín González «El Campesino». 

En un segundo momento, entre finales de 1936 y el primer trimestre de 1937, se produce la llegada de cubanos procedentes de los Estados Unidos e integrados en la XV Brigada Internacional (BI) y el Batallón Lincolnn y, finalmente, a partir de la primavera de 1937 del reclutamiento en Cuba, desde donde llegaron las de 800.

La motivación de cada individuo para unirse a uno u otro bando fue variada y compleja. Sin embargo, a comienzos de 1961, centenares de cubanos que huían del régimen instaurado por Fidel Castro comenzaron a llegar a España, donde el Gobierno de Franco, más distintas organizaciones benéficas, les proporcionaron asistencia, y aunque una buena parte de ellos lo contemplaba como un país de tránsito hacia Estados Unidos, pocos tenían los medios para llegar al destino. 

LA EVACUACIÓN 

Se desconoce la historia de aquellos voluntarios nacionalistas, en cambio de los comunistas si se sabe que el gobierno Cubano contrato dos barcos, los vapores Orbita y Orduña, precisamente los mismos en los que habían llegado a combatir en España, pudieron ser evacuados gracias a gestiones consulares cubanas con el gobierno instaurado por el general Francisco Franco.

Se organizaron tres expediciones que partieron del puerto de La Pallice durante el mes de mayo y los primeros días de junio de 1939. El primer grupo procedente en su mayor parte de Gürs pero también directamente desde Argelés transportó a los voluntarios que se encontraban en condiciones más precarias, heridos y enfermos sumando en torno al centenar.

Los voluntarios fueron escoltados hasta París en condiciones muy precarias, sin comida y con las mismas ropas que habían tenido en los campos. Una vez más el PCF se movilizó y palió en gran medida esta situación aportando la ropa y los alimentos que le fueron posible. Tras recibir en París la documentación precisa fueron conducidos directamente al puerto de partida y embarcados en el «Orbita», llegando al puerto de La Habana el 6 de Mayo.

Un segundo grupo partió en similares condiciones el 19 de mayo a bordo del «Orduña», en esta ocasión con un grupo aún mayor que el anterior de voluntarios. Cuando el «Orbita» retornó a las costas francesas partió un tercer grupo compuesto por al menos 200 voluntarios. 

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Por Jorge García
Maldita Hemeroteca