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| Monumento a Martí en calle 124 en Marianao, La Habana. |
Hoy es un día en que el tirano Fidel Castro forzó la historia de Cuba con otra de sus imposiciones, por no ser groseros y llamarlo de la mejor forma posible, le cambio el nombre a un monumento en el cual no puso ni siquiera una piedra, la Plaza Cívica de la Habana.
Conocida popularmente como "la raspadura" por su caprichoso diseño vertical de algo más de 112 metros de alto, obra del afamado escultor Jose Circe, se pensó para homenajear el centenario del natalicio del apóstol cubano en 1952, aunque desde 1943 ya había sido aprobado el proyecto a edificar en el área donde estaba situada la antigua ermita de los Catalanes.
Pero no es de esta fastuosa obra que queremos hablarle. Se trata de uno más modesto pero igual de decoroso, honroso y prestigioso. Si caminas por la calle Paseo en Marianao, muy próximo a la avenida 51, te encontrarás con este bello monumento dedicado también al apóstol José Martí y también fue erigido en la Plaza Cívica que llevó por nombre.
Pues sepa que este monumento fue inaugurado el once de agosto de 1955 por el ilustre alcalde Bauteño Francisco Orúe, y que fue una obra del escultor cubano Arnold Serrú Hidalgo, ambos exiliados en Estados Unidos desde el mismo año 1959. Sin embargo, este monumento tiene una historia detrás.
En principio no iba ser José Martí el homenajeado si no al patriota camagüeyano Salvador Cisneros Betancourt, el hombre que fue en dos ocasiones presidente de la república de Cuba en armas, y uno de los más decididos luchadores por su independencia cubana. Cisneros Betancourt había nacido en Puerto Príncipe el diez de febrero de 1828, y poseía el título de marqués de Santa Lucía que le vino por nacer en el seno de una acaudalada familia de origen española.
Hoy una gran parte de Cuba - casi su totalidad - desconoce quien fue el señor alcalde Francisco Orúe. La operación "Limpieza cerebral" efectuada por el castrismo a partir de 1959 lo borró casi por completo de la mente de los Cubanos. Dije casi, pues siempre está el que se resigna a ser abducido mentalmente y, además, están las personas de edad avanzada que sí supieron de esa etapa próspera Cubana.Este marquesado había sido concedido en Cuba por su majestad Fernando VII de España el 14 de abril de 1825, a favor de José Agustín de Cisneros y Quesada, de manera que el patriota lo heredó de su padre. En fin que finalizada la guerra en 1898, el fervor patriótico hizo que muchas calles cambiaran sus nombres religiosos, así por ejemplo la calle Paseo donde esta situado y que hasta entonces se llamaba "Paseo de la Reina" se quedó como Paseo solamente, y mas tarde pasó a ser nombrada 124.
Este proyecto fue presentado a la alcaldía que era presidida entonces por el ex mambí Baldomero Acosta en 1914, sin embargo intercedía con el recorrido que hacía hasta allí el tranvía de la empresa "Insular Railway Company", que venía operando desde 1909.
Los carros - los famosos trolebus - (Trolleybus) venían por Steinhart (avenida 45) hasta Paseo (calle 124), doblando por Campa (ave 43) y retornando por Santa Lucía (Calle 134) a tomar la Calzada Real de Marianao (Ave 51), y de nuevo a Paseo hasta la calle Martí (Ave 49), para regresar por Steinhart nuevamente. ¿Y que pasó entonces?, pues que el proyecto Cisneros pasó a un segundo plano y claro, para cuando el alcalde Orúe develó el busto de Martí ya el tranvía no existía.
Los Tranvías se declararon en banca rota ante el avance de las guaguas de la compañía "Autobuses Modernos". El ultimo de aquellos carros que circuló en la Habana fue el No 388 el 28 de abril de 1952, que fue donado posteriormente a la provincia de Matanzas. Tres años después el busto de Martí se hacía realidad en la calle 124 que por cierto, algunas fuentes la sitúan también con el nombre de "Progreso".
Figúrese, si Orúe fue de los que aceptó los estatutos del golpe de estado de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952. Sin embargo, no por eso dejó de ser un tremendo alcalde, mil veces mejor que los que han venido después que no han hecho absolutamente nada, bueno sí, desbaratar el municipio y convertirlo en el peligroso potrero que es hoy.
Orúe fue alcalde durante 11 años, desde el 1948 al 1959, y toma nota de algunas de sus obras...
--La plaza de ventas, el nuevo edificio del ayuntamiento, conocido después como "Le Van Tan", que muy pocos saben que fue un comunista vietnamita.
-El anfiteatro, el alcantarillado y las obras de río Quibú.
-Inauguró el hoy olvidado busto del eminente doctor Joaquín M. Álvarez, situado a un costado de la entonces llamada "Casa de Socorros" que le debe además la construcción de su segundo piso y demás consultas. Lo inauguró el 28 de mayo de 1950 y, sobre todo, que fue el hombre que cambió por completo la vieja toponimia de las calles de este municipio que entonces "progresaba". De nombre de figuras prominentes a números, haciendo más fácil el trabajo de correo y mensajería.
El próximo de diciembre se cumplirán ya los 25 años de su fallecimiento en la ciudad de Miami a los 88 años, donde el alcalde de Hialeah, Raúl Martínez, "le había robado" su lema "Marianao ciudad que progresa". En cuanto al monumento, la de veces que hemos pasado por allí sin saber ni remotamente parte de esta historia. A veces no valoremos ni lo que tenemos delante. Incluso, puede que muchos crean que fue una idea de "quien tu sabes". Es que hay gente pá tó.
Por Jorge García
Por Jorge García
Maldita Hemeroteca.
Nota
A solo unos metros está situada otra muy importante también, la del generalísimo Máximo Gómez.










