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NUEVE DE JULIO, NACIMIENTO DE UNO DE LOS CUBANOS MÁS IMPORTANTES DE NUESTRA HISTORIA

Recibimiento en Gibara, Holguín, a su regreso a Cuba. // 

Un 9 de julio de 1835 (Bayamo, 9 de julio de 1835-Santiago de Cuba, 4 de noviembre de 1908) nacía en Bayamo uno de los Cubanos más importantes de nuestra historia.

Don Tomás Estrada Palma, que además de haber sido nuestro primer presidente de Cuba libre desde 1902 al 1906, lo había sido también de la República en Armas desde el 29 de marzo de 1876 al 19 de octubre de 1877, hasta que fue enviado a cumplir prisión en España.  

Durante un periplo por Honduras, el 15 de mayo de 1881 contrajo matrimonio con la señorita María Genoveva de Jesús Guardiola Arbizú, hija de un expresidente de ese país, con quien tuvo siete hijos. Después de vivir un tiempo en Honduras regresó con su familia en 1883 a Central Valley, en New York, y luego a Cuba.

Fue el elegido por José Martí para ocupar la dirección del Partido Revolucionario Cubano en Estados Unidos, una vez el apóstol decidió regresar con Máximo Gómez a Cuba tras los sucesos del levantamiento del 1895. Es cierto que sus aspiraciones reeleccionistas dieron origen a la llamada Guerrita de Agosto en 1906 y, posteriormente, a la Segunda intervención norteamericana, pero en ningún momento demostró que lo hacía por ambición, poder o corruptela.

Con su esposa e hijos en Central Valley, NY.

Don Palma sabía que una joven república en manos de los Liberales del general José Miguel Gómez, que si robó de lo lindo y al que conocía muy bien, corría un severo peligro y no se equivocó. Y la prueba fue que se retiró en su humilde casa de Santiago de Cuba sin amasar fortuna alguna, tras ponerse al frente de un país devastado por la guerra, viviendo a base de prestamos norteamericanos, y en cambio dejando un superávit en las arcas de 20 millones de dólares.

No solo eso. Como maestro dedicado en la región de Guantánamo primero, y doctor en filosofía después, su labor como educador y su prestigio en el ámbito intelectual le permitieron promover la educación durante su gobierno y en el exilio. Toda la experiencia ganada en los años anteriores cuando siendo muy joven educaba campesinos analfabetos y esclavos en su pueblo natal Bayamo.

Incluso cuando estaba preso en el Castillo de Figueras, sus conocimientos fueron empleados por España en este sentido. De hecho, su presidio fue menos duro que el resto de los allí condenados, pues se dedicó a la educación cívica de aquellos ciudadanos cubanos - más de 400 ñáñigos incluidos - para cuando fueran libres; e incluso brindó sus conocimientos del magisterio en Honduras y luego en su academia de Central Valley junto con su esposa Genoveva.

Por otro lado en el orden de infraestructuras, se enfocó y acometió la construcción de carreteras, puentes y otras muchas obras que contribuyeron decididamente al desarrollo económico de aquella Cuba en ruinas. En fin, que no pretendemos biografiar una vida que es muy conocida, pero solo resaltar la grandeza de este hombre en un día como hoy. 

Hoy lo tenemos claro, si persistió en ser reelegido fue porque buscó siempre la vía de mantener la estabilidad política en un contexto de transición y consolidación de una joven e inexperta república, que luego los mismos Cubanos llevaron a la destrucción 59 años después. Ahí esta Cuba, destruida por completo como fiel ejemplo.

Por Jorge García
Malfita Hemeroteca