Hace unos días apareció en las redes un nieto de Fidel Castro, hijo de Fidelito el suicida. Apareció ponderando las virtudes de su abuelo, dentro de esta supuesta guerra que mantienen con la rama familiar de su tio abuelo Raúl. Nada que añadir a las tonterías que dijo, se trata de otro iluminado más de esta familia que hace lo imposible por "seguir pegado al jamón nacional".
Fue a raíz de auto nombrarse el paladín de la inseminación artificial dentro de su ganadería, porque sepa que todo lo que había en Cuba era, literalmente, de su propiedad. En realidad lo que él hacía era copiar los métodos muy avanzados y utilizados en países como el Reino Unido, Canadá y los Estados Unidos a finales delos 40 y principio de los 50, digamos el trasplante de óvulos dado a conocer por el genial doctor Tim Rowson de la universidad de Cambridge, por ejemplo.
Esta mezcla, "pero a la cubana", dio como resultado el surgimiento en la raza ganadera de adefesios mutantes nunca vistos y que en concreto nada la mejoraron, al contrario, de los que nadie se atrevía a advertirle. Pobre del que se atreviera. De hecho, hasta un experto en genética cubano tuvo la desvergüenza de certificar las virtudes de aquella "selección genética" castrista.
-- Gerardo Machado tardó solo tres años en construir una carretera central de 1140 kilómetros de longitud, la comenzó el 2 de marzo de 1927 y la inauguró el 24 de febrero de 1931. En cambio su abuelo Fidel Castro inició la Autopista Nacional hace más de cuarenta años, y aún sigue sin acabarse y repleta de huecos --
Para llevar a cabo su plan, en 1963 se dio el lujo de contratar a un medico Escoces que ya en su país estaba descartado por ser un inepto. El Dr Reginald Preston, uno que defendía la teoría de que la cebada era la clave para aumentar la producción de leche, un rotundo fracaso demostrado por los propios ganaderos de su país. Total, que para nadie es un secreto lo que significó para nosotros las consecuencias de las políticas de este soberbio tirano, no solo en el sector del ganadero evidentemente, recordemos como arruinó la principal industria cubana, la azucarera.
Por supuesto, este nieto ocultó que su abuelo fue el causante de que los niños mayores de siete años no pudieran tomar leche nunca más, él no, él tomó toda la que le salió de la espalda a sus padres, aunque de nada le sirvió según parece. De la carne ¿qué vamos a contarle?, en Cuba hay generaciones que nunca la han probado, o ni se acuerdan a que sabe.
De las casi seis millones de vacas que dejó el régimen de Fulgencio Batista en 1959, hoy apenas quedan dos millones y cuidado. El dúo del mameluco Miguel Díaz Canel y de su tio abuelo Raúl, conscientes perfectamente del destrozo ocasionado por el anterior inquilino, continúan realizando vergonzosos planes para aumentar una producción en la que nadie ve, ni mucho menos cree, entre otras cosas porque se conoce que vendrán acompañadas por las recurrentes excusas "del bloqueo" norteamericano.
Y fíjese lo que son las cosas. Muchas de estas compañías que tenían a la isla inundada de leche y carne, era norteamericanas precisamente, y que fueron intervenidas por su abuelo nada más llegó al poder en 1959. Eso sin contar las casi 16 mil empresas privadas cubanas señaladas como capitalistas. En fin, que según este, "nuevo cara de palo", la culpa de todo la tiene su tío abuelo y el payaso sin casa que le sirve sin chistar.
Les decíamos que la lista es larga...
Además de la tétrica situación que se vive hoy con la inseguridad social, la falta de agua, de luz, de medicinas y hospitales o los alimentos, su abuelo ya había destruido antes la zafra y la mayoría de los centrales, dejó a medias la planta atómica de Juraguá en Cienfuegos, de la cual su propio padre era el encargado de ponerla a funcionar, hizo talco las navieras mercante y pesquera, entre otras barbaridades. Sí tuvo éxito en una cosa, la creación de un "hombre nuevo" del cual él es el vivo ejemplo.
Por Jorge García
Maldita Hemeroteca






