.

EL MORTÍFERO FLORA. ALGUNOS DE LOS HURACANES MÁS DEVASTADORES DE CUBA.

Inundaciones producidas por el Ciclón Flora en 1963. // 

Un tres de octubre de 1963 la isla de Cuba se vio azotada por un ciclón bautizado como "Flora", que sin haber sido de los más poderosos históricamente, sí causó costosos estragos. Este meteoro comenzó a azotar las costas orientales un día tres, pero sin imaginar nadie el caprichoso trazado que dibujó después durante su paso.

El Flora ha sido calificado como la segunda peor catástrofe natural en el país, solo superada por la marea de tormenta que en 1932 arrasó con el poblado de Santa Cruz del Sur, en Camagüey, y que dejó más de tres mil muertos. Decíamos que no fue de los más potentes, era de clase dos en la escala de cinco, pero su trayectoria errática durante cuatro días fue lo que generó tantos daños. Cuando parecía que saldría por fin al mar, daba marcha atrás y arremetía de nuevo con similar fuerza. 

Desde Guantánamo hasta Ciego de Ávila desató un infierno de inundaciones y viento, y la constante y copiosa lluvia convirtió los ríos y lagos en una catástrofe que causó centenares de muertes. Murieron unas 1.200 personas y casi doscientos mil perdieron casas y propiedades, así como el ganado, las siembras y las construcciones fueron igualmente arrasadas.

No siempre los mayores sistema han sido los más destructivos por necesidad, y por consiguiente no por menos fuertes han sido menos peligrosos y el Flora fue un ejemplo. Se calcula que sus lluvias dejaron un acumulado de 1,800 mm en apenas setenta y dos horas. 

HISTORIA

La historia recoge la tormenta de San Rafael como la primera registrada en la isla que se tenga noticias. Ocurrió supuestamente en octubre del 1692, y como es lógico por el año, apenas existen datos que la describan. Sin embargo, en dos eventos ocurridos en el siglo XIX si se supo que fueron realmente demoledoras.

El primero data del cinco de octubre de 1844, y aquella tormenta fue conocida como "San Francisco de Asís", ocasionó 100 muertos e incontables heridos. Además derrumbó dos mil 546 casas. El otro vendaval fue el once de octubre de 1846. En este caso se trataba de la "San Francisco de Borja", que para muchos especialistas sigue siendo considerada como la más terrible que se recuerde en La Habana. 

Sus vientos huracanados se sintieron hasta en los límites de las provincias más orientales y fue una lástima que en esos años no se contara con los adelantos científicos que hoy tenemos. Al menos para acotejarla según su fortaleza. Este fortísimo sistema clasificó dentro de los huracanes categoría cinco, que han sido poco la verdad de todos los que han azotado el territorio cubano, o lo que es lo mismo, vientos que superan los 250 kilómetros por hora en la escala que hoy conocemos como Saffir-Simpson.

A su paso por la capital, se registró un valor mínimo de presión atmosférica de 916 hectopascales, el más bajo reportado en la mayor de las Antillas hasta la fecha. Esta tormenta solo es comparable a las ocurridas posteriormente durante los años 1926 y 1944.


Huracán del 1926 // La Habana

Aunque el siglo XX se inició con dos huracán muy fuertes, el del dieciocho de octubre de 1906 y el del once de octubre de 1909, cuando se hable de pérdidas materiales destacaría por sobre todos los otros el del 1910. Este huracán, de categoría cuatro, azotó caprichosamente la isla durante varios días, y se asegura que su entrada fue el día catorce de octubre y no abandonó la isla hasta el 19. 

Lo peor de este evento fue que, luego de arrasar la provincia de Pinar de Río, efectuó un giro inesperado y volvió a arremeter contra las costas occidentales, y como en ese tiempo no se contaba con medios adecuados, no se supo que en realidad se trataba del mismo y no de otro huracán. El rotativo norteamericano "The New York Times" lo calificó como "El de los cinco días, y como el que más daños materiales había generado en la historia”.

Cuando los cubanos se estaban recuperando apenas de uno de los peores que se recuerde en la isla, ocurrido el 19 de octubre de 1924, un meteoro sin precedentes que arremetió con inusual fuerza la parte oeste de Pinar del Río, solo dos años después, el 20 de octubre de 1926, tocaba tierra otro de similares proporciones y poder destructivo.

Entró muy cerca de la playa del Cajío, en el sur de Güira de Melena, y de ahí pasó por Quivicán volviendo al mar cerca de la playa de Guanabo. El famoso "Ciclón del 26", fue el segundo más fuerte de los que han pasado por Cuba. (El otro fue el 18 de octubre de 1944). 

Los más mortíferos del área

Aquí una relación de los más mortíferos de América Latina y el Caribe. 

La presión mínima "del ciclón del 26" registrada en el radar de Casablanca fue de 951 hecto-pascales, mientras que las rachas de vientos alcanzaban una fuerza de 230 km/h. En el Surgidero de Batabanó, una viga atravesó una palma real que la revista Carteles registró en un célebre fotorreportaje. Las lluvias fueron torrenciales. En el pueblo de Batabanó el agua alcanzó la increíble altura de tres metros. 

Sus fuertes marejadas en La Habana convirtieron al Parque Maceo en un lago, y al Café Vista Alegre en un pantano. La capital quedó totalmente incomunicada, sin luz, agua ni teléfonos, así como la mayoría de los caminos interrumpidos. En la bahía muchos barcos quedaron al garete, y luego fueron lanzados sobre la costa. Según cálculos de la época, el aniquilador huracán dejó un total de seiscientos muertos.

El más destructivo y mortal de todos 

Solo seis años después, en 1932, azota el sistema más potente y asolador de todos los que han sido registrados en la historia de la meteorología Cubana. Una marea de tormentas con olas de hasta seis metros de altura, asociadas a un huracán de gran intensidad, el nueve de noviembre de 1932 entró por la región de Santa Cruz del Sur, en la provincia de Camagüey, y terminó arrasando con casi toda la población existente. El catastrófico saldo mortal superó las tres mil vidas.

La Habana. Huracán del 1910

El más potente de la región 

No podemos terminar esta relación sin dejar de mencionar al huracán Gilbert, de categoría cuatro, que azotó la isla el ocho de septiembre de 1988. Esta tormenta fue de las más intensas, devastadores y mortíferas de los registrados en el océano Atlántico durante el siglo XX. Se le conoció así precisamente, el huracán asesino del siglo XX.

Huracán Irma en 1948 / Universidad de Miami

En este caso su celebridad no se debió a los daños destructivos, si no a la extensa área que abarcó y la cantidad de países del área que afectó. Está considerado como el huracán más intenso del océano Atlántico, al menos hasta que el Wilma lo superó en 2005, aunque sí ha sido el de mayor extensión de la historia. En un punto de su desarrollo alcanzó un área de 1,250 km, y provocó lluvias de hasta setecientos milímetros.
-A su paso por las islas Caimán alcanzó la categoría 5, que es la máxima estipulada para este tipo de tormentas. La fuerza de sus vientos superó los 300 km/h. -
En total provocó 318 muertes: 202 en México, 45 en Jamaica, 30 en Haití, 12 en Guatemala, 5 en Venezuela y la República Dominicana, 3 en Estados Unidos y 2 en Costa Rica y Nicaragua. Para destructivo el "Gilbert" en 1988. No se tiene una cifra exacta del daño total causado, pero se estima que fue aproximadamente de 5000 millones de dólares. 

El más devastador de la región caribeña 

El huracán Jeanne, de 2004, ha sido hasta el momento el más devastador de la historia de América Latina y el Caribe, en cuanto a vidas se refiere. Se calcula que solo en Haití ocasionó más de tres mil muertes. El segundo lugar lo ocupó la tormenta tropical "Stan" de 2005, huracán de categoría uno, pero que aun así dejó 803 muertos en diversos países de Centro América.

En cambio este dato no parece haber sido muy preciso, puesto que en 1979 el huracán David, de categoría 5 y con vientos máximos de 281 km/h, produjo la muerte de dos mil Dominicanos. Afortunadamente en Cuba no ocasionó semejante estropicio, pues llegó a sus costas bastante debilitado con categoría uno. Continuó hacia la Florida, al área de West Palm Beach, siguiendo hasta Georgia, New York, Canadá e incluso Islas Feroes, ¡¡En Dinamarca!!.


Maldita Hemeroteca
Fuente: Instituto de Meteorología de Cuba  
Revista Bohemia.