.

LA MEZQUINDAD DE ESTE HOMBRE NO TUVO LIMITES

Presidio de Isla de Pinos. // 

Juan Manuel Capote Fiallo fue un antiguo jefe de la prisión de Isla de Pinos en los tiempos en que Fidel Castro cumplió apenas tres años de una sentencia de quince, por asaltar el cuartel Moncada, y en esa acción dar muerte a dieciocho soldados del régimen de Fulgencio Batista y Zaldívar.

Pues la historia recoge que este señor fue ejecutado por fusilamiento cuando apenas tenía 50 años, e incluso no tuvieron en cuenta las facilidades que le daba a Castro al recibir a su familia, esposa, hijos e incluso amigos, "de cuello y corbata". 

Recordemos que fue Batista, precisamente, quien lo puso en la calle al decretar una amnistía, uno de los grandes errores del mulato de Banes y del que debió haber lamentado el resto de su vida. Pues bien, ¿sabe usted porque fusilaron a Capote Fiallo?. Pues aquí le va esta historia... 

Fidel Castro Ruz mantuvo una relación sentimental con la señora Natalia Revuelta Clews, una habitual y bien conocida de la jet set habanera de la época, más que nada por su belleza nativa, no por otra cosa. Y estando Fidel Castro en los preparativos de este asalto al cuartel, comenzó a visitar al Dr Orlando Fernández Ferrer un destacado cardiólogo y anti batistiano además que era el esposo de esta señora.

"Las terribles condiciones carcelarias" donde  Castro y sus secuaces purgaban su pena en el presidio de Isla de Pinos. 

El objetivo de esas visitas no solo eran para tumbarle la pasta al doctor, tambien la "jeva". Fue así que Castro, que no creía ni en la paz de los sepulcros, comenzó una relación con esta casquivana traicionado la confianza de este colaborador a su causa. De hecho, la señora llegó a vender algunas de sus joyas que, a lo mejor, las habría comprado este señor. Dicho por ella misma.

El asunto fue que entre las cartas que escribía este bandido desde el presidio de Isla de Pinos, aclaro, desde la enfermería donde vivían y comían espaguetis con salsa y barras de chocolate, le enviaron equivocadamente la de la querida Natalia a su esposa Mirta Díaz Balart. Imagine, la doña montó en cólera y le pidió del divorcio. De pronto se le había acabado en chollo con esa familia Balart, que por pagarle le pagaron hasta la boda y su viaje de luna de miel a New York.

Conclusión. El déspota le endilgó el error a exprofeso al señor Capote Fiallo, y lo incluyó en su lista de las venganzas. Una vez cayó Batista, fue a por él y lo internó en los fosos de la Cabaña, y según dicta un reporte del Departamento de Estado de los EE. UU., Despacho de Servicio Exterior No. 751, fue fusilado el veinte de enero de 1959. 

No solo eso, ya desde mucho antes lo venía hostigando mediante ordenes que enviaba a sus hordas en la Habana, el movimiento 26 de julio, que mediante "cocteles molotov" atacaron el coche de ese oficial, así como el del alcalde Pedro Manuel Díez del Valle y del también comandante Pedro Rodriguez Coto.

La señora Revuelta, ya fallecida, y el fruto de su traición. 

No creo que este capitán Capote Fiallo haya sido un déspota en aquella cárcel que mereciera semejante condena. Es que no hay más que ver la icónica imagen de Castro donde aparece "de traje cuello y corbata" y listo para la foto, junto con su esposa, su hijo Fidelito, su hermano y también reo Raúl y su entonces gran amigo Luis Conte Aguero, pero todo muy distendidos y relajaditos. 

En una entrevista realizada por Antonio Rafael de la Cova a Mario Salabarría, un antiguo comandante y jefe del Servicio de Inteligencia que estuvo envuelto en la masacre de Orfila, este le cuenta que cuando Batista fue a inaugurar una planta eléctrica reparada al presidio, Fidel y los suyos empezaron a gritarle desde el pabellón dos. Fue entonces que el mayor Salustiano González, de la dirección del penal, lo saca de "su zona de confort" en a enfermería y lo aísla en una celda.

Según la citada entrevista, lo meten junto con un preso de raza negra conocido en el presidio como "Pata de Plancha", culpando de esa medida al capitán Juan M. Capote Fiallo. En fin, fíjese si Castro hizo daño, que casi al cumplirse una década de habernos hecho el gran favor de morirse de una vez, todavía lo seguimos "recordándolo" aunque sea por hechos como este, que no hacen otra cosa que demostrar lo desleal, lo malvado, torcido y siniestro que fue en vida este grandísimo hijo de puta.  

Maldita Hemeroteca