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EL ORIGEN DEL MUNDO


En toda la historia del arte jamás se había mostrado así, en primer plano, una imagen del sexo femenino. El «inventor del realismo» Gustavo Courbet, pintó este explícito cuadro en 1866, para el deleite personal del diplomático y millonario turco, Khalil Bey.

Oculta durante más de un siglo la pintura, un óleo sobre lienzo, de unos 55 cm por 46 cm, pasó por diversas manos, desde los Nazis cuando invadieron Hungría al psicoanalista francés Jacques Lacan, hasta que el público pudo verla al fin en 1995. Y eso gracias a que los rusos la recuperaron y la devolvieron a la familia Hatvany. 

A muy grandes rasgos la historia cuenta que abrumado por las deudas el diplomático Turco se la vendió a un anónimo, pero más tarde el anticuario Antoine de Narde lo compró en un remate. Agregar que por mucho tiempo el cuadro estuvo cubierto por otra obra del mismo pintor, “La casa de Blonay”, y de esa forma el conde Ferencz Hatvany, que era pintor y coleccionista, lo mantuvo oculto.

Hatvany decidió comprar todos los cuadros de Courbet. Los llevó a Hungría y procedió como todos los propietarios anteriores de “El origen del mundo”: lo mantuvo oculto bajo el citado cuadro. Entonces el conde se fue a París y, en 1955, le se lo vendió al psicoanalista Jacques Lacan que también lo mantuvo oculto.

Tras la muerte de Lacan y como pago de derechos de sucesión, fue cedido al Estado francés por la Fundación que lleva su nombre. Desde 1995 se expone en el Musée d'Orsay de París.


Estamos ante toda una apología del vello púbico, algo que nunca mostraron ni siquiera los idealizados desnudos herederos de la cultura grecorromana a lo largo de la historia del arte. En realidad estas partes del cuerpo empezaron a mostrarse en la obra del siempre revolucionario Goya, pero en el futuro metió en problemas a otros artistas, como Modigliani. 

De hecho Courbet nunca escapó a la polémica, ni porque consideraba que los órganos genitales femeninos eran dignos de un cuadro. Y desde luego que estaba en lo cierto, el cuerpo humano en general es la mejor obra de arte que existe. Aun así, resulta curioso ver como los visitantes pasan de largo, sin detenerse mucho a mirarlo.

En el 2024 la cineasta Deborah de Robertis protagonizó un controvertido incidente, dejando una marca indeleble en la historia del arte contemporáneo al rociar con pintura roja la famosa obra. Además, fue multada por exhibirse desnuda en la gruta del Santuario de Lourdes, e incluso sentada en el suelo mostró su sexo "en todo su esplendor" delante de este mismo cuadro, y ante la sorpresa de los visitantes. 

Eso sí, jamás se le ha conocido un performance en contra del arte musulmán. Vea aquí la dueña de esa misteriosa vagina

Museo d’Orsay.… 

Título original: L'origin du monde
Museo: Museo d’Orsay, París (Francia) 
Técnica: Óleo (55 × 46 cm.)
Escrito por: Miguel Calvo Santos.